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viernes, 18 de diciembre de 2009

El Diezmo

El diezmo es una ley divina que ha existido desde la antigüedad. El profeta Abraham del Antiguo Testamento, pagó diezmos de todo lo que poseía (Génesis 14:20). El diezmo significa dar al Señor la décima parte de todos nuestros ingresos.

En Malaquías 3:8-12 dice: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa: y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos".

El pago del diezmos para los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una ley que se practica hoy en día.

Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nos esforzamos por pagar un diezmo íntegro y lo vemos como una oportunidad para despojarnos del egoísmo y para contribuir al crecimiento de la Iglesia recibiendo al mismo tiempo las bendiciones que Dios nos promete.

James E. Faust dijo:

“Me siento agradecido por que el Señor consideró establecer nuevamente la ley del diezmo y las ofrendas entre Su pueblo. Cuando guardamos la ley del diezmo, las ventanas de los cielos se abren de par en par para nosotros, y recibimos grandes bendiciones cuando tenemos la fe para observar dicha ley”.

Los fondos del diezmo se utilizan para apoyar las actividades continuas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tales como la construcción y el mantenimiento de templos y centros de reuniones, llevar el Evangelio a todo el mundo, llevar a cabo la obra de los templos y de historia familiar y muchas otras actividades a escala mundial.

Entre las revelaciones recibidas por el primer Profeta de estos tiempos, José Smith, se encuentra registrada la siguiente en Doctrina y Convenios 64:23: "He aquí, el tiempo presente es llamado hoy hasta la venida del Hijo del Hombre; y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su venida".

El pagar un Diezmo requiere sacrificio, por lo que se necesita fe para ser obediente a esta ley. Al obedecerla se obtienen grandes bendiciones del Señor tanto espirituales como temporales. En Lucas 12:31 dice: “Buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Gordon B. Hinckley dijo en una oportunidad:

“Paguen sus diezmos para que sean dignos de las bendiciones del Señor. No les prometeré que se vayan a hacer ricos, pero les testifico que el Señor recompensa con generosidad, de una forma u otra, a los que guardan Sus mandamientos, y les aseguro que ningún asesor financiero al que acudan podrá prometerles lo que el Señor ha prometido: “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis” (D. y C. 82:10). El Señor honra Sus convenios.

Al dar la décima parte de nuestros ingresos no estamos siendo generosos con Dios, sólo estamos devolviéndole parte de lo que le pertenece y que es requerido de nosotros por ley.

lunes, 7 de diciembre de 2009

La familia

Una proclamación para el mundo

La Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días


Nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente proclamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos.

Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos. El ser hombre o mujer es una característica esencial de la identidad y el propósito eternos de los seres humanos en la vida premortal, mortal y eterna.

En la vida premortal, los hijos y las hijas espirituales de Dios lo conocieron y lo adoraron como su Padre Eterno, y aceptaron Su plan por el cual obtendrían un cuerpo físico y ganarían experiencias terrenales para progresar hacia la perfección y finalmente cumplir su destino divino como herederos de la vida eterna. El plan divino de felicidad permite que las relaciones familiares se perpetúen más allá del sepulcro. Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos permiten que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente.

El primer mandamiento que Dios les dio a Adán y a Eva tenía que ver con el potencial que, como esposo y esposa, tenían de ser padres. Declaramos que el mandamiento que Dios dio a Sus hijos de multiplicarse y henchir la tierra permanece inalterable. También declaramos que Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación se deben utilizar sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados, como esposo y esposa.

Declaramos que la forma por medio de la cual se crea la vida mortal fue establecida por decreto divino. Afirmamos la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno de Dios.

El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos. "He aquí, herencia de Jehová son los hijos" (Salmos 127:3) Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, de guardar los mandamientos de Dios y de ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan. Los esposos y las esposas, madres y padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones.

