Santos de los Ultimos Dias de la Republica Dominicana
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miércoles, 6 de octubre de 2010
Dedicación de El Templo de Santo Domingo República Dominicana
El Templo de Santo Domingo República Dominicana fue dedicado el 17 de septiembre de 2000, es el Templo No. 99 en funcionamiento, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Santo Domingo es la ciudad capital de la República Dominicana. Fundada en 1496, esta ciudad es el asentamiento Europeo más antiguo que existe en el Nuevo Mundo. En 1978 arribaron al país, procedentes de los Estados Unidos, las familias Rappleye y Amparo; se hicieron amigos y compartieron el evangelio con la familia Bodden, quienes fueron bautizados en agosto de ese mismo año, convirtiéndose en la primera familia en bautizarse sobre la isla. El 7 de diciembre de 1978 se dedicó la República Dominicana para la prédica del Evangelio de Jesucristo. El Elder M. Russell Ballard, en ese entonces miembro de los Setenta, pronunció la oración dedicatoria en el Parque Paseo de los Indios (Mirador del Sur), ante un reducido número de miembros que ya se habían unido a la Iglesia. En la actualidad el Elder Ballard es miembro del Consejo de los Doce. En 1979 se bautizaron más de trescientas personas. En 1981 se organizó la primera misión y se llegó a un total de dos mil quinientos miembros. En 1986 la membresía había crecido a once mil miembros y en 1998, los miembros de la Iglesia llegaron a la sorprendente cifra de sesenta mil.
Antes de que el templo se construyera en la República Dominicana, los miembros de la Iglesia tenían que viajar a Florida, al Perú o a Guatemala para asistir al templo. Como sucedió con muchas regiones del mundo, las dificultades económicas hacían que fuera difícil para algunas familias el asistir al templo aunque sea por única vez. Con el anuncio de que se construiría un templo en su área, los miembros empezaron a trabajar rápidamente para prepararse para la dedicación y preparar los nombres por quienes se realizaría la obra vicaria cuando se abrieran las puertas del Templo. "Nuestra meta es tener por lo menos 170,000 nombres disponibles cuando el Templo abra sus puertas", dijo el Presidente Castro de la Estaca de la República de Santo Domingo.
El programa de puertas abiertas del templo atrajo a casi cuarenta mil personas. Después de una visita guiada al templo, un periodista local informó lo siguiente, “Dentro del templo, uno recibe la impresión de estar en otro mundo... nada en el país se puede comparar con esto..." Más de diez mil miembros Dominicanos y sus vecinos de Haití, Puerto Rico, y otras islas presenciaron la dedicación del templo el 17 de septiembre de 2000, realizada por el Presidente Gordon B. Hinckley.
Durante la oración dedicatoria, el Presidente Hinckley imploró:
“Amado Padre, por favor mira con amor hacia éstos Tus hijos e hijas que se hallan en la nación sobre esta isla y en los territorios aledaños. Hazlos prosperar en sus trabajos, que puedan tener alimentos en sus mesas y refugio sobre sus cabezas. Cuando se dirijan a Ti, recompensa su fe y abre Tu mano de providencia hacia ellos. Que puedan hallar paz en medio del conflicto, y fe en medio de la tensión del mundo. Abre las ventanas de los cielos, como Tú has prometido, y derrama bendiciones sobre ellos”.
El Templo de Santo Domingo República Dominicana está ubicado en la parte oeste de la ciudad. Adornado con árboles y con vista al Mar Caribe, se está convirtiendo rápidamente en un faro de fortaleza para los miembros e igualmente para los no miembros.
jueves, 22 de julio de 2010
Los propositos exactos del libro de Mormon
Por el Elder Jay E. Jensen.
Desde que era estudiante de primaria y secundaria, aprendí a leer buenos libros. Estoy seguro que mucha de mi motivación vino de mi madre. En mi casa siempre hubo buenos libros. También estaba la biblioteca pública. Los sábados era el día de las compras, y Mamá recorría en automóvil la corta distancia entre Mapleton y Springville, Utah, para hacer la compra semanal de comestibles. La biblioteca de la ciudad estaba a una cuadra de la tienda, y con frecuencia me la pasaba leyendo en la biblioteca en vez de ir tras de ella por los pasillos de la tienda; que para mí era aburrido.
De alguna forma, durante todos esos primeros años de lectura, no aprendí el significado de leer los prefacios o las introducciones de los libros, y estoy seguro que fue culpa mía y no de mis maestros. Tiempo después, ya en la universidad, aprendí que leer los prefacios es una de las cosas mas importantes que se deben hacer, porque aprendí que en ellos el autor declara los propósitos, o las intenciones e información importante que sirven de antecedente para el texto.
LA DECLARACIÓN DE LOS PROPÓSITOS DE MORONI EN LA PORTADA
Leer y entender las introducciones y los propósitos declarados de los cuatro libros canónicos no es excepción; esta práctica es particularmente verídica para el Libro de Mormón.
Algo exclusivo de este libro de escrituras son las dos introducciones importantes: (1) la portada, escrita por Moroni, y (2) la introducción, escrita bajo la dirección de la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce. Las otras tres partes de la introducción del Libro de Mormón –El Testimonio de los Tres y de los Ocho Testigos, El Testimonio del Profeta José Smith, y Una Breve Explicación Acerca del Libro de Mormón– también son importantes por la información del contexto y los antecedentes que nos proporcionan, pero no porque sea declaraciones de la intención.
Moroni indica los propósitos exactos del Libro de Mormón en la portada; – "lo cual sirve para mostrar al resto de la Casa de Israel
1.- "cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y
2.- "para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre– Y también
3.- "para convencer al judío y al gentil de que JESÚS es el CRISTO, el ETERNO DIOS, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones."
A esta lista le podemos agregar las últimas palabras de Moroni en la portada, "Para que aparezcáis sin mancha ante el tribunal de Cristo," que es una parte vital del propósito del Libro de Mormón.
Un ejercicio de estudio que vale la pena hacer, consiste en tomar tres hojas de papel y en cada una de ellas escribir uno de los propósitos; entonces empezar el estudio cuidadoso del Libro de Mormón, escribiendo las referencias de las escrituras que apoyen cada propósito. Mis propios esfuerzos mostraron que la lista más larga de escrituras es la del tercer propósito que confirma la verdad de que el Libro de Mormón es el libro más centrado en Cristo que jamás se haya escrito y verdaderamente "Otro Testamento de Jesucristo".
En los primeros dos propósitos declarados, "cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres" y "para que conozcan los convenios del Señor", Moroni estableció claramente que los pueblos del Libro de Mormón son israelitas y herederos de las promesas hechas a los padres. El término padres a que se hace referencia en la primera declaración se puede referir a los linajes ancestrales y a todos los grandes profetas y patriarcas del Antiguo Testamento, pero con bastante frecuencia, los padres son los tres grandes patriarcas, Abraham, Isaac, y Jacob con quienes hizo convenios el Señor. De esta forma, la primera declaración nos lleva a la segunda "para que conozcan los convenios del Señor."
Nefi es el principal escritor y autor de las planchas menores, y Mormón y Moroni son los principales compiladores y escritores de las planchas mayores. Estos tres escritores fueron muy claros al explicar sus propósitos para escribir, por lo general, todos ellos son iguales a la portada del Libro de Mormón; pero, como veremos mas adelante, probablemente fue Nefi quien empezó los temas básicos que ayudaron a los otros escritores y compiladores con sus enfoques, lo que resultó en la portada que conocemos hoy en día.
LOS PROPÓSITOS DE NEFI AL ESCRIBIR
Las planchas menores son tan importantes, y en especial los escritos de Nefi, que el Señor declaró: "He aquí, hay muchas cosas grabadas en las planchas de Nefi que dan mayor claridad a mi evangelio" (DyC 10: 45). Esta mayor claridad aparece muy pronto en 1 Nefi. De hecho, mientras mas leo, estudio, medito y oro por el Libro de Mormón, mas convencido estoy de que Lehi y Nefi fijaron los temas doctrinales para todos los demás escritores. Si esto es así, entonces las planchas menores de Nefi (1 y 2 Nefi, Jacob, Enós, Jarom y Omni) son el prefacio para todas las 642 páginas (edición en español). Quizás se pueda decir con seguridad que esos temas se establecieron en el sueño y visión de Lehi (1 Nefi 8; 10) y en la subsiguiente visión de Nefi sobre eso (1 Nefi 11-14). También, es importante incluír los comentarios de Nefi sobre la visión o sueño de Lehi que se encuentran en el capítulo 15. En resúmen, 1 Nefi capítulos 8 al 15 inclusive, forman el prefacio mas completo para todo el Libro de Mormón, y todo lo que sigue en ese libro magnífico, emana de ellos y está en armonía con esos ocho capítulos.
En estos primeros capítulos, Lehi y Nefi se enfocan: en los convenios, en el Mesías, en el Recogimiento de Israel, en los gentiles, y en la Restauración, pero los comentarios de Nefi sobre esos temas son los que establecen la parte central de los temas que Moroni delineó en la portada. Para mí, 1 Nefi 15 es uno de los capítulos más importantes de todo el Libro de Mormón. Sucede que Lamán y Lemuel no habían entendido las palabras de Lehi "concernientes a las ramas naturales del olivo, y también con respecto a los gentiles" (1 Nefi 15: 7). Nefi les contestó al enseñarles acerca de Israel y su dispersión y su subsecuente recogimiento en los últimos días, lo que empezaría con la salida a luz del Libro de Mormón, el cual dijo contiene la plenitud del evangelio y que "vendrá a los gentiles; y de los gentiles vendrá al resto de nuestra posteridad" (1 Nefi 15: 13). Como resultado del Libro de Mormón, el resto de su posteridad y toda la casa de Israel podrán saber:
1. "que son de la casa de Israel, y
2. "que son del pueblo del convenio del Señor; y
3. "entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y también
4. "al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él ministró a sus padres. Por tanto,
5.- "llegarán al conocimiento de su Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cómo venir a él y ser salvos" (1 Nefi 15: 14).
Quienes obtengan este conocimiento se regocijarán y vendrán al rebaño verdadero de Dios y serán injertados al olivo verdadero (ver 1 Nefi 15: 15-16). Ser injertados significa, según la definición de las escrituras, llegar al "conocimiento del verdadero Mesías, su Señor y su Redentor" (1 Nefi 10: 14). Cuando las personas llegan a este conocimiento y son injertadas, vemos el gran cumplimiento de las promesas hechas a Abraham, "indicando el convenio que se ha de cumplir en los postreros días, convenio que el Señor hizo con nuestro padre Abraham, diciendo: En tu posteridad, serán benditas todas las familias de la tierra" (1 Nefi 15: 18).
Las familias de que se habla se convertirán a través del poder del Espíritu cuando lean, mediten y oren en cuanto al Libro de Mormón y serán guiados hasta el santo templo, en donde las familias son selladas en cumplimiento de las promesas hechas a Abraham.
Todos los demás escritores y profetas del Libro de Mormón recibieron revelaciones del Espíritu Santo, de mensajeros celestiales, y del Salvador mismo que confirman y aumentan las simples y profundas verdades que Lehi y Nefi recibieron por revelación. Esta revelación muestra que Jesucristo "es siempre el mismo ayer, hoy y para siempre; y la vía ha sido preparada para todos los hombres desde la fundación del mundo, si es que se arrepienten y vienen a él" (1 Nefi 10: 18).
Nefi concluyó su parte de las planchas enseñándonos lo que él esperaba que hicieran sus escritos; y para mayor énfasis, yo las identifico en forma de lista junto con esta declaración introductoria de Nefi: "Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues
1. "los persuaden a hacer el bien;
2. "les hacen saber acerca de sus padres;
3. "y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna.
4. "Y hablan ásperamente contra el pecado" (2 Nefi 33: 4-5).
NEFI DESCRIBE OTROS PROPÓSITOS DEL LIBRO DE MORMÓN.
Además de los propósitos declarados que ya hemos comentado hasta ahora, Nefi compartió pensamientos y sentimientos conmovedores acerca de lo que esperaba que sus escritos lograran. Por ejemplo, Nefi incluyó los escritos de Isaías con la esperanza de que las aplicáramos y que tal vez "los persuada [a nosotros en éstos últimos días] a que se acuerden del Señor su Redentor...y creyeran en Él..." (1 Nefi 19: 18, 23). Aún más, al hablar de las planchas de bronce, Nefi testificó que si las aplicamos a nosotros mismos, sabremos que "son verdaderas; y testifican que el hombre debe ser obediente a los mandatos de Dios" (1 Nefi 22: 30).
Lo que Nefi entendía de estas cosas, los escritos en las planchas menores, está bien expresado en su interpretación del sueño de su padre, y podemos leer entre líneas para distinguir sus profundos sentimientos: "y les dije que era [la barra de hierro] la palabra de Dios; y que quienes escucharan la palabra de Dios y se aferraran a ella, no perecerían jamás; ni los vencerían las tentaciones ni los ardientes dardos del adversario para cegarlos y llevarlos hasta la destrucción" (1 Nefi 15: 24).
En el así llamado Salmo de Nefi, podemos vislumbrar sus sentimientos acerca de las planchas: "Y sobre éstas escribo las cosas de mi alma....Porque mi alma se deleita en las Escrituras, y mi corazón las medita, y las escribo para la instrucción y el beneficio de mis hijos. He aquí, mi alma se deleita en la cosas del Señor, y mi corazón medita continuamente en las cosas que he visto y oído" (2 Nefi 4: 15-16).
Después de que Nefi había incluído los escritos de Isaías, y sus comentarios y sus profecías sobre las mismas, dijo que estaba satisfecho con la excepción "de unas pocas palabras que debo hablar acerca de la doctrina de Cristo" (2 Nefi 31: 2).
Siguiendo a esa declaración él escribió acerca de lo que el Señor le había mostrado, quizás como parte de la visión descrita en 1 Nefi 11-14, acerca del Salvador; Su bautismo, y porque debemos seguirlo y mantenernos en la senda que Él marcó (ver 2 Nefi 31; y comparar con el sueño de Lehi en 1 Nefi 8). Entonces Nefi dió primero lo que yo llamo una proposición de si-entonces concernientes a las palabras de Cristo: "Si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, [entonces] así dice el Padre: Tendréis la vida eterna" (2 Nefi 31: 20). Esta fuerte invitación fue seguida por este mandato: "Deleitáos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer" (2 Nefi 32: 3).
Finalmente, cerró su parte de las planchas menores diciendo: "Mas yo Nefi, he escrito lo que he escrito; y lo estimo de gran valor" (2 Nefi 33: 3). A él se le mandó que escribiera estas cosas, sabiendo que son las palabras de Cristo y que nosotros y Nefi "nos veremos cara a cara" y seremos juzgados de acuerdo con lo que hayamos hecho con las palabras que él escribió. Porque nos condenarán o nos bendecirán con vida eterna (2 Nefi 33: 11-15).
DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO DE JACOB
Jacob se adhirió a la intención establecida por Nefi y al enfoque importante en los temas de lo que el Señor había hecho por sus padres, que Israel conozca los convenios del Señor, y para convencer al judío y al gentil que Jesús es el Cristo. Estos se encuentran en 2 Nefi 6 al 10, especialemente en los capítulos 9 y 10, y en Jacob 1 hasta el 6. En la siguiente declaración del propósito importante, Jacob expresó su esperanza para lo que había escrito: "y obramos diligentemente para grabar estas palabras sobre planchas, esperando que nuestros amados hermanos y nuestros hijos las reciban con corazones agradecidos, y las consideren para que sepan con gozo, no con pesar, ni con desprecio, lo que atañe a sus primeros padres. Porque hemos escrito estas cosas para este fin, que sepan que nosotros sabíamos de Cristo y teníamos la esperanza de su gloria muchos siglos antes de su venida, y no solamente teníamos nosotros una esperanza de su gloria, sino también todos los santos profetas que vivieron antes que nosotros" (Jacob 4: 3-4).
Esta declaración de un propósito exacto es ilustrado por la magnífica alegoría en el capítulo 5 de Jacob y con su resumen de esa alegoría en el capítulo 6, específicamente que Dios recordará a la casa de Israel y Sus convenios con ellos, y exhortándolos a "que os arrepintáis y vengáis con íntegro propósito de corazón, y os alleguéis a Dios" y a que no rechacen " todas las palabras que se han hablado en cuanto a Cristo" (Jacob 6: 5, 8), las cuales él y Nefi habían sido muy cuidadosos en escribirlas y preservarlas.
