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jueves, 22 de julio de 2010

Tenemos un evangelio en su plenitud

Presidente N. Eldon Tanner
26 de agosto de 1972


Es verdaderamente un privilegio y bendición estar aquí en este gran país, en tan histórico día para asistir a la primera Conferencia General de Área de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la República de México. Por parte de la Primera Presidencia me complace haceros presente nuestros saludos y bendiciones, y expresar nuestro agradecimiento a quienes han puesto a nuestra disposición estas bellas instalaciones para poder efectuar la conferencia.

También deseamos felicitar y dar las gracias a todos los que han proyectado y contribuido tan generosamente su tiempo para encargarse de los arreglos para efectuar esta conferencia. Estimula e inspira en gran manera ver esta numerosa congregación de fieles santos, muchos de los cuales han! viajado largas distancias y hecho grandes sacrificios para poder estar presentes en esta ocasión. Rogamos que todos sean alimentados espiritualmente y bendecidos por su fidelidad. Nos sentimos sumamente afortunados por tener tan buenos directores en las ramas, barrios, estacas y misiones.

Nos da gusto reconocer la presencia de los misioneros nativos de México y Centroamérica que están prestando servicio en dichos sitios. Los felicitamos a ellos y a los fieles santos por la parte tan significante que están realizando en llevar el evangelio y hermanar a los nuevos miembros, lo cual ha resultado en tan notable crecimiento en el reino en esta parte de la viña del Señor. Esperamos y rogamos que todos vosotros podáis llevar a los que no pudieron asistir, los mensajes e inspiración que estoy seguro os serán impartidos en estas reuniones.

El mes pasado, como todos sabéis, nuestro amado profeta, el presidente José Fieldíng Smith que tanto amaba a la gente de México y estaba haciendo planes para asistir en esta ocasión, acudió al llamado de nuestro Padre Celestial de volver a El para recibir la gran recompensa por el servicio sobresaliente que dio como siervo devoto del Señor. Nos sentimos felices, sin embargo, de que pudo vivir y disfrutar plenamente de la vida sin sufrir o perder el uso de sus facultades físicas y mentales, sino que continuó hasta el fin. El mismo día que falleció, asistió a los servicios de la Iglesia, cantando vigorosamente y participando de otras maneras en las actividades. Tras los servicios volvió a casa, y mientras se hallaba sentado en su sillón favorito, y casi sin notarse, sucedió repentinamente, cual si hubiese sido trasladado de esta vida a la venidera, sin sentir la muerte en forma alguna.

Aprecio más de lo que puedo expresar, el gran privilegio que tuve de asociarme tan íntimamente con el presidente José Fielding Smith, y antes de él, con el presidente David O. McKay, quienes fueron, ambos de ellos, verdaderos profetas de Dios. También estoy agradecido por la asociación tan dulce y llena de satisfacción que ahora tengo con el presidente Harold B. Lee, que estoy seguro fue escogido antes de nacer para ser un director y Profeta de Dios y Presidente de su Iglesia aquí sobre la tierra. Bajo la dirección de nuestro Señor y Salvador, él conducirá los asuntos de la Iglesia y nos dará la orientación que necesitamos tan urgentemente en estos tiempos difíciles. No se encuentra con nosotros hoy, pero manda sus bendiciones y estará con nosotros en nuestros servicios esta noche y mañana. Será un gran privilegio y bendición tenerlo con nosotros.

Estamos sumamente interesados en el crecimiento que se ha efectuado en la Iglesia durante los últimos años, por lo cual nos sentimos muy animados. Desde que fui llamado como una de las Autoridades Generales en 1960, la población ha aumentado en un 94 por ciento hasta llegar a tener más de tres millones de miembros, casi el doble que había en esa ocasión. Tenemos 583 estacas y 101 misiones, con más de 15.000 misioneros que están dedicando su tiempo entero a la evangelización.

Aquí en México, si las cifras que traigo están correctas, el número de miembros en la Iglesia ha aumentado desde aproximadamente 18.000 en 1960 hasta casi 100.000 en la actualidad, o sea un número cinco veces mayor. En 1960 había tres misiones; hoy existen cinco. En esa época teníamos una estaca, hoy tenemos siete y somos bendecidos con directores capaces y miembros devotos, todos los cuales están esforzándose por cumplir con su parte en la tarea de adelantar la obra del Señor. De hecho, tres de nuestros Representantes Regionales de los Doce son de México. También tenemos Representantes Regionales de otros países por todo el mundo.