La familia es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno. Los hijos tienen el derecho de nacer dentro de los lazos del matrimonio, y de ser criados por un padre y una madre que honran sus promesas matrimoniales con fidelidad completa. Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y mantienen sobre los principios de la fe, la oración, el arrepentimiento, el perdón, el respeto, el amor, la compasión, el trabajo y las actividades recreativas edificantes. Por designio divino, el padre debe presidir sobre la familia con amor y rectitud y tiene la responsabilidad de protegerla y de proveerle las cosas necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos. En estas responsabilidades sagradas, el padre y la madre, como iguales, están obligados a ayudarse mutuamente. Las incapacidades físicas, la muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual. Otros familiares deben ayudar cuando sea necesario.

Advertimos a las personas que violan los convenios de castidad, que abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, que un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre el individuo, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos.

Hacemos un llamado a los ciudadanos responsables y a los representantes de los gobiernos de todo el mundo a fin de que ayuden a promover medidas destinadas a fortalecer la familia y mantenerla como base fundamental de la sociedad.

El presidente Gordon B.Hinckley leyó esta proclamación como parte de su mensaje en la Reunión General de la Sociedad de Socorro, el 23 de septiembre de 1995, en Salt Lake City, Utah, E.U.A.

sábado, 21 de noviembre de 2009

La Familia

La familia es la parte central del plan de Dios. Los mormones creen que las familias pueden ser eternas después de esta vida. Talvez usted se haya dado cuenta de que los mormones hacen énfasis en la orientación familiar, y se preocupan por hacer de su hogar “una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” ( DyC 119:127.)

La presidencia y las autoridades de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias publicó, “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” que enseña sobre la importancia de la familia y su destino eterno. Unos de los principios que se enseñan en la Iglesia es que antes de venir a la tierra nosotros vivíamos con nuestro Padre celestial en la vida premortal, que también se conoce como, la pre-existencia, o la vida preterrenal. Ahí en nuestro hogar celestial progresamos y nos desarrollamos para prepararnos para venir a la tierra en el tiempo en que El Señor decidiera prudente. Aunque éramos felices con nuestra familia celestial, necesitábamos venir a la tierra para recibir un cuerpo físico, ser probados y progresar aún más.

Jesucristo y otros, bajo la dirección de nuestro Padre Celestial, crearon la tierra para ser nuestro hogar mortal. En este mundo físico nuestros primeros padres Adán y Eva recibieron el mandamiento de multiplicar, henchir la tierra, y crear las primeras familias. Dios sabiendo que este poder era sagrado dio el mandamiento a todos sus hijos de que guardaran sagrado el poder de la procreación. El mandamiento era que un hombre y una mujer se casaran legalmente para utilizar los poderes sagrados de la procreación en la manera que fuera aceptable ante el Señor. Al guardar este mandamiento, Dios también proveyó una manera de poder estar con nuestros familiares después de esta vida por medio del Matrimonio Celestial o el Matrimonio Eterno. Los Mormones enseñan que el Matrimonio Celestial es una manera de estar con nuestra familia por toda la eternidad. Este tipo de matrimonio se realiza solo en templos de la Iglesia. Según la doctrina del Mormonismo, sólo si se recibe un matrimonio en el templo recibimos el privilegio especial de vivir con Dios el Padre y Jesucristo en el nivel más alto de gloria en el Reino Celestial.

Cuándo un hombre y una mujer guardan los mandamientos, cumplen sus obligaciones, y siguen la inspiración de Dios como esposos y padres dignos, ellos encontrarán felicidad y el Señor los bendecirá. Los valores y estatutos que El Señor provee hacen que una familia sea feliz, exitosa, sana, y que progrese. Los Mormones consagran sus mejores esfuerzos para crear hogares donde sus hijos puedan crecer rectamente y se puedan desarrollar, preparándolos para los desafíos de la vida y aprendiendo a depender de las promesas del Señor dadas a todo hijo fiel.

La Iglesia ha creado grupos dentro de la misma que instan al progreso de la familia. Programas como la La Noche de Hogar, la Asociación de las Mujeres Jóvenes, La Organización de los Hombres Jóvenes, La Sociedad de Socorro, y La Orientacion Familiar, promueven valores para ayudar en la unión de la familia.