CUMPLIMIENTO EN EL LIBRO DE ALMA DE LOS PROPÓSITOS DE LOS ESCRITORES
En el compendio de las enseñanzas y experiencias de Alma preparado por Mormón, el siguiente resumen de lo que las planchas habían logrado hasta entonces ilustra el cumplimiento de su propósito. Si cambiamos el tiempo del verbo del pasado al presente o al futuro, estas verdades también se pueden considerar como declaraciones de propósito.
"Y hasta aquí ha sido según la sabiduría de Dios que estas cosas sean preservadas; [los escritos en las planchas] pues he aquí han
1. "Ensanchado la memoria de este pueblo, sí y
2. "han convencido a muchos del error de sus caminos, y
3. "los han traído al conocimiento de su Dios para la salvación de sus almas
4. "Sí, te digo que si no hubiese sido por estas cosas que estos anales contienen, los cuales están sobre estas planchas, Ammón y sus hermanos no habrían podido convencer a tantos miles de los lamanitas de las tradiciones erróneas de sus padres; sí, estos anales y sus palabras los llevaron al arrepentimiento, es decir; los llevaron al conocimiento del Señor su Dios, y a regocijarse en Jesucristo su Redentor" (Alma 37: 8-9).
Esta obra de elocuencia divina ofrece un testimonio convincente de que Jesús es el Cristo, el Eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todo aquel que se arrepiente y viene a Él, en especial a la descendencia de Lehi, a quienes el Señor ama; Su pueblo del convenio, los hijos de Israel.
UN DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO EN LA DOCTRINA Y CONVENIOS
En una revelación al Profeta José Smith en 1828, aparece la siguiente declaración. Nótese como se parece a la portada y a las visiones de Lehi y Nefi. Otra vez, yo enfatizo las palabras introductorias propósito y que, las cuales establecen la intención:
"Y para este propósito mismo, se preservan estas planchas que contienen esta historia...
1. "que se cumplan las promesas del Señor a su pueblo; y
2.- "para que los lamanitas lleguen al conocimiento de sus padres, y
3. "sepan de las promesas del Señor, y
4. " crean en el evangelio y tengan confianza en los méritos de Jesucristo, y sean glorificados por medio de la fe en su nombre, y
5. "se salven mediante su arrepentimiento" (DyC 3: 19-20).
UNA DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO EN EL LIBRO DE ETER
Cuando Moroni incluyó su compendio de las planchas de Eter, insertó esta breve declaración del propósito:
"Por lo tanto, se me manda a mí Moroni, escribir estas cosas
1. "para que sea destruído el mal, y
2. "llegue el tiempo en que Satanás no tenga mas poder en el corazón de los hijos de los hombres, sino
3. "que sean persuadidos a hacer el bien constantemente,
4. "a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos" (Eter 8: 26).
Nótese la forma en que el cuarto propósito se asemeja a las palabras establecidas por Lehi y Nefi en su sueño del árbol de la vida ilustrada por la metáfora de venir a la fuente de toda rectitud y ser salvos (1 Nefi 8: 15-16, 30; 11: 25).
COMPARACIÓN ENTRE LAS DECLARACIONES DEL PROPÓSITO DE MORMÓN Y MORONI
Los hijos aprenden de sus padres tanto en palabras como en hechos. Seguramente Moroni aprendió mucho de su padre Mormón, lo cual se puede ver al comparar tres declaraciones del propósito, dos son de Mormón y la portada escrita por Moroni.
Nótese el énfasis en el tribunal de Cristo en Mormón 3 y en la portada y, según se indicó antes, el papel del Libro de Mormón para ayudarnos a prepararnos para el juicio.
DECLARACIÓN FINAL DEL PROPÓSITO DE MORMÓN
Como se puede ver en las comparaciones de arriba (Mormón 3: 17-22; Mormón 5: 12, 14-15; y la portada), Mormón entendió claramente el propósito que se buscaba con el Libro de Mormón. Si vemos la cronología de los escritos de Mormón, aparece que Mormón capítulo 7 es su mensaje final. (Moroni concluyó las planchas e incluyó dos cartas de su padre, Moroni 8 y 9, que probablemente fueron escritas mas temprano en su ministerio, lo cual hace que Mormón 7 sea su último mensaje escrito en las planchas). La esperanza y el consejo finales de Mormón son que el resto de su pueblo del Libro de Mormón sepa lo siguiente:
1. Las cosas de sus padres (versículo 1)
2. Que son de la casa de Israel (versículo 2);
3. Qué cosas deben hacer para ser salvos (versículos 3-4);
4. Que deben llegar al conocimiento de sus padres (versículo 5);
5. Que deben creer en Jesucristo y en Su misión, en la Expiación y en la Resurrección y que habrá un juicio final (versículos 5-6);
6. Que quienes crean en el Libro de Mormón creerán en la Biblia y viceversa (versículo 9);
7. Que son la posteridad de Jacob (Israel) y que si creen en Jesucristo, se arrepienten, se bautizan, y reciben el Espíritu Santo, les irá bien en el día del juicio (versículo 10.
DECLARACIONES FINALES DEL PROPÓSITO DE MORONI
Moroni recibió los registros de su padre Mormón, y luego añadió sus palabras (Mormón 8-9, Moroni 1-10, y partes de Eter). Moroni dijo que "mi padre ha preparado estos anales, y ha escrito el objeto de ellos" (Mormón 8: 5; 3: 20-22; 5: 14-15; y 7). Moroni resumió el propósito de su padre al decir que él esperaba que el registro ayudaría a que sus escritores "limpiemos nuestros vestidos de la sangre de nuestros hermanos" (Mormón 9: 35) y que estos hermanos pudieran ser restaurados al conocimiento de Jesucristo y que Dios, el Padre "se acuerde del convenio que ha hecho con la casa de Israel" (Mormón 9: 37).
Continúo maravillándome con los paralelismos exactos que se hallan en las declaraciones de los propósitos, todos ellos resumidos tan hermosamente en la portada del Libro de Mormón.
Además de la portada, el último capítulo del Libro de Mormón, Moroni 10, contiene ocho verdades concernientes a todos estos propósitos declarados. Cada uno empieza con una exhortación.
1. "He aquí, quisiera exhortaros ....que recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor...y que lo meditéis en vuestros corazones" (versículo 3).
2. "Quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas" (versículo 4).
3. "Quisiera exhortaros a que no neguéis el poder de Dios" (versículo 7).
4. "Os exhorto, hermanos míos, a que no neguéis los dones de Dios" (versículo 8).
5. "Y Quisiera exhortaros ... a que tengáis presente que toda buena dádiva viene de Cristo" (versículo 18).
6. "Y quisiera exhortaros... a que recordéis que él es el mismo ayer, hoy y para siempre" (versículo 19).
7. "Y os exhorto a que recordéis estas cosas" (versículo 27).
8. "Quisiera exhortaros a que viniéseis a Cristo" (versículo 30).
Las dos últimas exhortaciones se enfocan en "estas cosas" y en Jesucristo. "Estas cosas" se refieren a los registros escritos, y las exhortaciones de Moroni son iguales a las de Nefi: habrá un juicio final y veremos a Nefi y a Moroni para asegurar nuestra responsabilidad concerniente a lo que hemos hecho con estos registros (2 Nefi 33: 10-15). Finalmente, Moroni nos invita a venir a Cristo y ser perfeccionados en Él (Moroni 10: 30, 32). Así terminan las planchas mayores, con esta emocionante invitación enfocada en Cristo.
Pero ¿qué hay acerca del fin de las planchas menores? No es de sorprender que las planchas menores, esos escritos sublimes que Nefi empezó y que Amalekí terminó, sean semejantes a las exhortaciones de Moroni:
"Le entregaré por tanto, estas planchas, exhortando a todos los hombres a que vengan a Dios, el Santo de Israel, y crean en la profecía y en revelaciones, y en la ministración de ángeles, en eldon de lenguas, en el don de interpretación de lenguas, y en todaslas cosas que son buenas; porque nada hay, que sea bueno, que novenga del Señor; y lo que es malo viene del diablo.Y ahora bien, mis amados hermanos, quisiera que viniéseis a Cristoel cual es el Santo de Israel, y participaseis de su salvación y del poder de su redención. Sí, venid a él y ofrecedle vuestras almas enteras como ofrenda, y continuad ayunando y orando y perseveradhasta el fin; y así como vive el Señor, seréis salvos. (Omni 1: 25-26)
El Profeta José Smith tradujo las planchas menores y mayores por el don y el poder de Dios y declaró al mundo "Que el Libro de Mormón era el libro mas correcto sobre la tierra, y la clave de nuestra religión, y que un hombre se acercaría mas a Dios por sus preceptos que por los de cualquier otro libro."
Esta franca declaración adquiere mayor significado cuando se le compara con los propósitos declarados del Libro de Mormón.
De alguna forma, durante todos esos primeros años de lectura, no aprendí el significado de leer los prefacios o las introducciones de los libros, y estoy seguro que fue culpa mía y no de mis maestros. Tiempo después, ya en la universidad, aprendí que leer los prefacios es una de las cosas mas importantes que se deben hacer, porque aprendí que en ellos el autor declara los propósitos, o las intenciones e información importante que sirven de antecedente para el texto.
LA DECLARACIÓN DE LOS PROPÓSITOS DE MORONI EN LA PORTADA
Leer y entender las introducciones y los propósitos declarados de los cuatro libros canónicos no es excepción; esta práctica es particularmente verídica para el Libro de Mormón.
Algo exclusivo de este libro de escrituras son las dos introducciones importantes: (1) la portada, escrita por Moroni, y (2) la introducción, escrita bajo la dirección de la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce. Las otras tres partes de la introducción del Libro de Mormón –El Testimonio de los Tres y de los Ocho Testigos, El Testimonio del Profeta José Smith, y Una Breve Explicación Acerca del Libro de Mormón– también son importantes por la información del contexto y los antecedentes que nos proporcionan, pero no porque sea declaraciones de la intención.
Moroni indica los propósitos exactos del Libro de Mormón en la portada; – "lo cual sirve para mostrar al resto de la Casa de Israel
1.- "cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y
2.- "para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre– Y también
3.- "para convencer al judío y al gentil de que JESÚS es el CRISTO, el ETERNO DIOS, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones."
A esta lista le podemos agregar las últimas palabras de Moroni en la portada, "Para que aparezcáis sin mancha ante el tribunal de Cristo," que es una parte vital del propósito del Libro de Mormón.
Un ejercicio de estudio que vale la pena hacer, consiste en tomar tres hojas de papel y en cada una de ellas escribir uno de los propósitos; entonces empezar el estudio cuidadoso del Libro de Mormón, escribiendo las referencias de las escrituras que apoyen cada propósito. Mis propios esfuerzos mostraron que la lista más larga de escrituras es la del tercer propósito que confirma la verdad de que el Libro de Mormón es el libro más centrado en Cristo que jamás se haya escrito y verdaderamente "Otro Testamento de Jesucristo".
En los primeros dos propósitos declarados, "cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres" y "para que conozcan los convenios del Señor", Moroni estableció claramente que los pueblos del Libro de Mormón son israelitas y herederos de las promesas hechas a los padres. El término padres a que se hace referencia en la primera declaración se puede referir a los linajes ancestrales y a todos los grandes profetas y patriarcas del Antiguo Testamento, pero con bastante frecuencia, los padres son los tres grandes patriarcas, Abraham, Isaac, y Jacob con quienes hizo convenios el Señor. De esta forma, la primera declaración nos lleva a la segunda "para que conozcan los convenios del Señor."
Nefi es el principal escritor y autor de las planchas menores, y Mormón y Moroni son los principales compiladores y escritores de las planchas mayores. Estos tres escritores fueron muy claros al explicar sus propósitos para escribir, por lo general, todos ellos son iguales a la portada del Libro de Mormón; pero, como veremos mas adelante, probablemente fue Nefi quien empezó los temas básicos que ayudaron a los otros escritores y compiladores con sus enfoques, lo que resultó en la portada que conocemos hoy en día.
LOS PROPÓSITOS DE NEFI AL ESCRIBIR
Las planchas menores son tan importantes, y en especial los escritos de Nefi, que el Señor declaró: "He aquí, hay muchas cosas grabadas en las planchas de Nefi que dan mayor claridad a mi evangelio" (DyC 10: 45). Esta mayor claridad aparece muy pronto en 1 Nefi. De hecho, mientras mas leo, estudio, medito y oro por el Libro de Mormón, mas convencido estoy de que Lehi y Nefi fijaron los temas doctrinales para todos los demás escritores. Si esto es así, entonces las planchas menores de Nefi (1 y 2 Nefi, Jacob, Enós, Jarom y Omni) son el prefacio para todas las 642 páginas (edición en español). Quizás se pueda decir con seguridad que esos temas se establecieron en el sueño y visión de Lehi (1 Nefi 8; 10) y en la subsiguiente visión de Nefi sobre eso (1 Nefi 11-14). También, es importante incluír los comentarios de Nefi sobre la visión o sueño de Lehi que se encuentran en el capítulo 15. En resúmen, 1 Nefi capítulos 8 al 15 inclusive, forman el prefacio mas completo para todo el Libro de Mormón, y todo lo que sigue en ese libro magnífico, emana de ellos y está en armonía con esos ocho capítulos.
En estos primeros capítulos, Lehi y Nefi se enfocan: en los convenios, en el Mesías, en el Recogimiento de Israel, en los gentiles, y en la Restauración, pero los comentarios de Nefi sobre esos temas son los que establecen la parte central de los temas que Moroni delineó en la portada. Para mí, 1 Nefi 15 es uno de los capítulos más importantes de todo el Libro de Mormón. Sucede que Lamán y Lemuel no habían entendido las palabras de Lehi "concernientes a las ramas naturales del olivo, y también con respecto a los gentiles" (1 Nefi 15: 7). Nefi les contestó al enseñarles acerca de Israel y su dispersión y su subsecuente recogimiento en los últimos días, lo que empezaría con la salida a luz del Libro de Mormón, el cual dijo contiene la plenitud del evangelio y que "vendrá a los gentiles; y de los gentiles vendrá al resto de nuestra posteridad" (1 Nefi 15: 13). Como resultado del Libro de Mormón, el resto de su posteridad y toda la casa de Israel podrán saber:
1. "que son de la casa de Israel, y
2. "que son del pueblo del convenio del Señor; y
3. "entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y también
4. "al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él ministró a sus padres. Por tanto,
5.- "llegarán al conocimiento de su Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cómo venir a él y ser salvos" (1 Nefi 15: 14).
Quienes obtengan este conocimiento se regocijarán y vendrán al rebaño verdadero de Dios y serán injertados al olivo verdadero (ver 1 Nefi 15: 15-16). Ser injertados significa, según la definición de las escrituras, llegar al "conocimiento del verdadero Mesías, su Señor y su Redentor" (1 Nefi 10: 14). Cuando las personas llegan a este conocimiento y son injertadas, vemos el gran cumplimiento de las promesas hechas a Abraham, "indicando el convenio que se ha de cumplir en los postreros días, convenio que el Señor hizo con nuestro padre Abraham, diciendo: En tu posteridad, serán benditas todas las familias de la tierra" (1 Nefi 15: 18).
Las familias de que se habla se convertirán a través del poder del Espíritu cuando lean, mediten y oren en cuanto al Libro de Mormón y serán guiados hasta el santo templo, en donde las familias son selladas en cumplimiento de las promesas hechas a Abraham.
Todos los demás escritores y profetas del Libro de Mormón recibieron revelaciones del Espíritu Santo, de mensajeros celestiales, y del Salvador mismo que confirman y aumentan las simples y profundas verdades que Lehi y Nefi recibieron por revelación. Esta revelación muestra que Jesucristo "es siempre el mismo ayer, hoy y para siempre; y la vía ha sido preparada para todos los hombres desde la fundación del mundo, si es que se arrepienten y vienen a él" (1 Nefi 10: 18).
Nefi concluyó su parte de las planchas enseñándonos lo que él esperaba que hicieran sus escritos; y para mayor énfasis, yo las identifico en forma de lista junto con esta declaración introductoria de Nefi: "Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues
1. "los persuaden a hacer el bien;
2. "les hacen saber acerca de sus padres;
3. "y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna.
4. "Y hablan ásperamente contra el pecado" (2 Nefi 33: 4-5).
NEFI DESCRIBE OTROS PROPÓSITOS DEL LIBRO DE MORMÓN.