Esto significa que si vivimos justamente según los convenios hechos en el templo, nosotros podremos vivir con nuestras familias para siempre, aun después de esta vida. Por la bondad y misericordia de Dios, y la bendición de poder tener familias eternas, es fácil ver porque los Mormones hacen tanto énfasis en la familia. Cualquier persona puede alcanzar a tener una familia eterna, y tendrá el consuelo y la alegría de que volverá a ver a sus familiares en la vida venidera.

Los Artículos de Fe

Jose Smíth resumió las enseñanzas y creencias de la Iglesia en 13 puntos básicos conocidos como Los Artículos de Fe de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Éstos dan una breve explicación de lo que creemos y ayudan a resolver dudas.

1. Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo.

2.Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la transgresión de Adán.

3.Creemos que por la Expiación de Cristo, todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio.

4.Creemos que los primeros principios y ordenanzas del Evangelio son: primero, Fe en el Señor Jesucristo; segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la remisión de los pecados; cuarto, Imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo.

5.Creemos que el hombre debe ser llamado por Dios, por profecía y la imposición de manos, por aquellos que tienen la autoridad, a fin de que pueda predicar el evangelio y administrar sus ordenanzas.

6.Creemos en la misma organización que existió en la Iglesia Primitiva, esto es, apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc.

7.Creemos en el don de lenguas, profecía, revelación, visiones, sanidades, interpretación de lenguas, etc.

8.Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios.

9.Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios.

10.Creemos en la congregación literal del pueblo de Israel y en la restauración de las Diez Tribus; que Sión (la Nueva Jerusalén) será edificada sobre el continente americano; que Cristo reinará personalmente sobre la tierra, y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca.

11.Reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: que adoren cómo, dónde o lo que deseen.

12.Creemos en estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; en obedecer, honrar y sostener la ley.

13.Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer el bien a todos los hombres; en verdad, podemos decir que seguimos la admonición de Pablo: Todo lo creemos, todo lo esperamos; hemos sufrido muchas cosas, y esperamos poder sufrir todas las cosas. Si hay algo virtuoso, o bello, o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos.

¿Usted sabe por qué nos llaman Mormones?

Es bueno saberlo para empezar. Además de creer en la Biblia, nosotros los mormones, utilizamos otro libro como escritura, llamado El Libro de Mormón, siendo ésta la razón por la que nos llaman así.

Nuestra religión nos enseña a creer principalmente en Dios Nuestro Padre Eterno, en Su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo.

Los mormones, creemos que Dios ha llamado profetas desde el principio del mundo, para enseñar el Evangelio a los hombres, profetas como los que usted ha escuchado, Adán, Enoc, Noé, Abraham, y Moisés, por ejemplo.

Estamos agradecidos con Dios por haber enviado a su hijo Jesucristo a esta tierra, para pagar por nuestros pecados, como dice en Juan 3:16. Además de la misión tan importante que Jesucristo hizo, creemos también que El organizó Su Iglesia, llamando a Sus apóstoles y dándoles autoridad para actuar en su nombre. Sin embargo sabemos que los apóstoles y los miembros de la Iglesia fueron perseguidos y muertos, y esto causó que se perdiera la verdad sobre la tierra. Debido a la pérdida de la verdad ahora existen tantas iglesias. ¿Alguna vez se ha preguntado porqué hay tantas iglesias? Jesucristo por medio de su apóstol Pablo profetizó que el Señor restauraría Su Iglesia antes de su segunda venida (Hechos 3:19-21) como lo había hecho muchas veces antes, llamando profetas a la tierra de nuevo. ¿Habrá profetas y apóstoles hoy en día? Nosotros sabemos que Dios nos ama tanto como amó a sus hijos en la antigüedad y por eso ha establecido de nuevo su Iglesia sobre la tierra.