Además de los propósitos declarados que ya hemos comentado hasta ahora, Nefi compartió pensamientos y sentimientos conmovedores acerca de lo que esperaba que sus escritos lograran. Por ejemplo, Nefi incluyó los escritos de Isaías con la esperanza de que las aplicáramos y que tal vez "los persuada [a nosotros en éstos últimos días] a que se acuerden del Señor su Redentor...y creyeran en Él..." (1 Nefi 19: 18, 23). Aún más, al hablar de las planchas de bronce, Nefi testificó que si las aplicamos a nosotros mismos, sabremos que "son verdaderas; y testifican que el hombre debe ser obediente a los mandatos de Dios" (1 Nefi 22: 30).
Lo que Nefi entendía de estas cosas, los escritos en las planchas menores, está bien expresado en su interpretación del sueño de su padre, y podemos leer entre líneas para distinguir sus profundos sentimientos: "y les dije que era [la barra de hierro] la palabra de Dios; y que quienes escucharan la palabra de Dios y se aferraran a ella, no perecerían jamás; ni los vencerían las tentaciones ni los ardientes dardos del adversario para cegarlos y llevarlos hasta la destrucción" (1 Nefi 15: 24).
En el así llamado Salmo de Nefi, podemos vislumbrar sus sentimientos acerca de las planchas: "Y sobre éstas escribo las cosas de mi alma....Porque mi alma se deleita en las Escrituras, y mi corazón las medita, y las escribo para la instrucción y el beneficio de mis hijos. He aquí, mi alma se deleita en la cosas del Señor, y mi corazón medita continuamente en las cosas que he visto y oído" (2 Nefi 4: 15-16).
Después de que Nefi había incluído los escritos de Isaías, y sus comentarios y sus profecías sobre las mismas, dijo que estaba satisfecho con la excepción "de unas pocas palabras que debo hablar acerca de la doctrina de Cristo" (2 Nefi 31: 2).
Siguiendo a esa declaración él escribió acerca de lo que el Señor le había mostrado, quizás como parte de la visión descrita en 1 Nefi 11-14, acerca del Salvador; Su bautismo, y porque debemos seguirlo y mantenernos en la senda que Él marcó (ver 2 Nefi 31; y comparar con el sueño de Lehi en 1 Nefi 8). Entonces Nefi dió primero lo que yo llamo una proposición de si-entonces concernientes a las palabras de Cristo: "Si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, [entonces] así dice el Padre: Tendréis la vida eterna" (2 Nefi 31: 20). Esta fuerte invitación fue seguida por este mandato: "Deleitáos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer" (2 Nefi 32: 3).
Finalmente, cerró su parte de las planchas menores diciendo: "Mas yo Nefi, he escrito lo que he escrito; y lo estimo de gran valor" (2 Nefi 33: 3). A él se le mandó que escribiera estas cosas, sabiendo que son las palabras de Cristo y que nosotros y Nefi "nos veremos cara a cara" y seremos juzgados de acuerdo con lo que hayamos hecho con las palabras que él escribió. Porque nos condenarán o nos bendecirán con vida eterna (2 Nefi 33: 11-15).
DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO DE JACOB
Jacob se adhirió a la intención establecida por Nefi y al enfoque importante en los temas de lo que el Señor había hecho por sus padres, que Israel conozca los convenios del Señor, y para convencer al judío y al gentil que Jesús es el Cristo. Estos se encuentran en 2 Nefi 6 al 10, especialemente en los capítulos 9 y 10, y en Jacob 1 hasta el 6. En la siguiente declaración del propósito importante, Jacob expresó su esperanza para lo que había escrito: "y obramos diligentemente para grabar estas palabras sobre planchas, esperando que nuestros amados hermanos y nuestros hijos las reciban con corazones agradecidos, y las consideren para que sepan con gozo, no con pesar, ni con desprecio, lo que atañe a sus primeros padres. Porque hemos escrito estas cosas para este fin, que sepan que nosotros sabíamos de Cristo y teníamos la esperanza de su gloria muchos siglos antes de su venida, y no solamente teníamos nosotros una esperanza de su gloria, sino también todos los santos profetas que vivieron antes que nosotros" (Jacob 4: 3-4).
Esta declaración de un propósito exacto es ilustrado por la magnífica alegoría en el capítulo 5 de Jacob y con su resumen de esa alegoría en el capítulo 6, específicamente que Dios recordará a la casa de Israel y Sus convenios con ellos, y exhortándolos a "que os arrepintáis y vengáis con íntegro propósito de corazón, y os alleguéis a Dios" y a que no rechacen " todas las palabras que se han hablado en cuanto a Cristo" (Jacob 6: 5, 8), las cuales él y Nefi habían sido muy cuidadosos en escribirlas y preservarlas.
CUMPLIMIENTO EN EL LIBRO DE ALMA DE LOS PROPÓSITOS DE LOS ESCRITORES
En el compendio de las enseñanzas y experiencias de Alma preparado por Mormón, el siguiente resumen de lo que las planchas habían logrado hasta entonces ilustra el cumplimiento de su propósito. Si cambiamos el tiempo del verbo del pasado al presente o al futuro, estas verdades también se pueden considerar como declaraciones de propósito.
"Y hasta aquí ha sido según la sabiduría de Dios que estas cosas sean preservadas; [los escritos en las planchas] pues he aquí han
1. "Ensanchado la memoria de este pueblo, sí y
2. "han convencido a muchos del error de sus caminos, y
3. "los han traído al conocimiento de su Dios para la salvación de sus almas
4. "Sí, te digo que si no hubiese sido por estas cosas que estos anales contienen, los cuales están sobre estas planchas, Ammón y sus hermanos no habrían podido convencer a tantos miles de los lamanitas de las tradiciones erróneas de sus padres; sí, estos anales y sus palabras los llevaron al arrepentimiento, es decir; los llevaron al conocimiento del Señor su Dios, y a regocijarse en Jesucristo su Redentor" (Alma 37: 8-9).
Esta obra de elocuencia divina ofrece un testimonio convincente de que Jesús es el Cristo, el Eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todo aquel que se arrepiente y viene a Él, en especial a la descendencia de Lehi, a quienes el Señor ama; Su pueblo del convenio, los hijos de Israel.
UN DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO EN LA DOCTRINA Y CONVENIOS
En una revelación al Profeta José Smith en 1828, aparece la siguiente declaración. Nótese como se parece a la portada y a las visiones de Lehi y Nefi. Otra vez, yo enfatizo las palabras introductorias propósito y que, las cuales establecen la intención:
"Y para este propósito mismo, se preservan estas planchas que contienen esta historia...
1. "que se cumplan las promesas del Señor a su pueblo; y
2.- "para que los lamanitas lleguen al conocimiento de sus padres, y
3. "sepan de las promesas del Señor, y
4. " crean en el evangelio y tengan confianza en los méritos de Jesucristo, y sean glorificados por medio de la fe en su nombre, y
5. "se salven mediante su arrepentimiento" (DyC 3: 19-20).
UNA DECLARACIÓN DEL PROPÓSITO EN EL LIBRO DE ETER
Cuando Moroni incluyó su compendio de las planchas de Eter, insertó esta breve declaración del propósito:
"Por lo tanto, se me manda a mí Moroni, escribir estas cosas
1. "para que sea destruído el mal, y
2. "llegue el tiempo en que Satanás no tenga mas poder en el corazón de los hijos de los hombres, sino
3. "que sean persuadidos a hacer el bien constantemente,
4. "a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos" (Eter 8: 26).
Nótese la forma en que el cuarto propósito se asemeja a las palabras establecidas por Lehi y Nefi en su sueño del árbol de la vida ilustrada por la metáfora de venir a la fuente de toda rectitud y ser salvos (1 Nefi 8: 15-16, 30; 11: 25).
COMPARACIÓN ENTRE LAS DECLARACIONES DEL PROPÓSITO DE MORMÓN Y MORONI
Los hijos aprenden de sus padres tanto en palabras como en hechos. Seguramente Moroni aprendió mucho de su padre Mormón, lo cual se puede ver al comparar tres declaraciones del propósito, dos son de Mormón y la portada escrita por Moroni.
Nótese el énfasis en el tribunal de Cristo en Mormón 3 y en la portada y, según se indicó antes, el papel del Libro de Mormón para ayudarnos a prepararnos para el juicio.
DECLARACIÓN FINAL DEL PROPÓSITO DE MORMÓN
Como se puede ver en las comparaciones de arriba (Mormón 3: 17-22; Mormón 5: 12, 14-15; y la portada), Mormón entendió claramente el propósito que se buscaba con el Libro de Mormón. Si vemos la cronología de los escritos de Mormón, aparece que Mormón capítulo 7 es su mensaje final. (Moroni concluyó las planchas e incluyó dos cartas de su padre, Moroni 8 y 9, que probablemente fueron escritas mas temprano en su ministerio, lo cual hace que Mormón 7 sea su último mensaje escrito en las planchas). La esperanza y el consejo finales de Mormón son que el resto de su pueblo del Libro de Mormón sepa lo siguiente:
1. Las cosas de sus padres (versículo 1)
2. Que son de la casa de Israel (versículo 2);
3. Qué cosas deben hacer para ser salvos (versículos 3-4);
4. Que deben llegar al conocimiento de sus padres (versículo 5);
5. Que deben creer en Jesucristo y en Su misión, en la Expiación y en la Resurrección y que habrá un juicio final (versículos 5-6);
6. Que quienes crean en el Libro de Mormón creerán en la Biblia y viceversa (versículo 9);
7. Que son la posteridad de Jacob (Israel) y que si creen en Jesucristo, se arrepienten, se bautizan, y reciben el Espíritu Santo, les irá bien en el día del juicio (versículo 10.
DECLARACIONES FINALES DEL PROPÓSITO DE MORONI
Moroni recibió los registros de su padre Mormón, y luego añadió sus palabras (Mormón 8-9, Moroni 1-10, y partes de Eter). Moroni dijo que "mi padre ha preparado estos anales, y ha escrito el objeto de ellos" (Mormón 8: 5; 3: 20-22; 5: 14-15; y 7). Moroni resumió el propósito de su padre al decir que él esperaba que el registro ayudaría a que sus escritores "limpiemos nuestros vestidos de la sangre de nuestros hermanos" (Mormón 9: 35) y que estos hermanos pudieran ser restaurados al conocimiento de Jesucristo y que Dios, el Padre "se acuerde del convenio que ha hecho con la casa de Israel" (Mormón 9: 37).
Continúo maravillándome con los paralelismos exactos que se hallan en las declaraciones de los propósitos, todos ellos resumidos tan hermosamente en la portada del Libro de Mormón.
Además de la portada, el último capítulo del Libro de Mormón, Moroni 10, contiene ocho verdades concernientes a todos estos propósitos declarados. Cada uno empieza con una exhortación.
1. "He aquí, quisiera exhortaros ....que recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor...y que lo meditéis en vuestros corazones" (versículo 3).
2. "Quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas" (versículo 4).
3. "Quisiera exhortaros a que no neguéis el poder de Dios" (versículo 7).
4. "Os exhorto, hermanos míos, a que no neguéis los dones de Dios" (versículo 8).
5. "Y Quisiera exhortaros ... a que tengáis presente que toda buena dádiva viene de Cristo" (versículo 18).
6. "Y quisiera exhortaros... a que recordéis que él es el mismo ayer, hoy y para siempre" (versículo 19).
7. "Y os exhorto a que recordéis estas cosas" (versículo 27).
8. "Quisiera exhortaros a que viniéseis a Cristo" (versículo 30).
Las dos últimas exhortaciones se enfocan en "estas cosas" y en Jesucristo. "Estas cosas" se refieren a los registros escritos, y las exhortaciones de Moroni son iguales a las de Nefi: habrá un juicio final y veremos a Nefi y a Moroni para asegurar nuestra responsabilidad concerniente a lo que hemos hecho con estos registros (2 Nefi 33: 10-15). Finalmente, Moroni nos invita a venir a Cristo y ser perfeccionados en Él (Moroni 10: 30, 32). Así terminan las planchas mayores, con esta emocionante invitación enfocada en Cristo.
Pero ¿qué hay acerca del fin de las planchas menores? No es de sorprender que las planchas menores, esos escritos sublimes que Nefi empezó y que Amalekí terminó, sean semejantes a las exhortaciones de Moroni:
"Le entregaré por tanto, estas planchas, exhortando a todos los hombres a que vengan a Dios, el Santo de Israel, y crean en la profecía y en revelaciones, y en la ministración de ángeles, en eldon de lenguas, en el don de interpretación de lenguas, y en todaslas cosas que son buenas; porque nada hay, que sea bueno, que novenga del Señor; y lo que es malo viene del diablo.Y ahora bien, mis amados hermanos, quisiera que viniéseis a Cristoel cual es el Santo de Israel, y participaseis de su salvación y del poder de su redención. Sí, venid a él y ofrecedle vuestras almas enteras como ofrenda, y continuad ayunando y orando y perseveradhasta el fin; y así como vive el Señor, seréis salvos. (Omni 1: 25-26)
El Profeta José Smith tradujo las planchas menores y mayores por el don y el poder de Dios y declaró al mundo "Que el Libro de Mormón era el libro mas correcto sobre la tierra, y la clave de nuestra religión, y que un hombre se acercaría mas a Dios por sus preceptos que por los de cualquier otro libro."
Esta franca declaración adquiere mayor significado cuando se le compara con los propósitos declarados del Libro de Mormón.
La organizacion Familiar Celestial
por Parley P. Pratt.(Tomado de the Improvement Era)
El siguiente artículo apareció en 1845 en la revista "The Prophet" (El Profeta) que el hermano Pratt publicaba en la ciudad de Nueva York.
El siguiente artículo apareció en 1845 en la revista "The Prophet" (El Profeta) que el hermano Pratt publicaba en la ciudad de Nueva York.
EL hombre es un ser eterno, así en lo que concierne a su organización material como en lo que toca a su mente y afectos. La resurrección de la muerte lo restablece a la vida con todos sus poderes, facultades corporales y mentales, y (si es vivificado por la gloria celestial) consiguientemente, lo une a su familia, amigos y parientes, para formar uno de los eslabones necesarios en la cadena que estrecha a la gran y real familia de los cielos y de la tierra en un lazo eterno de cariño y asociación consanguíneos. El orden del gobierno de Dios, tanto en lo que se mide por el tiempo como en la eternidad, es patriarcal; es decir, es un gobierno paternal. Todo padre que es levantado de los muertos y es hecho partícipe de la gloria celestial en su plenitud tendrá jurisdicción legítima en sus propios hijos y en todas las familias que de ellos nazcan por todas las generaciones para siempre jamás.
En esta época hablamos de que los niños llegan a ser mayores de edad, como se dice, y estimamos que cuando son mayores de edad quedan libres de la autoridad de su padre. Pero no se conoce tal regla en la ley y organizaciones celestiales, ni en esta vida ni en la venidera. Según esta ley, el hijo está sujeto a su padre para siempre jamás, por los siglos de los siglos. También tenemos una regla, establecida hoy en la tierra, según la cual una mujer llega a ser la esposa de un hombre, y está sujeta a él por ley hasta que la muerte los separa. Pero en el orden celestial no es así, por la más sencilla de todas las razones, a saber, que el orden celestial es un orden de vida eterna; no reconoce la muerte y, por consiguiente, nada ha dispuesto para tal eventualidad. Por tanto, todos sus convenios y con¬tratos son eternos en cuanto a su duración y tienen por objeto enlazar a los varios miembros de la familia en una unión eterna.
Nuestro venerable padre Adán, tomó a nuestra madre Eva por esposa cuando la familia humana y el mundo en que vivían se hallaban tan libres de la muerte como Dios y su trono. Quisiéramos preguntar, ¿qué clase de contrato celebraron, y por cuánto tiempo iba a durar? ¿Iba a efectuarse de acuerdo con el poder y unión de una vida sin fin; o era sólo para cumplir un objeto momentáneo, hasta que la muerte hiciera la separación? La respuesta es obvia. Este contrato matrimonial debe haber sido eterno, o de lo contrario, estaba comprendido en él la pecaminosa así como cruel idea de un divorcio y separación final durante sus vidas; porque debe tenerse presente que ningún concepto tenían de la muerte ni de que estarían sujetos a ella ni aun por un momento, el día en que hicieron el convenio.