El nombre oficial de la iglesia es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. A menudo las personas se refieren a la Iglesia como la Iglesia Mormona, el mormonismo, o los Santos de los Últimos Días (SUD).

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Tambien las puedes ver en linea si asi lo deseas

Nuestro SagradoTemplo






The House of the Lord


Cada uno de los templos se dedica como una casa del Señor Jesucristo, un lugar de santidad y paz, apartado del mundo.




Templo de Santo Domingo, República Dominicana






Dirección
Fisica:
AVENIDA BOLIVAR NO. 825
LOS ROBLES
10106 SANTO DOMINGO
DISTRITO NACIONAL
Republica Dominicana

Dirección postal:
c/o Caribbean Area Administration Office
POUCH
Dominican Republic

Teléfono: 809-731-2000


Acontecimientos importantes en la historia



Anuncio
16 noviembre 1993
Ceremonia de la palada inicial
18 agosto 1996
Programa de puertas abiertas
23 agosto 2000 - Añadir vídeo25 agosto 2000
Dedicación
17 septiembre 2000









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lunes, 9 de noviembre de 2009

El Testimonio de los Profetas

vive!” Así testificó el profeta Joseph Smith en cuanto al Salvador Jesucristo. Con esa misma certeza, todos los Presidentes posteriores de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días -sostenidos como profetas, videntes y reveladores- han testificado de la realidad, divinidad, expiación y resu­rrecci6n del Salvador.

Presidente Gordon B. HinckleyPresidente Gordon B. Hinckley

“Se que yo no soy ca­beza de esta Iglesia; el Señor Jesucristo es. Mi misión, mi responsabilidad primordial, mi más grande honor es expresar testimonio solemne de Su realidad viviente. Jesucristo es el Hijo de Dios, que es­tuvo dispuesto a venir a este mundo de sufrimiento, dificultades y dolor para influir para bien en el corazón de los hombres, a enseñar el camino de la vida eterna y a darse a Si mismo como sacrificio por los pecados de la humanidad. El es el ‘Rey de reyes y Señor de señores, y El reinara por to­dos los siglos. .. . Doy solemne testimonio de que EI vive y de que esta a la diestra de Su padre” Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, pigs. 285-286.

Presidente Howard W. Hunter (1907-1995)Presidente Howard W. Hunter (1907-1995)

“Estoy agradecido… por mi afiliación con un pueblo que tiene una firme convicción de que Dios vive, de que Jesús es el Cristo; y les testifico que el es el Señor Jesucristo.

El relato del Niño que nació en un pesebre en Belén no es un mito del pasado, sino que Jesús, el Hijo de Dios, le nació a Maria en vida mortal; que EI vivió entre los hombres; que murió en la cruz y fue resucitado; que en verdad vive hoy día; que es un Ser personal y el Salvador del mundo” Las Enseñanzas de Howard W. Hunter, ed. Clyde]’ Williams, 1997, pig. 4.

Presidente Ezra Taft Benson (1899-1994)Presidente Ezra Taft Benson (1899-1994)

“Se suele preguntar: ¿Son cristianos los mormones? Nosotros declaramos la divini­dad de Jesucristo; a Ello consideramos como la única fuente de nuestra salvación. Nos esforzamos por vivir Sus enseñanzas y esperamos que llegue el día en que El venga de nuevo a la tierra a gobernar y a reinar como Rey de reyes y Señor de señorees. En las palabras de un profeta del Libro de Mormon, decimos hoy día a los hombres: ‘no … [hay] otro nom­bre, ni otra senda ni medio, por el cual la salvación llegue a los hijos de los hombres, sino en el nombre de Cristo, el Señor Omnipotente, y por medio de ese nombre’ (Mosiah 3:17)” The Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pag. 10.

Presidente Spencer W. Kimball (1895-1985)Presidente Spencer W. Kimball (1895-1985)

“Lo colocamos [a Jesucristo] en un pe­destal como ningún otro grupo del que yo sepa. Para nosotros, El no solo es el Hijo de Dios, sino que es también un Dios, y estamos sujetos a El… “No importa cuanto hablemos de El, nunca es bastante.