Por otra parte, el apóstol Pablo nos plantea un misterio cuando dice que no todos dormiremos en el polvo, sino los que vivan en cierta época serán cambiados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, y serán arrebatados para recibir al Señor y estar siempre con El. (1Corintios 15:51 en adelante) Como algunos de ellos indudablemente serán marido y mujer, quisiéramos preguntar ¿cuándo se cumplirá su contrato y llegará a su fin su pacto matrimonial? Convinieron en ser el uno del otro hasta que la muerte los separase (es decir, si se casaron de acuerdo con las ceremonias acostumbradas que hoy existen). Mas he aquí, la muerte no podrá separarlos; porque el cambio del estado mortal al inmortal será instantáneo.
Además, Cristo vino para "librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre." (Hebreos 2:15) Por tanto, después de la resurrección los hombres vivirán; y vivirán para siempre, como si nunca hubiera habido muerte. En vista de ello, Dios declara que El es el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, los cuales han muerto ya; mas con todo, afirma que no es Dios de los muertos, sino de los vivos.
Pablo propone también otro misterio, a saber, que los mandos amen "a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia". (Efesios 5:25) Deseamos preguntar si este amor y la unión consiguiente de Cristo y su Iglesia van a terminar con la muerte y se efectuará una separación final en el mundo venidero. O si, por otro lado, la unión será más perfecta y completa en la otra vida que en ésta. Todos están de acuerdo en que el amor y la unión de Cristo y la Iglesia son eternos, y que no sólo continuarían en el otro mundo, sino que allá se harán más perfectos. De ser así, llegamos a la conclusión irrefutable de que el amor y unión de un hombre y su esposa deben continuar hasta la eternidad, y serán aun más perfectos entonces. De lo contrario, Pablo se equivocó grandemente cuando dijo que todo hombre debe amar a su mujer así como Cristo ama la Iglesia.
Habiendo establecido el hecho o principio de la unión eterna entre el hombre y su mujer, ahora trataremos de establecer la relación eterna y autoridad, por una parte, y la obediencia que existirá entre los padres y los hijos, por otra.
Para ilustrar este principio tenemos un precedente hermoso y sencillo. Jesucristo y su Padre continúan siendo uno en cuanto a su cariño y unión desde que Jesús se levantó de los muertos; y el Salvador sigue rindiendo obediencia a los mandatos de su Padre y también ha revelado que continuará haciéndolo hasta que haya subyugado la muerte y todo dominio, autoridad y poder. "Entonces también el Hijo mismo se sujetará a Dios." (1Corintios 15:28). Nada indica en todo esto que Jesucristo llegará a ser mayor de edad y quedará libre de toda obligación de obedecer a su Padre; por el contrario, claramente se revela que siempre le estará sujeto. Pues bien, como lo testifica el apóstol Juan, este mismo Jesús oró a su Padre que sus discípulos y aquellos que creyesen en las palabras de ellos pudieran ser uno, así como Cristo y su Padre son uno; no solamente uno con Dios y con Cristo, sino también uno entre sí, en la misma manera y con el mismo significado que ellos lo son. (Juan 17:11) Supongamos que, cumpliéndose esta oración, un hombre y sus hijos fueran discípulos de Jesús; y por último, en el mundo eterno llegan a ser uno, precisamente en el mismo modo que Cristo y su Padre son uno. ¿No estarían sujetos estos hijos a su padre en la misma manera en que Cristo está sujeto a su Padre? Por supuesto que sí.
Adán, el venerable patriarca y soberano tendrá jurisdicción legal sobre Abel, Enoc, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, José, Moisés, los profetas, apóstoles y santos de todas las edades y dispensaciones, todos los cuales lo reverenciarán y obedecerán como su venerable padre y soberano legal. Entonces serán organizados, cada cual sobre su propio departamento de gobierno, de conformidad con su primogenitura y oficio, en sus familias, generaciones y naciones. Cada uno obedecerá y será obedecido de acuerdo con la relación que guarde como miembro de la gran familia celestial. Y así la graduación descenderá en grados regulares desde el trono del Anciano de Días con sus innumerables subditos, hasta el menor y último Santo de los Últimos Días que sea considerado digno de recibir un trono y cetro, aun cuando su reino tal vez se componga únicamente de una esposa y un solo hijo. Tal es el orden y organización de la familia celestial, y así son las naturalezas de los tronos, principados y potestades que son las recompensas de la diligencia. Este reino, organizado y establecido sobre la tierra en su belleza y orden, estará dispuesto para el Hijo del Hombre. Entonces vendrá en las nubes del cielo y lo recibirá para sí. Adán y todos los patriarcas, reyes y profetas todavía estarán sujetos a Cristo, porque Cristo fué, en el mundo eterno, el primogénito de toda criatura y el principio de la creación de Dios. De modo que en el orden . patriarcal Cristo gobierna por derecho de nacimiento.
Ahora quisiera decir un poco sobre el tema del matrimonio y también sobre el asunto de criar y educar a los niños.
¿Quién de aquellos que han conocido, aun cuando haya sido a golpe de vista, el orden de la familia celestial y de las asociaciones y lazos eternos que deben establecerse aquí para disfrutar de ellos allá; que ha sentido aunque no sea más que una sola emoción de la energía y poder de la vida y amor eternos que emanan del espíritu divino de la revelación, puede jamás conformarse con los corruptos placeres del mo¬mento que vienen de las relaciones o deseos ilícitos? ¿O qué Santo de los Últimos Días, que tenga algún grado de fe en el poder de la resurrección y la vida eterna, puede estar contento con extraviarse contrayendo matrimonio con sectarios u otras personas mundanas, tan ciegas que no pueden jamás lograr una unión eterna por la autoridad del Santo Sacerdocio que tiene el poder para ligar aquello que será ligado en los cielos? Mediante tal unión, o por causa de asociaciones y relaciones corruptas, ilícitas y deshonestas, no tan solamente pierden su propia corona y trono celestiales, sino también conducen a sus hijos a la ruina y las tinieblas, y esto probablemente les hará menospreciar tan grande salvación a cambio del amor y la adulación del mundo y las tradiciones de los hombres.
¡Oh amigos míos, mis hermanos y hermanas, y especialmente la juventud de nuestra comunidad! Os ruego por el temor y amor de Dios y os suplico, en vista de la eterna gloria y exaltación en este reino, que os abstengáis de todas las corruptas y abominables prácticas y deseos del mundo y de la carne, y que procuréis ser puros y virtuosos en todos vuestros hechos y pensamientos; y no sólo esto, sino que no contraigáis matrimonios o enlaces sino hasta después que hayáis pedido el consejo del Espíritu de Dios en humilde oración ante El; hasta después de conocer y entender los principios de vida y unión eternos suficientemente bien para obrar sabia y prudentemente, y de tal manera que por fin lograréis para vosotros y vuestra compañera e hijos un lugar en el gran círculo familiar de la organización celestial.
Quisiera decir a los padres que su propia salvación, así como la de sus hijos, depende hasta cierto grado de la manera en que crían a sus hijos y los educan según la verdad, para que sus tradiciones y primeras impresiones sean correctas. Ningún padre que continúa descuidando esto, después que él mismo ha llegado al conocimiento de la verdad, puede salvarse en el reino celestial.
En cuanto al matrimonio, supongo que alguien me dirá que en la resurrección ni se casan ni se dan en casamiento. Es verdad, y por la mejor de todas las razones: porque es aquí donde lo hacen, y de esta manera atan en la tierra lo que debe ser atado en los cielos, lo cual también se hace por la propia autoridad de Dios; y éste es el mundo de preparación y aquél, el mundo de gozo. Por tanto, no habrá necesidad de hacerlo en aquel mundo. Aquellos que no entienden y no cumplen con las ordenanzas y autoridad de Dios en este mundo —ni ellos por sí mismos ni por la intervención de un representante— no son considerados dignos de disfrutar de la gloria celestial en el mundo venidero; por tanto, deben permanecer como son y nunca podrán gozar de esa dulce unión y exaltación que se han preparado para los Santos del Altísimo. De modo que todos serán juzgados de acuerdo con las obras que hagan en el cuerpo; y lo que sembraren, eso también segarán. Si en este mundo prefieren seguir las impías lascivias y placeres del momento en asociaciones ilícitas; o si prefieren estar unidos según la manera de este mundo, contrayendo enlace con un compañero que no es digno de recibir un convenio eterno y el "sello del Dios viviente", entonces las consecuencias serán que disfrutarán de las cosas de este mundo y sus placeres y pasiones; pero la muerte pondrá fin a la escena y la eternidad los hallará pobres, errantes, excluidos de la familia celestial y extranjeros para con el convenio de la promesa. Sus pactos anteriores terminarán con sus vidas, y en aquel mundo no podrán casarse ni darse en casamiento; por tanto, deberán permanecer separados de la asociación familiar, y por ende, sin ningún reino que regir, ni manera posible de aumentar su propia gloría. Ciertamente habrá llantos, gemidos y crujir de dientes, porque ¿quién puede soportar una frustración eterna? ¿Quién puede aguantar hallarse eternamente desterrado y separado de su padre, madre, esposa, hijos y todo afecto y lazo familiar? Porque las autoridades de ese mundo no reconocerán ninguna de nuestras relaciones, a menos que aquí las liguemos mediante un convenio eterno que no pueda ser quebrantado y sean selladas por las autoridades constituidas del Dios viviente.
Bien prometió el Señor por boca del profeta Malaquías, que enviaría a Elias el Profeta antes de la venida del gran y terrible día del Señor; y que él (Elias) volvería, sellaría o ligaría el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres, para que toda la tierra no fuese herida con una maldición. Y si queréis recibirlo, Elias el Profeta ha sido enviado en estos postreros días a la tierra, y ha conferido las llaves del poder de sellar para que otros puedan salir investidos con su espíritu, poder y sacerdocio y sellar tanto en la tierra como en el cielo. Pero con algunos han hecho como han querido, y en igual manera muchos otros tal vez padecen bajo su mano cruel. Pero las llaves están sobre la tierra y no serán quitadas hasta que sea consumada la obra de sellar. Por tanto, ¡oh santos del Altísimo!, edificad el templo y santuario de nuestro Dios y congregaos en él. Porque allí, dice el Señor, os revelaré la plenitud de mis ordenanzas pertenecientes al Santo Sacerdocio, y la preparación mediante la cual tanto los vivos como los muertos podrán ser redimidos y unidos en los principios exaltados de la vida y gozo eternos. Amén.
En esta época hablamos de que los niños llegan a ser mayores de edad, como se dice, y estimamos que cuando son mayores de edad quedan libres de la autoridad de su padre. Pero no se conoce tal regla en la ley y organizaciones celestiales, ni en esta vida ni en la venidera. Según esta ley, el hijo está sujeto a su padre para siempre jamás, por los siglos de los siglos. También tenemos una regla, establecida hoy en la tierra, según la cual una mujer llega a ser la esposa de un hombre, y está sujeta a él por ley hasta que la muerte los separa. Pero en el orden celestial no es así, por la más sencilla de todas las razones, a saber, que el orden celestial es un orden de vida eterna; no reconoce la muerte y, por consiguiente, nada ha dispuesto para tal eventualidad. Por tanto, todos sus convenios y con¬tratos son eternos en cuanto a su duración y tienen por objeto enlazar a los varios miembros de la familia en una unión eterna.
Nuestro venerable padre Adán, tomó a nuestra madre Eva por esposa cuando la familia humana y el mundo en que vivían se hallaban tan libres de la muerte como Dios y su trono. Quisiéramos preguntar, ¿qué clase de contrato celebraron, y por cuánto tiempo iba a durar? ¿Iba a efectuarse de acuerdo con el poder y unión de una vida sin fin; o era sólo para cumplir un objeto momentáneo, hasta que la muerte hiciera la separación? La respuesta es obvia. Este contrato matrimonial debe haber sido eterno, o de lo contrario, estaba comprendido en él la pecaminosa así como cruel idea de un divorcio y separación final durante sus vidas; porque debe tenerse presente que ningún concepto tenían de la muerte ni de que estarían sujetos a ella ni aun por un momento, el día en que hicieron el convenio.
Por otra parte, el apóstol Pablo nos plantea un misterio cuando dice que no todos dormiremos en el polvo, sino los que vivan en cierta época serán cambiados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, y serán arrebatados para recibir al Señor y estar siempre con El. (1Corintios 15:51 en adelante) Como algunos de ellos indudablemente serán marido y mujer, quisiéramos preguntar ¿cuándo se cumplirá su contrato y llegará a su fin su pacto matrimonial? Convinieron en ser el uno del otro hasta que la muerte los separase (es decir, si se casaron de acuerdo con las ceremonias acostumbradas que hoy existen). Mas he aquí, la muerte no podrá separarlos; porque el cambio del estado mortal al inmortal será instantáneo.
Además, Cristo vino para "librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre." (Hebreos 2:15) Por tanto, después de la resurrección los hombres vivirán; y vivirán para siempre, como si nunca hubiera habido muerte. En vista de ello, Dios declara que El es el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, los cuales han muerto ya; mas con todo, afirma que no es Dios de los muertos, sino de los vivos.
Pablo propone también otro misterio, a saber, que los mandos amen "a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia". (Efesios 5:25) Deseamos preguntar si este amor y la unión consiguiente de Cristo y su Iglesia van a terminar con la muerte y se efectuará una separación final en el mundo venidero. O si, por otro lado, la unión será más perfecta y completa en la otra vida que en ésta. Todos están de acuerdo en que el amor y la unión de Cristo y la Iglesia son eternos, y que no sólo continuarían en el otro mundo, sino que allá se harán más perfectos. De ser así, llegamos a la conclusión irrefutable de que el amor y unión de un hombre y su esposa deben continuar hasta la eternidad, y serán aun más perfectos entonces. De lo contrario, Pablo se equivocó grandemente cuando dijo que todo hombre debe amar a su mujer así como Cristo ama la Iglesia.
Habiendo establecido el hecho o principio de la unión eterna entre el hombre y su mujer, ahora trataremos de establecer la relación eterna y autoridad, por una parte, y la obediencia que existirá entre los padres y los hijos, por otra.
Para ilustrar este principio tenemos un precedente hermoso y sencillo. Jesucristo y su Padre continúan siendo uno en cuanto a su cariño y unión desde que Jesús se levantó de los muertos; y el Salvador sigue rindiendo obediencia a los mandatos de su Padre y también ha revelado que continuará haciéndolo hasta que haya subyugado la muerte y todo dominio, autoridad y poder. "Entonces también el Hijo mismo se sujetará a Dios." (1Corintios 15:28). Nada indica en todo esto que Jesucristo llegará a ser mayor de edad y quedará libre de toda obligación de obedecer a su Padre; por el contrario, claramente se revela que siempre le estará sujeto. Pues bien, como lo testifica el apóstol Juan, este mismo Jesús oró a su Padre que sus discípulos y aquellos que creyesen en las palabras de ellos pudieran ser uno, así como Cristo y su Padre son uno; no solamente uno con Dios y con Cristo, sino también uno entre sí, en la misma manera y con el mismo significado que ellos lo son. (Juan 17:11) Supongamos que, cumpliéndose esta oración, un hombre y sus hijos fueran discípulos de Jesús; y por último, en el mundo eterno llegan a ser uno, precisamente en el mismo modo que Cristo y su Padre son uno. ¿No estarían sujetos estos hijos a su padre en la misma manera en que Cristo está sujeto a su Padre? Por supuesto que sí.
Adán, el venerable patriarca y soberano tendrá jurisdicción legal sobre Abel, Enoc, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, José, Moisés, los profetas, apóstoles y santos de todas las edades y dispensaciones, todos los cuales lo reverenciarán y obedecerán como su venerable padre y soberano legal. Entonces serán organizados, cada cual sobre su propio departamento de gobierno, de conformidad con su primogenitura y oficio, en sus familias, generaciones y naciones. Cada uno obedecerá y será obedecido de acuerdo con la relación que guarde como miembro de la gran familia celestial. Y así la graduación descenderá en grados regulares desde el trono del Anciano de Días con sus innumerables subditos, hasta el menor y último Santo de los Últimos Días que sea considerado digno de recibir un trono y cetro, aun cuando su reino tal vez se componga únicamente de una esposa y un solo hijo. Tal es el orden y organización de la familia celestial, y así son las naturalezas de los tronos, principados y potestades que son las recompensas de la diligencia. Este reino, organizado y establecido sobre la tierra en su belleza y orden, estará dispuesto para el Hijo del Hombre. Entonces vendrá en las nubes del cielo y lo recibirá para sí. Adán y todos los patriarcas, reyes y profetas todavía estarán sujetos a Cristo, porque Cristo fué, en el mundo eterno, el primogénito de toda criatura y el principio de la creación de Dios. De modo que en el orden . patriarcal Cristo gobierna por derecho de nacimiento.
Ahora quisiera decir un poco sobre el tema del matrimonio y también sobre el asunto de criar y educar a los niños.
¿Quién de aquellos que han conocido, aun cuando haya sido a golpe de vista, el orden de la familia celestial y de las asociaciones y lazos eternos que deben establecerse aquí para disfrutar de ellos allá; que ha sentido aunque no sea más que una sola emoción de la energía y poder de la vida y amor eternos que emanan del espíritu divino de la revelación, puede jamás conformarse con los corruptos placeres del mo¬mento que vienen de las relaciones o deseos ilícitos? ¿O qué Santo de los Últimos Días, que tenga algún grado de fe en el poder de la resurrección y la vida eterna, puede estar contento con extraviarse contrayendo matrimonio con sectarios u otras personas mundanas, tan ciegas que no pueden jamás lograr una unión eterna por la autoridad del Santo Sacerdocio que tiene el poder para ligar aquello que será ligado en los cielos? Mediante tal unión, o por causa de asociaciones y relaciones corruptas, ilícitas y deshonestas, no tan solamente pierden su propia corona y trono celestiales, sino también conducen a sus hijos a la ruina y las tinieblas, y esto probablemente les hará menospreciar tan grande salvación a cambio del amor y la adulación del mundo y las tradiciones de los hombres.
¡Oh amigos míos, mis hermanos y hermanas, y especialmente la juventud de nuestra comunidad! Os ruego por el temor y amor de Dios y os suplico, en vista de la eterna gloria y exaltación en este reino, que os abstengáis de todas las corruptas y abominables prácticas y deseos del mundo y de la carne, y que procuréis ser puros y virtuosos en todos vuestros hechos y pensamientos; y no sólo esto, sino que no contraigáis matrimonios o enlaces sino hasta después que hayáis pedido el consejo del Espíritu de Dios en humilde oración ante El; hasta después de conocer y entender los principios de vida y unión eternos suficientemente bien para obrar sabia y prudentemente, y de tal manera que por fin lograréis para vosotros y vuestra compañera e hijos un lugar en el gran círculo familiar de la organización celestial.
Quisiera decir a los padres que su propia salvación, así como la de sus hijos, depende hasta cierto grado de la manera en que crían a sus hijos y los educan según la verdad, para que sus tradiciones y primeras impresiones sean correctas. Ningún padre que continúa descuidando esto, después que él mismo ha llegado al conocimiento de la verdad, puede salvarse en el reino celestial.
En cuanto al matrimonio, supongo que alguien me dirá que en la resurrección ni se casan ni se dan en casamiento. Es verdad, y por la mejor de todas las razones: porque es aquí donde lo hacen, y de esta manera atan en la tierra lo que debe ser atado en los cielos, lo cual también se hace por la propia autoridad de Dios; y éste es el mundo de preparación y aquél, el mundo de gozo. Por tanto, no habrá necesidad de hacerlo en aquel mundo. Aquellos que no entienden y no cumplen con las ordenanzas y autoridad de Dios en este mundo —ni ellos por sí mismos ni por la intervención de un representante— no son considerados dignos de disfrutar de la gloria celestial en el mundo venidero; por tanto, deben permanecer como son y nunca podrán gozar de esa dulce unión y exaltación que se han preparado para los Santos del Altísimo. De modo que todos serán juzgados de acuerdo con las obras que hagan en el cuerpo; y lo que sembraren, eso también segarán. Si en este mundo prefieren seguir las impías lascivias y placeres del momento en asociaciones ilícitas; o si prefieren estar unidos según la manera de este mundo, contrayendo enlace con un compañero que no es digno de recibir un convenio eterno y el "sello del Dios viviente", entonces las consecuencias serán que disfrutarán de las cosas de este mundo y sus placeres y pasiones; pero la muerte pondrá fin a la escena y la eternidad los hallará pobres, errantes, excluidos de la familia celestial y extranjeros para con el convenio de la promesa. Sus pactos anteriores terminarán con sus vidas, y en aquel mundo no podrán casarse ni darse en casamiento; por tanto, deberán permanecer separados de la asociación familiar, y por ende, sin ningún reino que regir, ni manera posible de aumentar su propia gloría. Ciertamente habrá llantos, gemidos y crujir de dientes, porque ¿quién puede soportar una frustración eterna? ¿Quién puede aguantar hallarse eternamente desterrado y separado de su padre, madre, esposa, hijos y todo afecto y lazo familiar? Porque las autoridades de ese mundo no reconocerán ninguna de nuestras relaciones, a menos que aquí las liguemos mediante un convenio eterno que no pueda ser quebrantado y sean selladas por las autoridades constituidas del Dios viviente.
Bien prometió el Señor por boca del profeta Malaquías, que enviaría a Elias el Profeta antes de la venida del gran y terrible día del Señor; y que él (Elias) volvería, sellaría o ligaría el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres, para que toda la tierra no fuese herida con una maldición. Y si queréis recibirlo, Elias el Profeta ha sido enviado en estos postreros días a la tierra, y ha conferido las llaves del poder de sellar para que otros puedan salir investidos con su espíritu, poder y sacerdocio y sellar tanto en la tierra como en el cielo. Pero con algunos han hecho como han querido, y en igual manera muchos otros tal vez padecen bajo su mano cruel. Pero las llaves están sobre la tierra y no serán quitadas hasta que sea consumada la obra de sellar. Por tanto, ¡oh santos del Altísimo!, edificad el templo y santuario de nuestro Dios y congregaos en él. Porque allí, dice el Señor, os revelaré la plenitud de mis ordenanzas pertenecientes al Santo Sacerdocio, y la preparación mediante la cual tanto los vivos como los muertos podrán ser redimidos y unidos en los principios exaltados de la vida y gozo eternos. Amén.
Tenemos un evangelio en su plenitud
Presidente N. Eldon Tanner
26 de agosto de 1972
También deseamos felicitar y dar las gracias a todos los que han proyectado y contribuido tan generosamente su tiempo para encargarse de los arreglos para efectuar esta conferencia. Estimula e inspira en gran manera ver esta numerosa congregación de fieles santos, muchos de los cuales han! viajado largas distancias y hecho grandes sacrificios para poder estar presentes en esta ocasión. Rogamos que todos sean alimentados espiritualmente y bendecidos por su fidelidad. Nos sentimos sumamente afortunados por tener tan buenos directores en las ramas, barrios, estacas y misiones.
Nos da gusto reconocer la presencia de los misioneros nativos de México y Centroamérica que están prestando servicio en dichos sitios. Los felicitamos a ellos y a los fieles santos por la parte tan significante que están realizando en llevar el evangelio y hermanar a los nuevos miembros, lo cual ha resultado en tan notable crecimiento en el reino en esta parte de la viña del Señor. Esperamos y rogamos que todos vosotros podáis llevar a los que no pudieron asistir, los mensajes e inspiración que estoy seguro os serán impartidos en estas reuniones.
El mes pasado, como todos sabéis, nuestro amado profeta, el presidente José Fieldíng Smith que tanto amaba a la gente de México y estaba haciendo planes para asistir en esta ocasión, acudió al llamado de nuestro Padre Celestial de volver a El para recibir la gran recompensa por el servicio sobresaliente que dio como siervo devoto del Señor. Nos sentimos felices, sin embargo, de que pudo vivir y disfrutar plenamente de la vida sin sufrir o perder el uso de sus facultades físicas y mentales, sino que continuó hasta el fin. El mismo día que falleció, asistió a los servicios de la Iglesia, cantando vigorosamente y participando de otras maneras en las actividades. Tras los servicios volvió a casa, y mientras se hallaba sentado en su sillón favorito, y casi sin notarse, sucedió repentinamente, cual si hubiese sido trasladado de esta vida a la venidera, sin sentir la muerte en forma alguna.
Aprecio más de lo que puedo expresar, el gran privilegio que tuve de asociarme tan íntimamente con el presidente José Fielding Smith, y antes de él, con el presidente David O. McKay, quienes fueron, ambos de ellos, verdaderos profetas de Dios. También estoy agradecido por la asociación tan dulce y llena de satisfacción que ahora tengo con el presidente Harold B. Lee, que estoy seguro fue escogido antes de nacer para ser un director y Profeta de Dios y Presidente de su Iglesia aquí sobre la tierra. Bajo la dirección de nuestro Señor y Salvador, él conducirá los asuntos de la Iglesia y nos dará la orientación que necesitamos tan urgentemente en estos tiempos difíciles. No se encuentra con nosotros hoy, pero manda sus bendiciones y estará con nosotros en nuestros servicios esta noche y mañana. Será un gran privilegio y bendición tenerlo con nosotros.
Estamos sumamente interesados en el crecimiento que se ha efectuado en la Iglesia durante los últimos años, por lo cual nos sentimos muy animados. Desde que fui llamado como una de las Autoridades Generales en 1960, la población ha aumentado en un 94 por ciento hasta llegar a tener más de tres millones de miembros, casi el doble que había en esa ocasión. Tenemos 583 estacas y 101 misiones, con más de 15.000 misioneros que están dedicando su tiempo entero a la evangelización.
Aquí en México, si las cifras que traigo están correctas, el número de miembros en la Iglesia ha aumentado desde aproximadamente 18.000 en 1960 hasta casi 100.000 en la actualidad, o sea un número cinco veces mayor. En 1960 había tres misiones; hoy existen cinco. En esa época teníamos una estaca, hoy tenemos siete y somos bendecidos con directores capaces y miembros devotos, todos los cuales están esforzándose por cumplir con su parte en la tarea de adelantar la obra del Señor. De hecho, tres de nuestros Representantes Regionales de los Doce son de México. También tenemos Representantes Regionales de otros países por todo el mundo.
Nos sentimos alentados en extremo por el crecimiento que está verificándose en la América del Sur, donde hay casi once veces el número de miembros que había en 1960, así como en Centro-américa, donde el número es diez veces mayor.
Sí, está verificándose un crecimiento y están habilitándose directores en todo el mundo. De hecho, todas las estacas y barrios, así como muchas de las misiones, ahora están a cargo de miembros locales. Es maravilloso ver la manera en que la gente está aceptando el evangelio e ingresando en la Iglesia y reino de Dios, todos ellos dando testimonio de las bendiciones que el evangelio les da, comprendiendo que es la Iglesia de Jesucristo, de la cual el Señor mismo es la piedra principal del ángulo y el que dirige al Profeta que tiene sobre la tierra, por medio de quien habla.
Por motivo de este gran crecimiento y el número de miembros que tenemos en los distintos países del mundo, la Primera Presidencia y el Quorum de los Doce decidieron llevar a cabo Conferencias de Área a fin de que fuera posible que un número mayor de los miembros de la Iglesia asistieran y recibieran instrucciones de las Autoridades Generales y oficiales generales; y también para que los santos pudieran reunirse en números más crecidos y ser inspirados y edificados y fortalecidos en sus testimonios, y lograr un entendimiento mejor de sus deberes y responsabilidades.
Leemos en Doctrinas y Convenios:
"De modo que, con toda diligencia aprenda cada varón su deber, así como a obrar en el oficio al cual fuere nombrado.
"El que fuere perezoso no será considerado digno de permanecer, y quien no aprendiere su deber y no se presentare aprobado, no será contado digno de permanecer" (D y C 107:99, 100).
El ser miembros de la Iglesia de Jesucristo impone sobre cada uno de nosotros el deber y la responsabilidad de vivir y enseñar el evangelio a nuestras familias y amigos, y compartir con ellos las grandes bendiciones que trae a nuestra vida. Deseo testificar en esta ocasión que yo sé, como sé que vivo, y lo sé con cada fibra de mi ser, que Dios vive; que es un Dios personal a cuya imagen somos creados; que somos sus hijos espirituales, y que por tanto, nuestra potencialidad no tiene límite.
Es una bendición muy grande saber y entender de dónde venimos, porqué estamos aquí y a dónde vamos. Tuvimos una existencia preterrenal, en el curso de la cual moramos con nuestro Padre Celestial y asistimos al gran Concilio en los Cielos donde se bosquejó el plan de vida y salvación. Sabemos que Satanás presentó un plan para redimir a todo género humano por la fuerza, a fin de que no se perdiera una sola alma, a cambio de lo cual él quería todo el honor y la gloria.
Pero Cristo, que fue "el electo desde el principio", ofreció ser nuestro Salvador, dándonos la libertad para escoger el bien, o mal por nosotros mismos, atribuyendo toda la gloria al Padre.
Cuando se rechazó el plan de Satanás, éste se rebeló y juró destruir la obra del Señor y hacer todo cuanto pudiera para desviar a los hombres según su voluntad y conducirlos al infierno, en caso de que no quisieran escuchar las enseñanzas de Cristo.
Jesucristo vino a la tierra, el Unigénito Hijo del Padre en la carne, y moró entre los hombres y dio su vida, a fin de que todo el género humano pueda ser salvo de la muerte de la tumba, y por motivo de su expiación todos resucitarán. Leemos en la Biblia:
". . . vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; "y los que hicieron lo bueno, saldrán a la resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).
Mas Jesucristo nos dio el plan de vida mediante el cual podemos prepararnos para la vida eterna, o sea la vida con Dios nuestro Padre Eterno. Se nos pone aquí en la tierra para probarnos a nosotros mismos y determinar si queremos o no queremos seguir las enseñanzas de Jesucristo y mostrarnos dignos de volver a la presencia de Dios de donde vinimos.
¡Cuan afortunados somos por saber estas cosas!
También sabemos que a raíz de la muerte de Cristo y sus apóstoles hubo disputas entre los miembros de su Iglesia, y debido a la dureza de sus corazones, el Espíritu del Señor se apartó y hubo un período de tinieblas durante el cual el evangelio no estuvo sobre la tierra y una apostasía sobrevino a la gente.
Deseo dar mi testimonio de que el evangelio ha sido restaurado en estos postreros días, y se ha restablecido la Iglesia de Jesucristo con el sacerdocio sobre la tierra, con "la misma organización que existió en la Iglesia primitiva, esto es, apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc." (Sexto Artículo de Fe), y que tenemos el evangelio en su plenitud; que José Smith efectivamente vio a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo, y habló con ellos.
Amo la historia de José Smith. Imaginaos conmigo en el pensamiento a este joven de catorce años de edad, confuso por la agitación y contención en su época a causa de la varias religiones. Podemos imaginarlo estudiando seriamente las Escrituras para hallar la respuesta a su deseo de saber a cual Iglesia debía unirse, porque era un joven de carácter religioso.
Entonces fue guiado a este pasaje en ía Biblia: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra" (Santiago 1:5-6).
Sabía lo que debía hacer. Buscó un lugar apartado en una arboleda y pidió sabiduría, como se lo había indicado el pasaje. Sabemos lo que sucedió. Cuando se puso de rodillas para orar y empezó a invocar a Dios para saber a cuál Iglesia debía ingresar, lo venció una gran fuerza, y justamente cuando pensó que iba a ser destruido, vio una columna de luz mucho más brillante que el sol que lo bañaba, y en esa luz estaban dos Personajes, arriba de él en el aire, cuya gloria y fulgor no admiten descripción. Podemos imaginar sus sentimientos de joven al ver a estos dos seres celestiales. Al preguntar a cual iglesia debía unirse, uno de ellos respondió: "José, éste es mi Hijo Amado; escúchalo." Cuando salió del bosque sabía, como sabía que vivía, que Dios el Padre y Jesucristo eran seres personales, vivientes, y que estaban interesados en él y que habían escuchado y contestado su oración.
Recordemos cómo se burló de él la gente y lo vilipendió. Durante cuatro años permaneció a solas con sus convicciones, sin tener una iglesia a la cual podía asistir. Sin embargo, al fin de ese tiempo declaró que él había visto una visión; y "lo sabía y comprendía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo. . ." (José Smith, 2:25). ¿Creéis vosotros que estaba mintiendo?
Al fin de cuatro años, mientras imploraba al Señor, apareció .el ángel Moroni y después de. un tiempo le entregó las planchas que contenían una historia de los hechos de Dios con los antiguos habitantes en el continente americano. Para entonces tenía 22 años de edad, y sabemos que por el don y el poder de Dios y por revelación, pudo traducir de esas planchas la historia que ahora conocemos como el Libro de Mormón, el cual, junto con la Biblia, es otro testigo de la divinidad de Jesucristo, y contiene el evangelio en su plenitud.