“El no solo es el Carpintero, el Nazareno, el Galileo, sino Jesucristo, el Dios de esta tierra, el Hijo de Dios, pero, lo que es mas impor­tante, nuestro Salvador, nuestro Redentor …” Agrego mi propio testimonio: Yo se que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente y que fue crucificado por los pecados del mundo. “El es mi Amigo, mi Salvador, mi Señor y mi Dios” The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. Edward L. Kimball, 1982, pig. 7; vease tam­bien Ensefianzas de los Presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pigs. 27-28.

Presidente Harold B. Lee (1899-1973)Presidente Harold B. Lee (1899-1973)

“Tras una larga noche de meditación y los días posteriores de preparación espiritual, llegue a saber como un testigo mas pode­roso que la vista, hasta que pude testificar con una certeza que no admitía ninguna duda, que sa­bia con cada fibra de mi alma que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, que vivió, murió, fue resuci­tado y que hoy día preside en los cielos y dirige los asuntos de esta Iglesia, que lleva Su nombre, porque esta predica Su doctrina. Expreso ese testimonio con humildad y de ello les atestiguo” The Teachings of Harold B. Lee, ed. Clyde J. Williams, 1996, pig. 637. Vease “Se que mi Redentor vive”, Liahona, mayo de 1972, pigs. 1-3.

Presidente Joseph Fielding Smith (1876-1972)

Presidente Joseph Fielding Smith (1876-1972)

“La salvación esta en Cristo. Viene por moti­vo de la Expiación infi­nita y eterna que El llevo a efecto derra­mando Su sangre, Es el Hijo de Dios, y vino al mundo para rescatar a los hombres de la muerte temporal y espiritual que sobrevino a causa de lo que lla­mamos la Caída,
“Por medio de Su bondad y Su gracia, todo hombre se levantara del sepulcro, para ser juzgado de acuer­do con los hechos cometidos en la carne … “Yo se que El vive, que reina arriba en los cielos y abajo en la tierra, y que Sus propósitos prevalecerán. El es nuestro Señor y nues­tro Dios, y como El mismo dijo a Joseph Smith: … el Señor es Dios, y aparte de el no hay Salvador (D&C. 76:1)”

Presidente David O. McKay (1873-1970)Presidente David O. McKay (1873-1970)

“¿como… podemos saber el camino?’, pre­gunto Tomas, mientras se hallaba sentado a la mesa con sus compañeros apóstoles y con el Señor, después de la cena, la memorable noche de la traición. Y la respuesta divina de Cristo fue: ‘Yo soy el camino, y la ver­dad, y la vida… (Juan 14:5-6). ¡Y lo es! El es la fuente de nuestro consuelo, la inspiración de nuestra vida, el Autor de nuestra salvación. Si desea­mos saber cual es nuestra relación con Dios, recurrimos a Jesucristo. Si queremos conocer la verdad de la in­mortalidad del alma, la tenemos ejem­plificada en la resurrecci6n del Salvador. ..

” … [es] el único ser perfecto que ha vivido sobre la tierra; el ejemplo mas sublime de nobleza; semejante a Dios en Su naturaleza; perfecto en Su amor; nuestro Redentor, nues­tro Salvador; el Hijo inmaculado de nuestro Padre Eterno; la Luz, la Vida, el Camino” Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: David O. McKay, 2003, pags. 4-6.

Presidente George Albert Smith (1870-1951)Presidente George Albert Smith (1870-1951)

“El Salvador murió para que pudiésemos vivir; É1 venció la muerte y la tumba, y da la esperanza de una gloriosa resurrección a todos los que obedecen Sus enseñanzas” Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: David O. McKay, 2003, pigs. 4-6. “Testimony of Elder George Albert Smith”, Liahona: The Elders’Journal, 2 de febrero de 1915, pig. 502.