Queremos que el mundo sepa que creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente, y también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios.
Damos este testimonio al mundo, y queremos que todos los miembros de la Iglesia conozcan y crean en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo, y que mediante la expiación de Cristo todo el género humano puede salvarse mediante su obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio.
Creemos y enseñamos e impulsamos a todos a que acepten los principios y ordenanzas del evangelio, que son: primero, fe en el Señor Jesucristo; segundo, arrepentimiento; tercero, bautismo por inmersión para la remisión de pecados; cuarto, imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo.
Todos los miembros de la Iglesia han aceptado y deben estar tratando de observar estos principios. Han recibido estas ordenanzas, de las cuales ha resultado que tienen el Espíritu Santo para guiarlos, en tanto que vivan rectamente.
Queremos que el mundo sepa que creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente, y también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios.
Damos este testimonio al mundo, y queremos que todos los miembros de la Iglesia conozcan y crean en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo, y que mediante la expiación de Cristo todo el género humano puede salvarse mediante su obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio.
Creemos y enseñamos e impulsamos a todos a que acepten los principios y ordenanzas del evangelio, que son: primero, fe en el Señor Jesucristo; segundo, arrepentimiento; tercero, bautismo por inmersión para la remisión de pecados; cuarto, imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo.
Todos los miembros de la Iglesia han aceptado y deben estar tratando de observar estos principios. Han recibido estas ordenanzas, de las cuales ha resultado que tienen el Espíritu Santo para guiarlos, en tanto que vivan rectamente.
Enseñamos e impulsamos a todos los miembros de la Iglesia a que sean honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y que procuren hacer bien a todos los hombres. "Si hay algo virtuoso, bello, o de buena reputación o digno de alabanza, a esto aspiramos" (Artículo de Fe, número 13).
Estas eran las creencias y ésta la fe de aquellos que aceptaron y creyeron en el evangelio cual lo enseñaron José Smith y aquellos que fueron llamados para ayudarle a restablecer la Iglesia de Jesucristo. Hace un mes. que en Salt Lake City y en muchas otras comunidades mormonas celebramos la llegada de nuestros pioneros al valle de Salt Lake en 1847. Se nos recordó los grandes sacrificios que hicieron al ser expulsados de Nauvoo, Illinois; las muchas persecuciones y penas que padecieron; los miles de sus amados que quedaron sepultados en las llanuras, y sin embargo, permanecieron fieles a la fe mientras viajaban al valle de Salt Lake, donde no encontraron más que un desierto solitario. Al llegar allí se pusieron a regar la tierra y hacerla productiva, y bajo la dirección y bendiciones de nuestro Padre Celestial lograron que ese gran desierto floreciera como la rosa.
Millones de personas llegan cada año para visitar ese sitio fructífero. Sepamos honrar a los pioneros y a aquellos que sacrificaron sus vidas a fin de que pudiéramos tener el evangelio.
Os honramos a vosotros aquí en este gran país de México, que sois pioneros en la edificación del reino de Dios en esta parte del mundo. Igual que los pioneros de ayer, tal vez se burlarán de vosotros y seréis perseguidos por el evangelio. Tengamos todos el valor y la determinación de permanecer fieles a la fe y vivir para merecer las bendiciones que hemos recibido. Digamos al mundo, como Josué dijo a su pueblo: ". . . escogeos a quien sirváis. . . pero yo y mi casa serviremos a Jehová" (Josué 24:15).
Deseamos impulsar a todos vosotros a que viváis de acuerdo con todo principio del evangelio. Conservaos moralmente limpios. Observad la Palabra de Sabiduría y refrenaos del uso del té, el café, licores y tabaco y drogas. El Señor, dio esta revelación a la Iglesia hace ya casi 140 años, y sin embargo, sólo recientemente ha descubierto la ciencia ios nocivos efectos de algunas de estas cosas.
Recordemos la promesa del Señor:
"Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en sus ombligos, y médula en sus huesos:
"Y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, aun tesoros escondidos;
"y correrán sin cansarse, y no desfallecerán al andar.
"Y yo, el Señor, les hago una promesa, que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará" (D y C 89:18-21).
Qué promesa tan más significativa, y cuánto más felices seremos a medida que guardemos los mandamientos del Señor y sigamos a los directores que El ha escogido y colocado aquí sobre la tierra. Si hacemos esto, jamás nos desviaremos.
Hay muchas personas actualmente en el mundo que niegan la existencia misma de Dios, y se les dificulta creer que El puede escuchar y contestar nuestras oraciones, o que todavía se comunica con su Profeta en estos días, como lo hizo en épocas anteriores, para revelar su parecer y voluntad a nosotros. Creemos en la revelación continua; que nuestro Padre Celestial está tan interesado hoy, como lo ha estado en cualquiera de sus hijos en cualquier período de tiempo. Sin embargo, estas mismas personas que opinan que Dios no puede comunicarse con el hombre, creen y saben que el simple hombre mortal, con su conocimiento limitado del universo, ha construido naves espaciales que han llevado al hombre hasta la luna, y que mientras viajaban de ida y vuelta a la luna, y mientras permanecieron sobre la luna, el hombre sobre la tierra pudo comunicarse con ellos, y ellos con su base principal. Los que dirigieron la construcción de la nave espacial conocían las leyes que habían de observarse, las leyes científicas que debían ser obedecidas para que los astronautas pudieran viajar a salvo hasta la luna, aterrizar allá y entonces volver a la tierra.
Los astronautas tuvieron fe de que al seguir las instrucciones y obedecer toda ley y principio relacionados con el viaje, tendrían éxito en su jornada y por obedecer al pie de la letra las leyes de la ciencia y las leyes de la naturaleza lograron el éxito en su viaje y aterrizaron sin novedad al volver a casa. Imaginemos los funestos resultados si alguno de ellos hubiese pasado por alto las reglas y las leyes de la ciencia y la naturaleza, y hubiese dicho: "Voy a hacer lo que me dé la gana, y es cosa que a nadie incumbe sino a mí." Tuvieron que obedecer las reglas y obedecer las instrucciones al pie de la letra y trabajar unidamente a fin de lograr el éxito.
Dios es el Creador de nuestra nave espacial, el mundo, por conducto de su Hijo Jesucristo, el cual nos ha dado las leyes, las reglas y reglamentos que debemos obedecer para ser felices mientras estamos aquí, y volver con éxito a la presencia de nuestro Padre Celestial. El ha dicho: "Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis" (D y C 82:10).
Es nuestro deber, nuestro deseo, como Iglesia, tratar de ayudar a toda persona a entender más claramente su relación con Dios y los principios del evangelio que les ocasionarán mayor gozo, éxito y felicidad en su jornada sobre la tierra. Ninguna enseñanza del evangelio nos restringe en forma alguna que sea meritoria. Todos debemos comprender que por aceptar y obedecer las enseñanzas del evangelio podemos ser una gran influencia para bien, y nos haremos merecedores de mayor consideración y respeto por parte de otros. Quisiera citar dos ejemplos:
El director de personal de una gran organización me estaba relatando el otro día acerca de cierta señorita que llegó para solicitar trabajo. Le dijo que no tenía ninguna vacante, pero le aconsejó que llenara una solicitud. Cuando notó que había indicado qué era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le dijo: "Espere un momento." Llevó su solicitud al presidente de la compañía, el cual le había dicho que él deseaba entrevistar personalmente a cualquier miembro de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, por motivo de su experiencia anterior con ellos en cuanto a sus altas normas personales, su honradez y su habilidad para trabajar. Conversó con ia joven y le dio trabajo inmediatamente.
Estas eran las creencias y ésta la fe de aquellos que aceptaron y creyeron en el evangelio cual lo enseñaron José Smith y aquellos que fueron llamados para ayudarle a restablecer la Iglesia de Jesucristo. Hace un mes. que en Salt Lake City y en muchas otras comunidades mormonas celebramos la llegada de nuestros pioneros al valle de Salt Lake en 1847. Se nos recordó los grandes sacrificios que hicieron al ser expulsados de Nauvoo, Illinois; las muchas persecuciones y penas que padecieron; los miles de sus amados que quedaron sepultados en las llanuras, y sin embargo, permanecieron fieles a la fe mientras viajaban al valle de Salt Lake, donde no encontraron más que un desierto solitario. Al llegar allí se pusieron a regar la tierra y hacerla productiva, y bajo la dirección y bendiciones de nuestro Padre Celestial lograron que ese gran desierto floreciera como la rosa.
Millones de personas llegan cada año para visitar ese sitio fructífero. Sepamos honrar a los pioneros y a aquellos que sacrificaron sus vidas a fin de que pudiéramos tener el evangelio.
Os honramos a vosotros aquí en este gran país de México, que sois pioneros en la edificación del reino de Dios en esta parte del mundo. Igual que los pioneros de ayer, tal vez se burlarán de vosotros y seréis perseguidos por el evangelio. Tengamos todos el valor y la determinación de permanecer fieles a la fe y vivir para merecer las bendiciones que hemos recibido. Digamos al mundo, como Josué dijo a su pueblo: ". . . escogeos a quien sirváis. . . pero yo y mi casa serviremos a Jehová" (Josué 24:15).
Deseamos impulsar a todos vosotros a que viváis de acuerdo con todo principio del evangelio. Conservaos moralmente limpios. Observad la Palabra de Sabiduría y refrenaos del uso del té, el café, licores y tabaco y drogas. El Señor, dio esta revelación a la Iglesia hace ya casi 140 años, y sin embargo, sólo recientemente ha descubierto la ciencia ios nocivos efectos de algunas de estas cosas.
Recordemos la promesa del Señor:
"Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en sus ombligos, y médula en sus huesos:
"Y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, aun tesoros escondidos;
"y correrán sin cansarse, y no desfallecerán al andar.
"Y yo, el Señor, les hago una promesa, que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará" (D y C 89:18-21).
Qué promesa tan más significativa, y cuánto más felices seremos a medida que guardemos los mandamientos del Señor y sigamos a los directores que El ha escogido y colocado aquí sobre la tierra. Si hacemos esto, jamás nos desviaremos.
Hay muchas personas actualmente en el mundo que niegan la existencia misma de Dios, y se les dificulta creer que El puede escuchar y contestar nuestras oraciones, o que todavía se comunica con su Profeta en estos días, como lo hizo en épocas anteriores, para revelar su parecer y voluntad a nosotros. Creemos en la revelación continua; que nuestro Padre Celestial está tan interesado hoy, como lo ha estado en cualquiera de sus hijos en cualquier período de tiempo. Sin embargo, estas mismas personas que opinan que Dios no puede comunicarse con el hombre, creen y saben que el simple hombre mortal, con su conocimiento limitado del universo, ha construido naves espaciales que han llevado al hombre hasta la luna, y que mientras viajaban de ida y vuelta a la luna, y mientras permanecieron sobre la luna, el hombre sobre la tierra pudo comunicarse con ellos, y ellos con su base principal. Los que dirigieron la construcción de la nave espacial conocían las leyes que habían de observarse, las leyes científicas que debían ser obedecidas para que los astronautas pudieran viajar a salvo hasta la luna, aterrizar allá y entonces volver a la tierra.
Los astronautas tuvieron fe de que al seguir las instrucciones y obedecer toda ley y principio relacionados con el viaje, tendrían éxito en su jornada y por obedecer al pie de la letra las leyes de la ciencia y las leyes de la naturaleza lograron el éxito en su viaje y aterrizaron sin novedad al volver a casa. Imaginemos los funestos resultados si alguno de ellos hubiese pasado por alto las reglas y las leyes de la ciencia y la naturaleza, y hubiese dicho: "Voy a hacer lo que me dé la gana, y es cosa que a nadie incumbe sino a mí." Tuvieron que obedecer las reglas y obedecer las instrucciones al pie de la letra y trabajar unidamente a fin de lograr el éxito.
Dios es el Creador de nuestra nave espacial, el mundo, por conducto de su Hijo Jesucristo, el cual nos ha dado las leyes, las reglas y reglamentos que debemos obedecer para ser felices mientras estamos aquí, y volver con éxito a la presencia de nuestro Padre Celestial. El ha dicho: "Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis" (D y C 82:10).
Es nuestro deber, nuestro deseo, como Iglesia, tratar de ayudar a toda persona a entender más claramente su relación con Dios y los principios del evangelio que les ocasionarán mayor gozo, éxito y felicidad en su jornada sobre la tierra. Ninguna enseñanza del evangelio nos restringe en forma alguna que sea meritoria. Todos debemos comprender que por aceptar y obedecer las enseñanzas del evangelio podemos ser una gran influencia para bien, y nos haremos merecedores de mayor consideración y respeto por parte de otros. Quisiera citar dos ejemplos:
El director de personal de una gran organización me estaba relatando el otro día acerca de cierta señorita que llegó para solicitar trabajo. Le dijo que no tenía ninguna vacante, pero le aconsejó que llenara una solicitud. Cuando notó que había indicado qué era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le dijo: "Espere un momento." Llevó su solicitud al presidente de la compañía, el cual le había dicho que él deseaba entrevistar personalmente a cualquier miembro de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, por motivo de su experiencia anterior con ellos en cuanto a sus altas normas personales, su honradez y su habilidad para trabajar. Conversó con ia joven y le dio trabajo inmediatamente.
Otro joven que conozco salió de Salt Lake City para Nueva York con objeto de aceptar un puesto en un bufete de abogados. El presidente de esta importante compañía había llamado a uno de nuestros miembros de la Iglesia en el este del país para pedirle que le recomendara a un buen miembro de la Iglesia para el puesto. Le dijo: "Conocemos sus normas y la manera de vida que llevan sus jóvenes. Queremos uno que no ande en juergas, que venga preparado para trabajar y de quien podamos depender."
Cómo deseo que todos pudiéramos comprender lo que significaría para nosotros si verdaderamente viviésemos de acuerdo con las enseñanzas del evangelio de Jesucristo. Si el mundo aceptara y cumpliera estas enseñanzas, no tendríamos robos, ni asesinatos, ni asaltos, ni alborotos. No habría guerra, y tendríamos paz y amor en todo el mundo. Si nos acordamos de santificar el día del Señor y honramos a nuestros padres y a nuestras madres, y nos conservamos limpios y puros, nuestro Padre Celestial derramará sus bendiciones sobre nosotros al grado de no poder contenerlas.
Cómo deseo que todos pudiéramos comprender lo que significaría para nosotros si verdaderamente viviésemos de acuerdo con las enseñanzas del evangelio de Jesucristo. Si el mundo aceptara y cumpliera estas enseñanzas, no tendríamos robos, ni asesinatos, ni asaltos, ni alborotos. No habría guerra, y tendríamos paz y amor en todo el mundo. Si nos acordamos de santificar el día del Señor y honramos a nuestros padres y a nuestras madres, y nos conservamos limpios y puros, nuestro Padre Celestial derramará sus bendiciones sobre nosotros al grado de no poder contenerlas.
Entonces viviríamos en el bendito estado que nos pinta Nefi en el Libro de Mormón:
"Y ocurrió qué no había contenciones en el país, a causa del amor de Dios que moraba en el corazón del pueblo.
"Y no había envidias, ni contiendas, ni tumultos, ni fornicaciones, ni mentiras, ni asesinatos, ni lascivia de ninguna clase; y ciertamente no podía haber pueblo más dichoso entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios" (4 Nefi 1:75, 16).
Debemos vivir y trabajar juntos con amor y armonía, haciendo todo cuanto podamos para fortalecernos y apoyarnos unos a otros y a los que dirigen las organizaciones, los cuales a su vez fortalecerán a los que ellos dirigen. Tened presentes las palabras del rey Benjamín: ". .. cuando os halláis en el servicio de vuestros semejantes, sólo estáis en el servicio de vuestro Dios" (Mosíah 2:17). Y nuestro Maestro dijo: "Y el que quiera ser el primero de entre vosotros, será vuestro siervo" (Mateo 20:27).
Seamos honrados en nuestros tratos con nuestros semejantes, y particularmente honrados con el Señor en el servicio que le rindamos. No hace mucho que un secretario de barrio estaba tropezando con problemas económicos y empezó a tomar de las contribuciones que llegaban a la oficina del obispo, con intención de reponerlas. Su situación empeoró, tuvo que echar mano de más dinero, que en efecto era malversar fondos sagrados. Fue necesario relevarlo de su posición y finalmente dejó de ser miembro de la Iglesia. ¡Qué tragedia tan grande para él y su familia! ¡Cuan desilusionado debe sentirse el Señor, y el descrédito que viene sobre la Iglesia cuando no somos fieles a nuestro cometido! Nos sentimos tan agradecidos por la fiel mayoría que da a la Iglesia tan envidiable reputación de integridad y honradez.