“He encontrado a muchas perso­nas por el mundo que no han sabido que nosotros creemos en la misión divina de nuestro Señor, y en más de una ocasión he sentido la necesidad de decir que no hay otras personas en el mundo que tengan un mejor conocimiento de la misión divina de ]Jesucristo, que crean de manera tan cabal que £1 es el Hijo de Dios, que tengan la plena confianza de que en este momento Él se encuentra en un trono de gloria a la diestra de Su Padre, como los Santos de los Ulti­mos Días” “Divine Calling of Prophet Joseph Smith Reviewed in Connection with Mission of Redeemer of World”, Deseret News, 27 de diciembre de 1924, sec. 3, pig. 6.

Presidente Heber J. Grant (1856-1945)Presidente Heber J. Grant (1856-1945)

“A los miembros de la Iglesia de todo el mundo y a los aman­tes de la paz de todas partes, decimos: ¡He aquí, vean en este Hombre de Galilea no tan solo al gran Maestro, no tan solo al Líder inigualable, sino el Príncipe de Paz, el Autor de la Salvación, ahora mismo, literal y verdaderamente el Salvador del mundo!

” .. Jesús es el Redentor del mundo, el Salvador de la humanidad, que vino a la tierra con la misión divi­namente señalada de morir por la redención del género humano. Jesucristo es literalmente el Hijo de Dios, el Unigénito en la carne. El es nuestro Redentor, y nosotros le adoramos” Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Heber J. Grant, 2002, pág. 241.

Presidente Joseph F. Smith (1838-1918)Presidente Joseph F. Smith (1838-1918)

“El Santo Espíritu de Dios me ha hablado a mi -no por medio del oído, ni del ojo, sino a mi espíritu, a mi parte viviente y eterna-, y me ha re­velado que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Les testifico que yo se que mi Redentor vive. Además, se que 10 vere en esta tierra y que lo veré como El es… El Señor me ha revelado esto. El ha llenado todo mi espíritu de este testimonio hasta que no ha quedado asomo de duda… “Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, 1998, pág. 7.

Presidente Lorenzo Snow (1814-1901)Presidente Lorenzo Snow (1814-1901)

“Ese Ser que moraba en los delos, que rei­nó allí antes que el mundo fuese, que creó la tierra y que, en el meridiano de 10s tiempos, descendió para perfeccionar y salvar lo que Él había creado, ha aparecido al hombre en esta época” En Journal History; 5 de abril de 1884, pig. 9.

“Testificamos al mundo entero que sabemos, por medio de la revelación divina, incluso mediante las manifestaciones del Espíritu Santo, que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, que se rebeló a José Smith de forma tan personal como lo hizo a Sus antiguos apóstoles, después de que se levanto del se­pulcro, y que Él le revelo las verdades celestiales únicamente me­diante las cuales el género humano puede ser salvo” En Deseret News, 31 de enero de 1877, pig. 834.

Presidente Wilford Woodruff (1807-1898)Presidente Wilford Woodruff (1807-1898)

” … el objeto de la misión de Cristo aquí en la tierra era ofrecerse como sacrificio para redimir al ser humano de la muerte eterna … Jesucristo fue estricta­mente obediente a la voluntad de Su Padre y bebió de la amarga copa que se le dio; he aquí gloria y honra, in­mortalidad y vida eterna, con ese amor que es mayor que la fe 0 la es­peranza, porque de esa manera el Cordero de Dios ha llevado a cabo por el hombre algo que este no podía realizar por si mismo …

“Con excepción del Señor Jesucristo, bajo la dirección de Su Padre, no hay ningún otro ser que tenga el poder de salvar las almas de los seres humanos y darles vida eterna” Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Wilford Woodruff, 2004, pigs. 70-71, 75.