Mientras me encontraba en el gobierno de la Provincia de Alberta en Canadá, se me invitó a que fuera a la ciudad de Dallas en Texas para hablar a un grupo de petroleros. En su presentación, el gobernador de Texas dijo que yo había sido obispo en la Iglesia Mormona, y entonces añadió: "En lo que a mí concierne, la persona que es digna de ser obispo en la Iglesia Mormona no necesita más introducción." Ese tributo no era precisamente para mí, sino para todos los obispos mormones conocidos por él que habían sido fieles a las enseñanzas de la Iglesia.
En esa ocasión pensé cuan importante es que todo miembro de la Iglesia viva de tal manera que sea digno de ese nombre y sea un crédito a la Iglesia; y que en ninguna manera fracasemos en nuestro gran deber y responsabilidad de ser honrados y fieles con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con nuestro Padre Celestial.
Debemos recordar quiénes somos; que somos hijos espirituales de Dios, miembros de su Iglesia y reino, y vivir en tal forma todos los días que otros, viendo nuestras buenas obras, glorificarán a nuestro Padre que está en los cielos. Únicamente por medio de las enseñanzas del evangelio podemos ser salvos en el reino de nuestro Padre; el hombre jamás ha podido darnos mejor opción o manera de vivir. Como lo expresó tan sabiamente Salomón:
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
"Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5, 6).
Imaginemos nuestra desesperación si no tuviéramos una creencia en un Dios personal, o en su Hijo Jesucristo, o en la resurrección, sino sólo creyéramos que al terminar nuestra existencia no habría vida después de la muerte. ¡Contrastemos tal creencia con la belleza y esperanza que hay en el evangelio! ¡Cuánto mejor es aceptar y creer!
"Y ocurrió qué no había contenciones en el país, a causa del amor de Dios que moraba en el corazón del pueblo.
"Y no había envidias, ni contiendas, ni tumultos, ni fornicaciones, ni mentiras, ni asesinatos, ni lascivia de ninguna clase; y ciertamente no podía haber pueblo más dichoso entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios" (4 Nefi 1:75, 16).
Debemos vivir y trabajar juntos con amor y armonía, haciendo todo cuanto podamos para fortalecernos y apoyarnos unos a otros y a los que dirigen las organizaciones, los cuales a su vez fortalecerán a los que ellos dirigen. Tened presentes las palabras del rey Benjamín: ". .. cuando os halláis en el servicio de vuestros semejantes, sólo estáis en el servicio de vuestro Dios" (Mosíah 2:17). Y nuestro Maestro dijo: "Y el que quiera ser el primero de entre vosotros, será vuestro siervo" (Mateo 20:27).
Seamos honrados en nuestros tratos con nuestros semejantes, y particularmente honrados con el Señor en el servicio que le rindamos. No hace mucho que un secretario de barrio estaba tropezando con problemas económicos y empezó a tomar de las contribuciones que llegaban a la oficina del obispo, con intención de reponerlas. Su situación empeoró, tuvo que echar mano de más dinero, que en efecto era malversar fondos sagrados. Fue necesario relevarlo de su posición y finalmente dejó de ser miembro de la Iglesia. ¡Qué tragedia tan grande para él y su familia! ¡Cuan desilusionado debe sentirse el Señor, y el descrédito que viene sobre la Iglesia cuando no somos fieles a nuestro cometido! Nos sentimos tan agradecidos por la fiel mayoría que da a la Iglesia tan envidiable reputación de integridad y honradez.
Mientras me encontraba en el gobierno de la Provincia de Alberta en Canadá, se me invitó a que fuera a la ciudad de Dallas en Texas para hablar a un grupo de petroleros. En su presentación, el gobernador de Texas dijo que yo había sido obispo en la Iglesia Mormona, y entonces añadió: "En lo que a mí concierne, la persona que es digna de ser obispo en la Iglesia Mormona no necesita más introducción." Ese tributo no era precisamente para mí, sino para todos los obispos mormones conocidos por él que habían sido fieles a las enseñanzas de la Iglesia.
En esa ocasión pensé cuan importante es que todo miembro de la Iglesia viva de tal manera que sea digno de ese nombre y sea un crédito a la Iglesia; y que en ninguna manera fracasemos en nuestro gran deber y responsabilidad de ser honrados y fieles con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con nuestro Padre Celestial.
Debemos recordar quiénes somos; que somos hijos espirituales de Dios, miembros de su Iglesia y reino, y vivir en tal forma todos los días que otros, viendo nuestras buenas obras, glorificarán a nuestro Padre que está en los cielos. Únicamente por medio de las enseñanzas del evangelio podemos ser salvos en el reino de nuestro Padre; el hombre jamás ha podido darnos mejor opción o manera de vivir. Como lo expresó tan sabiamente Salomón:
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
"Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5, 6).
Imaginemos nuestra desesperación si no tuviéramos una creencia en un Dios personal, o en su Hijo Jesucristo, o en la resurrección, sino sólo creyéramos que al terminar nuestra existencia no habría vida después de la muerte. ¡Contrastemos tal creencia con la belleza y esperanza que hay en el evangelio! ¡Cuánto mejor es aceptar y creer!
Vuelvo a repetir, demostremos nuestro amor hacia Dios manifestando nuestro amor hacia nuestros semejantes. Procuremos compartir nuestras bendiciones. Procuremos compartir nuestro evangelio con otros. Vivamos según nuestra religión y mostremos con nuestro ejemplo cómo el evangelio puede conducirnos a una manera mejor de vivir.
Se ha puesto en nuestras manos la antorcha; debemos llevarla en alto. Jamás debemos avergonzarnos del evangelio de Jesucristo, porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.Busquemos primeramente eí reino de Dios y su justicia, con la confianza de que todas las bendiciones que sean para nuestro bien nos serán añadidas, y que al mismo tiempo estaremos labrando nuestra propia salvación y exaltación; humildemente lo ruego, en el nombre de Jesucristo. Amén.
Evolucion y Origen de Adan.
Por Keith H. Meservy Profesor asociado de escrituras antiguas. Universidad Brighan Young.
A menudo se ha dicho que la iglesia no tiene doctrina concerniente a la evolución orgánica. Esto quiere decir que no tenemos revelación que explique que tales cosas como las formas de vida en los estratos de la tierra, los dinosaurios, los restos esqueléticos de seres parecidos a los hombres, la analogía de los antecedentes embriológicos, y esos aspectos del comportamiento humano y de otras formas similares de vida. Por otra parte, se debe decir que la iglesia si tiene una doctrina sobre el hombre y su origen que está basada en las escrituras según las interpretan los profetas vivientes. Al hacer su declaración formal en 1909 sobre la posición de la Iglesia referente al origen del hombre, la primera presidencia dijo algo que me gustaría usar como prefacio a mis observaciones. "Al presentar la siguiente declaración, no estamos conscientes de exponer nada esencialmente nuevo; ni tampoco es nuestro deseo el hacerlo. Lo que queremos presentar es la verdad, y la verdad -verdad eterna- es fundamentalmente antigua. Todo lo que trataremos aquí es enunciar la actitud original de la iglesia relativa a este asunto".
Es importante para nosotros ser precisos acerca de los orígenes, porque en los orígenes anticipamos resultados. Creo que las siguientes ideas representan claramente las enseñanzas de la iglesia sobre el hombre.
1.- Creemos que como el hombre ahora es, Dios fue una vez, y que el gran secreto acerca de Dios es que el es un hombre glorificado. Por lo tanto, la forma de un hombre existió mucho antes que hubiera un hombre para cultivar esta tierra.
2. - Creemos que el gran secreto acerca del hombre es que Dios es su padre, en cuya imagen él es creado; en consecuencia, como Dios es ahora, el hombre puede llegar a ser.
3.- Creemos que la inteligencia del hombre, la parte que lo identifica a él como un individuo, siempre ha existido no fue creada, ella, junto con Dios; no tuvo principio. En opinión de José Smith, pensar de otro modo rebaja al hombre.
4.- Creemos que por un proceso de procreación la inteligencia del hombre recibió un cuerpo espiritual de unos divinos padre y madre celestiales.
5.- Creemos que por un proceso de procreación su cuerpo espiritual recibió un cuerpo físico de un padre y madre terrenales.
6.- Creemos que este cuerpo físico será resucitado con la misma forma que tenía en esta vida no se perderá ni un cabello de la cabeza, perpetuando así en las eternidades la forma del cuerpo mortal.
Jehová - Cristo, asistido por "muchas de las nobles y grandes (Abraham 3:22)... de hecho creo la tierra y toda forma de plantas y vida animal sobre la faz de la misma. Pero cuando llego el momento de colocar al hombre sobre la tierra, hubo un cambio de creadores. Es decir, el Padre mismo participo personalmente.... en el espíritu y nuevamente en la carne, el hombre fue creado por el padre. No hubo delegación de autoridad en lo que concernía a la criatura suprema de la creación..... (Cuando dios propuso la creación del hombre, le dijo a su unigénito), "hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y fue hecho". (Moisés 2:26) pero cuando el plan se convierte en realidad y la propuesta un hecho consumado, entonces el registro personaliza el suceso y lo centra en el supremo director. “Y yo Dios, cree al hombre a mi propia imagen, a imagen de mi unigénito lo cree, varón y hembra los cree." (Moisés 2:27). Es decir, dios mismo, personalmente, creo al hombre, aunque continuo honrando al hijo por cuanto la criatura de su creación apareció a imagen tanto del padre como del hijo, como necesariamente tendría que ser el caso porque uno era a imagen del otro."
Por medio de las escrituras e intérpretes divinamente inspirados aprendemos, entonces, que Adán fue un hijo de Dios. Las escrituras también nos enseban que el hombre fue creado a la imagen física de su divino padre (el hebreo selem: imagen (quiere decir un duplicado exacto). El tener esta imagen es considerado por los humanos como una consecuencia de la filiación. Desde José Smith hasta los actuales profetas, se han enseñado estas ideas.
Benjamín F. Johnson, en una carta dirigida a George S. Gibbs, dijo que el profeta José Smith "nos enseño que Dios era la gran cabeza de la procreación humana, (y) "era real y verdaderamente el padre tanto de nuestro espíritu como de nuestro cuerpo".
Brigham Young, quien a menudo reconoció el papel de José Smith como su maestro, enfatizo esta gran verdad. "Cuando Moisés escribió y dijo que el hombre había sido cabalmente formado a imagen de Dios, el escribió la verdad. Nosotros somos hijos de nuestro padre - su progenie, de la misma familia."
Entonces dijo dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree..... Y creo dios al hombre a su imagen, a imagen de dios los creo. (Génesis 1:26 -27). Creo que la declaración hecha en estos dos pasajes de las escrituras es literalmente verdadera. Dios ha hecho a sus hijos a semejanza suya para que se paren erectos, y los ha investido con inteligencia, poder y dominio...» el creó al hombre, como nosotros creamos a nuestros hijos? porque no hay otro proceso de creación en el cielo, o en la tierra. . . o en todas las eternidades, es decir, que hubo o que jamás habrá.... existen leyes y reglamentos fijos por medio de los cuales se forman los elementos.... y este proceso de la creación es de eternidad en eternidad. “el (Adán) fue formado como vosotros y yo somos hechos, y ninguna persona fue jamás hecha sobre cualquier otro principio." “estos cuerpos fueron hechos por él, y por medio de, él y de él, tanto como lo fue el espíritu. Porque os diré, el comenzó y produjo espíritus; y entonces, cuando completo esa obra, el comenzó y produjo tabernáculos para esos espíritus para que moraran en ellos. Yo vine por medio de él, tanto en espíritu como en cuerpo. “El hombre es la progenie de dios... somos tanto hijos de este gran ser como somos hijos de nuestros progenitores terrenales. Somos carne de su carne, hueso de su hueso... ... como las semillas de los cereales, verduras y frutas producen su especie así es el hombre a imagen de dios." "El padre realmente engendro los espíritus, y fueron producidos y vivieron con él. Entonces comenzó la obra de crear tabernáculos terrenales, exactamente como el mismo había sido creado en esta carne, participando del sistema de materiales que había sido organizado y componían esta tierra, hasta que el sistema de él se había cargado del mismo, consecuentemente los tabernáculos de sus hijos fueron organizados del sistema de materialices de esta tierra. Muchos de los primeros hermanos enseñaron ideas relacionadas. Por ejemplo. Parle P. Prat creía que Adán era un hijo de dios que había venido de una colonia celestial como su amada esposa. "
"Cuando el paraíso se perdió por el pecado? cuando el hombre fue separado de la faz de su padre celestial,... cuando el velo oculto de nuestra vista al cielo? y, con pocas excepciones, no se considero al hombre digno de retener el conocimiento de su origen celestial? entonces, la obscuridad velo lo pasado... el hombre no se conoció a sí mismo, de donde vino, ni adónde iba....(moisés trato de conducir a su pueblo para que conocieran a dios cara a cara. Pero ellos no pudieron recibir sus leyes celestiales, o aguantar su presencia."
"¡El hombre modelado de tierra, como un ladrillo!"
¡La mujer, fabricada de una costilla!
Asi, los padres se resignarían a ocultar a la floreciente virilidad los misterios de la procreación, o las fuentes del rio de la vida perennemente fluyendo, relatándoles algún infantil cuento sobre la vida de acababan de nacer...... ¡Oh hombre! ¿Cuando cesaras de ser un niño en conocimiento?
"El hombre, como hemos dicho, es el hijo de dios”
La primera presidencia (Joseph F. Smith, Anthon H. Lund, Charles W. Penrose) citaron en forma aprobatoria la enseñanza de Brigham Young de que "Adán el padre es decir, nuestro padre terrenal - el progenitor de la raza humana.... no fue moldeado de la tierra como un adobe, sino "engendrado por su padre celestial". En la Biblia se llama a Adán "el hijo de dios”
(Lucas 3: 38) "Jesucristo fue el hijo unigénito que nació en la vida mortal. Adán era inmortal antes de la caída.
En el contexto de estas clases de ideas es muy significativo el testimonio del presidente Joseph F. Smith pronunciado en la conferencia de la estaca de Maricopa el 7 de diciembre de 1913: "Yo sé que dios es un ser con un cuerpo, partes y pasiones y que su hijo es semejante a el, y que el hombre es creado a imagen de Dios. El hijo, Jesucristo, creció y se desarrollo a la virilidad lo mismo que vosotros y yo, como en la misma manera lo hizo Dios, su padre, al crecer y desarrollarse en el ser supremo que es ahora. El hombre nació de la mujer. Cristo el Salvador, de mujer y Dios, el padre, nació de mujer. Adán, nuestro padre terrenal también nació de mujer a este mundo, lo mismo que Jesús y vosotros y yo.
En Church new del 19 de septiembre de 1936, bajo el titulo "El hombre, un hijo de Dios." apareció este comentario introductorio. "Que el hombre como descendiente de Adán, es, de manera muy literal, hijo de Dios esta enfáticamente explicado en el siguiente grupo de breves extractos de los registros de la iglesia."
La primera cita es el testimonio del presidente Joseph F. Smith mencionado en el párrafo anterior. Esta seguido por dos citas del presidente Brigham Young; luego viene la declaración de Lucas acerca de que la genealogía de Jesucristo se remonta a Adán, quien eres "el hijo de Dios". Luego viene una cita del élder Orson P. Whitneys: "La revelación no puede someterse a la tradición..." No vino a este mundo para ser mutilada. La verdad es la norma - la verdad como la revela el cielo y las opiniones y teorías de los hombres deben hacerse a un lado. Los accesorios del evangelio no pueden reemplazar al evangelio". La inferencia es clara a cual verdad revelada el editor siente que no puede someterse ni a la tradición ni a las opiniones y teorías de los hombres.
El élder Mark E. Petersen agrega su propia testimonio de que Lucas 3:38 enseña la verdad. El élder Joseph Fielding Smith cito las enseñanzas de Brigham Young sobre el mismo concepto. Con estas citas como ejemplo de cómo los líderes inspirados han interpretado lo que significa ser creado a imagen de dios, resulta evidente porque el élder Joseph F. Merrill pudo, en una conferencia general de la iglesia, decir como una cuestión de hecho que, "la iglesia enseba el hecho de que cada uno de nosotros es un hijo de dios tanto en el espíritu como en la carne. (Luego enfatizo las inferencias de este hecho). Como en el reino de la vida, lo semejante engendra a lo semejante, normalmente debemos poseer, aunque en ultramicroscópicas cantidades, los atributos de dios nuestro padre. Y una de las enseñanzas características de la iglesia es que "como dios es ahora el hombre puede llegar a ser." -Una afirmación en lenguaje poético de nuestra magnifica doctrina del proceso eterno. El hombre es realmente de hecho la culminación de la creación."
Entonces, los líderes de la iglesia al enseñar "el hecho de que cada una de nosotros es un hilo de Dios tanto en el espíritu como en la carne," han enfáticamente negado que el hombre haya venido de otra cosa que no es de Dios. Sus líderes han instituido una y otra vez que Adán fue " el primer hombre de todo los hombres " sobre la tierra (Moisés 1: 34); que él fue el principal padre de nuestra raza; que él fue el cabeza de la procreación humana, "nuestro gran progenitor "; y de que todos los hombres de la tierra descienden de él (Abraham 1:3; Moisés 3:7; 4:26; 6:45). Ellos han entatizaso la idea que lo semejante engendra a lo semejantes Adán era como su progenitor, hecho a su imagen, y todas las criaturas eran también a la imagen de sus progenitores. En este sistema conceptual la tierra estaba sembrada con forma de vida proveniente de un linaje paterno tomado de una creación más antigua.
Darwin publico su origen de las especies en 1853, así que no hubo ocasión para que José Smith comentara sobre las ideas de él. Sin embargo otras autoridades generales han hablado acerca de las diferencias de esta idea en la doctrina bíblica sobre el hombre. Conociendo por revelación lo que realmente saben acerca del origen del hombre, ellos han consecuentemente enseñado la verdadera idea sobre el origen del hombre como hijo de Dios, de modo que las teorías de los hombres no confunden a los miembros acerca de quiénes son y porque están aquí en la tierra. Tomad como representativas estas enseñanzas: aunque reconociendo que la geología era una ciencia verdadera, el presidente Brigham Young también dijo: "Enseñad al pueblo la fe del evangelio. Enseñadles lo que Dios es, y cuál es su obra, y que nunca hubo un tiempo como tantos de nuestros filósofos hablan, que van sin rumbo retrocediendo mas y mas, y arriban a esta teoría y a esa teoría y siguen retrocediendo, y retrocediendo hasta el tiempo en que todos éramos reptiles". Ciertamente no podríamos creer que provengamos de los reptiles y aun creer, como lo enseño el presidente Young, que Adán era un hijo de dios. El presidente George Q. Cannon también dijo que el presidente Young "inequívocamente declaro que el origen del hombre era totalmente de carácter celestial que no solo es su espíritu de descendencia celestial, sino también su organización corporal, que esta última no ha sido tomada de los animales inferiores, sino del cuerpo celestial original del gran padre de la humanidad. . . "observad este cuerpo" ¡El hombre la progenie del mono! "y este otro" el hombre, la imagen de Dios, su padre". El presidente Cannon lo mismo enseño "no tuvimos como antepasados a los monos, ni cualquier orden inferior de seres... descendemos de Dios. El hombre fue creado a su imagen. El es nuestro padre". El presidente John Taylor enfatizo como cada "especie" en los reinos animales y vegetales se reproducen por ciertas leyes.
"Estos principios no cambian, como los representan los evolucionistas de la escuela Darwiniana, pero los organismos primitivos de todos los seres vivientes existen en la misma forma como cuando recibieron su impresión del hacedor... y si tomamos al hombre, se dice que fue hecho a imagen de Dios, por la simple razón de que él es un hijo de Dios... A cuya semejanza, se nos dice, fue hecho. El no se origino de una caótica masa de materia, pero salió poseyendo, en estado embrionario, todas las facultades y poderes de Dios. Y cuando sea perfeccionado, y haya progresado a la madurez, el será semejante a su Padre unidos; siendo en verdad su progenie. Como el caballo, el buey, la oveja y toda criatura viviente, incluyendo al hombre, propaga su propia especie y perpetua su propia clase, así perpetua Dios la suya",.
El profeta José Smith también enfatizo la idea de que la especie debe reproducir especie "el señor ha decretado que todo árbol, planta y hierba que lleva semilla debe reproducir su propia especie, y no puede nacer de acuerdo con ningún otra ley o plan".
El élder George Albert Smith dijo, "estoy agradecido de que en medio de la confusión de los hijos de nuestro padre, se haya dado a los miembros de esta gran organización un conocimiento certero del origen del hombre… de que el hombre vino, no como algunos han creído, no como algunos prefieren creer, de algunos senderos inferiores de vida, sino que nuestro antepasado fueron esos seres que vivieron en las cortes del cielo. Nosotros vinimos no de algún bajo orden de vida sino de nuestros antepasado que es de dios nuestro padre celestial".
Si algún hombre aprecio la evidencia del registro geológico así como la importancia de las escrituras, ese fue el élder James E. Talmege, un geólogo entrenado doctor en filosofía, que mostró su aprecio por el valor de la geología en su famosa conferencia en el tabernáculo. Sin embargo, cuando entonces se refirió al hombre, el, así como lo hizo Brigham Young, se separo a sí mismo de las conclusiones de muchos en el campo de la geología negando en tantas palabras que el hombre había evolucionado. El dijo "Yo no considero a Adán como relacionado ciertamente no como descendiente de con el hombre de Neanderthal, el de Cro-magnon, el de Pekín o el de Piltdqwn... Adán vino como criatura divinamente creada y autorizada, y permanece como la cabeza patriarcal de su posteridad una posteridad, que, si es fiel a las leyes de dios, será heredera del sacerdocio y de la glorias de la vida eterna". El hecho de que el élder Talmage se negara a aceptar que Adán descendiera de o estuviera relacionado con los tipos evolucionistas normales reconocidos por los científicos en 1931, muestra claramente la explicación evolucionista del origen del hombre.
El élder B. H Roberts, que es reconocido por muchos como un erudito escritor en la iglesia, explícitamente expreso su escepticismo en la evolución. "Los argumentos de la evolución... son contrarios a toda experiencia hasta donde se extiende el conocimiento del hombre. La gran ley de la naturaleza es que toda planta, pez, bestia y hombre produce su especie". Si los científicos pueden demostrar que los primeros estratos de la tierra tienen formas más simples y los últimos las más complejas, "hasta que ella (la tierra) (fue) coronada con la presencia del hombre todo eso puede admitirse. Pero que este paso gradual de la vida animal y vegetal debe su existencia al proceso de evolución es negativo, ¿pero qué diremos de la evidencia del hombre prehistórico, o de las razas preadamíticas? Los científicos "han colgado los pesos más pesados de los más delgados hilos; y yo me inclino a la opinión de que Adán fue el progenitor de todas las razas de hombres cuyos restos hasta ahora han sido encontrados". El concluyo que Adán "fue dado a luz por las leyes naturales de la procreación... en algún mundo más antiguo" y era un "hijo de dios". el observo que otra objeción mas podría ser presentada contra la teoría de la evolución...; es contraria a las revelaciones de dios… las revelaciones que hablan de la expiación de Jesucristo... si la hipótesis de la evolución fuese cierta, si el hombre es solo un producto evolucionado de formas inferiores de vida, lo mejor aun produciendo lo mejor... entonces es evidente que no ha habido caída, como de la que hablan las revelaciones de dios; y si no hubo caída, no hubo ocasión para que un redentor hiciera expiación por el hombre...; entonces la misión de Jesucristo fue un mito, la invención de mentes ociosas. El concluyo que la religión cristiana puede ser armonizada con la evolución sobre el mismo principio que armonizan el león y el cordero, o se echan juntos el león se come al cordero.
Muchos de los hermanos se han explícitamente opuesto a una teoría que hace al hombre inferior a tener un origen divino. No he tratado de ser exhaustivo al citar a aquellos que se han expresado de esta manera. Muchos sermonéis dados por líderes pasados y presentes, muchos editoriales del Church News a través de los años, los escritos del élder John A Widtsqe, quizás los más obvios oponentes, el élder Joseph Fielding Smith y el élder Bruce R. Mcconkie bajo el título evolución muestran las reservas de los líderes de la iglesia sobre este asunto. En vista de que la iglesia enseña el hecho de cada uno es un hijo de Dios, tanto en el espíritu como en la carne, la siguiente respuesta del élder Marión G. Romney a una pregunta sobre las creencias de las autoridades generales de la iglesia aclara lo que prontamente puede inferirse. Un alumno pregunto, ¿están las autoridades generales en unánime acuerdo sobre el tema de la evolución? el élder Romney, yo supongo que no hay dos mentes cualquiera en el mundo que pueda entender exactamente de la misma manera cualquiera declaración sobre cualquier tema. Por supuesto, las autoridades generales de la Iglesia, como todos los otros hombres, son diferentes en su personalidad. Sin embargo, en lo fundamental están de acuerdo, y una de estas cosas fundamentales sobre la que están en acuerdo es que Adán es un hijo de Dios, que ni su espíritu ni su cuerpo son el producto de una biológica que tuvo lugar durante millones de años en la tierra.
Entonces, con respecto a Adán, como hijo de Dios, es evidente que a menos que Dios ayude al hombre a conocer la historia, no hay manera alguna de que cualquier mente humana pueda alguna vez descubrir este hecho del origen de la vida humana. La primera presidencia de la iglesia (1909), en su declaración oficial sobre el origen del hombre afirmo estos:
El hombre, buscando, no puede descubrir a Dios. Sin ayuda, nunca descubrirá la verdad acerca del comienzo de la vida humana. El Señor debe revelar a sí mismo, o permanecer sin revelarse; y lo mismo es verdad de los hechos que se relacionan con el origen de la raza de Adán solo Dios puede revelarlo. Sin embargo, algunos de estos hechos son ahora conocidos, y lo que se nos ha hecho conocer es nuestro deber recibir y retener.
"La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, basando su creencia sobre la revelación divina, antigua y moderna proclama que el hombre es por línea directa la progenie de Dios. Dios mismo es un hombre glorificado, perfeccionado, entronizado y supremo....
El hombre es el hijo de Dios, formado a la divina imagen (y por lo tanto es capaz) a través de las edades y dones de desarrollarse en un Dios.
Esta ultima declaración sugiere una razón porque este conocimiento es de mucho mas interés que el simplemente académico. Está en juego la visión que el hombre tiene de sí mismo, así como también el plan de salvación. Algunos pueden decir, " ¿que diferencia hace lo que se cree del origen del hombre, así se sabe que dios lo creo? Quizás Dios escogió usar el método de la evolución." Creo que élder Romney vio claramente la diferencia de esto cuando dijo, " la teoría de que el hombre es otra cosa que la progenie de Dios ha sido y, en tanto sea aceptada y obrada sobre ella, continuara siendo un factor principal en obstruir el crecimiento espiritual del hombre y en corromper su conducta. "
La crítica de una obra que hizo Thomas Prideaux en la revista Life del 11 de: octubre de 1963, muestra su conocimiento intuitivo de la verdad expresada por el élder Romney. Prideaux sintió que la obra en Broadway de Lutero por John Osborne era diferente de la obra que se acostumbraba en Broadway que, en los años 60, a menudo presentaba la hombre como un ser servil , perdido y carnal. El quedo muy impresionado de que en Broadway hubiera en ese tiempo tres hombres nobles y dignos, los cuales eran clérigos: Lutero, Thomas Becket y Thomas More. Todos estos hombres se habían jugado la vida por sus principios. “Y en Broadway el valor e integridad de ellos había sido exitoso y taqu1llero. "¿Entonces por qué?", se pregunta Prideaux, "en este mercado de vendedores, hay tan pocos héroes modernos en escena o en los libros, de americe o de cualquier otra parte? ¿Que ha pasado con la imagen del hombre? ¿Quien lo derribo, y que puede hacer para restaurarlo? ¿O realmente merece que se le restaure?
Entonces el se pregunta qué pasaría si de una de las principales firmas de relaciones publicas americanas se avocara al trabajo de "mejorar la imagen del hombre." Después de todo, dice él, "ellos han creado mejores imágenes de los automóviles y de los alimentos para el desayuno." Así que, en un "loco arranque de fantasía" sugiere lo que podría pasar en una conferencia donde el "gran jefe" ha reunido a una docena de sus ingeniosos jóvenes "hombres idea " para discutir este cometido. El gran jefe presenta el problema de mejorar la imagen que el hombre tiene de sí mismo. ¿Como vigorizamos su imagen? ¿Como le hacemos sentir que él puede ser de valor para algo? Ellos comenzaron analizando las debilidades del producto. Identificaron su poco atractiva vestimenta, su inseguridad, su falta de ataduras, su falta de disciplina, su muelle vida, sin desafíos, fronteras, metas o ideales. Finalizando esta discusión, el gran jefe les pidió que pensaran positivamente. "¿como podemos presentar una buena imagen de el?.
Los hombres idean:
"haced que se mueva más rápido,
Haced que este orgullosos de sus metas - la luna, el espacio exterior, comodidades para su familia, justicia social, renta vitalicia".
Entonces el gran jefe dijo, "es un buen modo de pensar. Pero lo que precisamos es una frase inicial, algo que envuelva la idea. Una verdadera constructora de la imagen".
Otro h. i: Bien, hay una que podemos considerar. Bien, de este...
g. i: ¡vamos, hable!
h.i : bien, el hombre fue creado a la imagen y semejanza de dios.
g.j: ¿está usted bromeando?
h. i: pero viene de la....
g.j : no me importa de dónde viene. Eso no va a ser creído.
Otro h.i : Estoy de acuerdo. Y además es de mal gusto.
g.j : (maldito) mal gusto. Muchachos, se levanta la sesión ahora y nos volveremos a reunir mañana a la misma hora. Y mientras tanto piensen una nueva frase. (Murmurando entre dientes) "a imagen y semejanza de dios." ¡Esto es blasfemo!
No es de extrañar que un hombre moderno exclame protestando si alguien con autoridad le dice la mismísima verdad de su propio ser, una verdad que el percibe intuitivamente - de que él es algo más de lo que dicen los eruditos y religiosos de la sociedad con ruidosa voz.
Por otra parte, cuantas veces los hombres inspirados nos han dicho que recordemos quienes somos, de manera que podamos conseguir la meta de la que somos capaces. Lo siguiente es sugestivo.
De que el hombre es un hijo de Dios es el más importante conocimiento disponible a los mortales. Tal conocimiento esta mas allá de la percepción mental de una mente sin inspiración.... "
El único medio por el cual se puede tener tal conocimiento es la revelación divina....
"Las aspiraciones, deseos y motivaciones del que acepta, cree, y por el poder del espíritu santo obtiene un testimonio de la verdad de que es un hijo o una hija engendrada por Dios, difiere de las aspiraciones del que cree diferente, como la viña que crece difiere de la rama cortada.
"sabiendo de que se es un hijo de dios, no se puede dudar si se debe " considerar a sí mismo un Dios o una bestia. El no es del ¡caos. ... pensamiento!, llevado por la pasión y todo confundido.
El no está fijo como una planta en un sitio especial, para extraer su nutrimento, propagarse y pudrirse. Piensa de sí mismo, como enseñan las escrituras, poseído de la habilidad innata, como lo están todos.... los otros descendientes que se reproducen, para adquirir en la madurez final el estado de sus padres.
Celestiales y tener "aumentada gloria sobre su cabeza para siempre jamás." (Abraham 3:6) esta es su meta. (Marion G. Romney)
Cuan a menudo han enfatizado esta gran idea los hermanos.
Las ideas moldean a las personas. Las verdaderas ideas moldean la verdad.
En los orígenes anticípanos resultados. Si vamos a creer que pódenos llegar a ser alguien, débenos creer que tenemos el potencial. Las escrituras y los hermanos nos enseñan que somos hijos de Dios, creadas a su imagen, y debido a esto, podremos llegar a ser cono él. No hay idea más poderosa en las escrituras.
Si se niega la idea, se niega también el obtener el potencial si se afirma la idea, eleva a los hombres degradado sobre el plano animal y los impulsa a decir ¿que es el hombre para que tenga de el memoria, y el hijo del hombre, para que los visites? Le has hecho poco que los ángeles (hebreos, dioses) y los coronaste de gloria y " honra." (Salmo 8:4-5).
Como maestro religioso es importante que enseñemos correctamente, aunque a veces no séamos capaces de enseñar tan claramente como quisiéramos.
Debemos de hacerlo por medio del espíritu y tal cual lo obtenemos de las escrituras.
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