Presidente John Taylor (1808-1887)Presidente John Taylor (1808-1887)

“Ungido, en efecto, con oleo de alegría mas que a sus compa­ñeros, lucho contra los poderes de los hombres y de 10s de­monios, de la tierra y del infierno combinados, y los venció; y con la ayuda del poder superior de la Divinidad, derroto a la muerte, al infierno y al sepulcro, y se levanto triunfante como el Hijo de Dios, el verdadero Padre Eterno, el Mesías, El Príncipe de Paz, el Redentor, el Salvador del mundo. Llevo a cabo la obra de la Expiación, la cual el Padre Ie había encomendado como el Hijo de Dios y como el Hijo del hombre” Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: John Taylor, 2001, pág. 49.

Presidente Brigham Young (1801-1877)Presidente Brigham Young (1801-1877)

“Testifico que Jesús es el Cristo, el Salvador y Redentor del mun­do; he obedecido Sus mandatos y obtenido Su promesa, y el conocimiento que tengo de El este mundo no me 10 puede dar ni tampoco me 10 puede quitar. … “Nuestro Señor Jesucristo, el Salvador, que ha redimido al mundo y a todas las cosas relacionadas con el, es el Unigénito del Padre en 10 re­ferente a la carne… El ha experimen­tado la muerte par todo hombre y ha pagado la deuda que contrajeron nuestros primeros padres” Discourses of Brigham Young, sel. John A. Widtsoe, 1941, pig. 26

El profeta José Smith (1805-1844)EI profeta José Smith (1805-1844)

“Y este es el evangelio, las buenas nuevas, que la voz de los cie­los nos testificó: “Que vino al mun­do, sí, Jesús, para ser crucificado por el mundo y para llevar los pecados del mundo, y para santificarlo y limpiarlo de toda iniquidad; “para que por medio de Él fuesen salvos todos aquellos a quienes el Padre había puesto en su poder y había hecho mediante el” (D.& C. 76:40-42)

domingo, 8 de noviembre de 2009

Evidencias del Libro de Mormon

Este texto corresponde http://es.mormonwiki.com.

Existe mucha evidencia para apoyar las afirmaciones hechas por El Libro de Mormón .

Evidencias de los Indios Americanos sobre el contenido del Libro de Mormón

Los escritos de los Indios Americanos son evidencias potencialmente fuertes de que los acontecimientos descritos en el [Libro de Mormón] sucedieron realmente. Por ejemplo, se tiene evidencia para sostener las afirmaciones de los Mormones de que los Indios Americanos son descendientes de los israelitas, proporcionada por un traductor del Título de los Señores de Totonicapán. (Para entender, le informamos que el Libro de Mormón profesa ser un registro de grupos antiguos de personas que partieron de Jerusalén y otras tierras para navegar a las Américas.) “El texto original del Título de los Señores de Totonicapán se registró en 1554 en el idioma del Quiché de Guatemala que data de siglos legendarios”. El traductor parece indicar que tales grupos migratorios posiblemente podrían haber existido. En resumen de sus conclusiones, él hace las siguientes declaraciones:

“Las tres gran naciones del Quiché… son descendientes de las Diez Tribus del Reino de Israel, a quienes Shalmaneser redujo a cautiverio y quienes, encontrándose en la frontera de Asiria, resolvieron emigrar….

“Estas, entonces, eran las tres naciones de Quichés, y ellos vivieron desde el naciente del sol, descendientes de Israel, con el mismo idioma y las mismas costumbres y tradiciones…. Ellos eran hijos de Abraham y Jacob….

“Ahora el 28 de septiembre de 1554 firmamos esta confirmación en la que hemos escrito lo que por tradición nuestros antepasados nos dijeron, quienes vinieron de la otra parte del mar, del Civán-Tulán, fronterizo con Babilonia” (Título de los Señores de Totonicapán, trans. Dionisio José Chonay y Delia Goetz, Norman, Oklahoma: University of Oklahoma Press, 1953, págs. 167, 170, 194).

Se ha dicho que la sangre de estas personas migratorias fluye en las venas del las tribus Indias de los Blackfoot (Pies Negros) y los Blood Indians (Indios de Sangre)de Alberta, Canadá; en los Navajos y los Apaches del Suroeste Norteamericano; los Incas de Sudamérica occidental; los Aztecas de México; los Mayas de Guatemala; y en otros grupos de Indios Americanos en el Hemisferio Occidental y las islas del Pacífico.

Ted E. Brewerton, “The Book of Mormon: A Sacred Ancient Record (El Libro de Mormón: Un sagrado registro antiguo,” Liahona, Nov. 1995, pág. 30

El Dios con barba Blanca – Quetzalcoatl en el Libro de Mormón

La literatura norteamericana antigua se refiere con frecuencia a un Dios “blanco y barbado, que descendió de los cielos”. Llamado por muchos nombres, esta figura legendaria a menudo se le refiere como Quetzalcoatl. “Los historiadores del siglo XVI registraron creencias pre-hispánicas con respecto al Dios blanco y barbado que vino a las Américas mucho tiempo antes que los conquistadores españoles” (Brewerton, 30). Mientras esto puede parecer una leyenda o una parte inexplicable de la historia, el Libro de Mormón, que se considera escrito por antiguos profetas americanos, cuenta de la visita de Jesucristo al continente americano después de su Resurrección. Las coincidencias entre el Libro de Mormón y las historias y leyendas de los Indios americanos es sorprendente. Los siguientes párrafos contienen ejemplos de estas leyendas Indoamericanas:

Bernardo de Sahagun (nacido en 1499) escribió: “Quetzalcoatl fue estimado y considerado como un Dios, y fue adorado en tiempos más antiguos. Él tenía el cabello largo y era barbado. Las personas adoraban sólo al Señor” (Historia General de las Cosas de Nueva España, Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1985, págs. 195, 598).

Diego Durán (nacido en 1537) escribió: “Un gran hombre—una persona venerable y religiosa— alto, con pelo largo y barbado, conducta digna, actos heroicos, milagros— Afirmo que él podría haber sido uno de los santos apóstoles” (Historia de las Indias de Nueva España, 1867, first ed., 2 vols., Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1967, 1:9).

Bartolomé de las Casas (nacido 1474) escribió que Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, era blanco, tenía una barba redondeada, era alto, y vino del mar del este, de donde él volverá (vea Los Indios de Mexico y Nueva España Antologiá, Mexico: Editorial Porrua, S. A., 1982, pp. 54, 218, 223).

La tribu de los indios Tamanacos en Venezuela tienen la misma leyenda de un Dios blanco y con barba: [“Amalivacá] tenía un rostro del color de las nubes claras de la mañana, y blanco era su cabello largo. … El dijo: ‘Soy Amalivacá, y yo vengo en el nombre de mi padre ‘INA-UIKI’ ” (Arturo Hellmund Tello, Leyendas Indígenas del Bajo Orinoco, trans. Ted E. Brewerton, Buenos Aires, Argentina: Imprenta Lopez Peru 666, 1948, págs. 19–22). (Brewerton, The Book…)

Aunque no sea un cuento comúnmente compartido en el mundo cristiano, es posible que las congruencias en el Libro de Mormón y las leyendas americanas antiguas nos enseñan que Jesucristo mismo se apareció a las personas en América después de Su resurrección. Estos relatos pueden revelar el significado que hay detrás de la declaración de Jesucristo a sus apóstoles en Juan 10:16 cuando Él dijo, “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor” (Versión Reina Valera). En el Libro de mormón, Cristo explica a los antiguos habitantes norteamericanos que ellos eran las “otras ovejas.” [Lee las palabras de Jesucristo a los antiguos habitantes de América]

Mientras estos estudios pueden ser fascinantes y provocan al pensamiento, los Mormones enseñan que la única manera de saber si el Libro de Mormón es verdadero y saber si Cristo realmente visitó las Américas es el preguntar a Dios mismo por medio de la oración. Si el Libro es verdadero, Dios ayudará a que el libro tenga sentido y traiga una influencia positiva cada vez que se lea. Una respuesta de Dios será la evidencia más segura en determinar si el Libro de Mormón es verdadero o no.