Nos sentimos alentados en extremo por el crecimiento que está verificándose en la América del Sur, donde hay casi once veces el número de miembros que había en 1960, así como en Centro-américa, donde el número es diez veces mayor.

Sí, está verificándose un crecimiento y están habilitándose directores en todo el mundo. De hecho, todas las estacas y barrios, así como muchas de las misiones, ahora están a cargo de miembros locales. Es maravilloso ver la manera en que la gente está aceptando el evangelio e ingresando en la Iglesia y reino de Dios, todos ellos dando testimonio de las bendiciones que el evangelio les da, comprendiendo que es la Iglesia de Jesucristo, de la cual el Señor mismo es la piedra principal del ángulo y el que dirige al Profeta que tiene sobre la tierra, por medio de quien habla.

Por motivo de este gran crecimiento y el número de miembros que tenemos en los distintos países del mundo, la Primera Presidencia y el Quorum de los Doce decidieron llevar a cabo Conferencias de Área a fin de que fuera posible que un número mayor de los miembros de la Iglesia asistieran y recibieran instrucciones de las Autoridades Generales y oficiales generales; y también para que los santos pudieran reunirse en números más crecidos y ser inspirados y edificados y fortalecidos en sus testimonios, y lograr un entendimiento mejor de sus deberes y responsabilidades.

Leemos en Doctrinas y Convenios:
"De modo que, con toda diligencia aprenda cada varón su deber, así como a obrar en el oficio al cual fuere nombrado.

"El que fuere perezoso no será considerado digno de permanecer, y quien no aprendiere su deber y no se presentare aprobado, no será contado digno de permanecer" (D y C 107:99, 100).

El ser miembros de la Iglesia de Jesucristo impone sobre cada uno de nosotros el deber y la responsabilidad de vivir y enseñar el evangelio a nuestras familias y amigos, y compartir con ellos las grandes bendiciones que trae a nuestra vida. Deseo testificar en esta ocasión que yo sé, como sé que vivo, y lo sé con cada fibra de mi ser, que Dios vive; que es un Dios personal a cuya imagen somos creados; que somos sus hijos espirituales, y que por tanto, nuestra potencialidad no tiene límite.

Es una bendición muy grande saber y entender de dónde venimos, porqué estamos aquí y a dónde vamos. Tuvimos una existencia preterrenal, en el curso de la cual moramos con nuestro Padre Celestial y asistimos al gran Concilio en los Cielos donde se bosquejó el plan de vida y salvación. Sabemos que Satanás presentó un plan para redimir a todo género humano por la fuerza, a fin de que no se perdiera una sola alma, a cambio de lo cual él quería todo el honor y la gloria.

Pero Cristo, que fue "el electo desde el principio", ofreció ser nuestro Salvador, dándonos la libertad para escoger el bien, o mal por nosotros mismos, atribuyendo toda la gloria al Padre.

Cuando se rechazó el plan de Satanás, éste se rebeló y juró destruir la obra del Señor y hacer todo cuanto pudiera para desviar a los hombres según su voluntad y conducirlos al infierno, en caso de que no quisieran escuchar las enseñanzas de Cristo.

Jesucristo vino a la tierra, el Unigénito Hijo del Padre en la carne, y moró entre los hombres y dio su vida, a fin de que todo el género humano pueda ser salvo de la muerte de la tumba, y por motivo de su expiación todos resucitarán. Leemos en la Biblia:

". . . vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; "y los que hicieron lo bueno, saldrán a la resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).

Mas Jesucristo nos dio el plan de vida mediante el cual podemos prepararnos para la vida eterna, o sea la vida con Dios nuestro Padre Eterno. Se nos pone aquí en la tierra para probarnos a nosotros mismos y determinar si queremos o no queremos seguir las enseñanzas de Jesucristo y mostrarnos dignos de volver a la presencia de Dios de donde vinimos.

¡Cuan afortunados somos por saber estas cosas!

También sabemos que a raíz de la muerte de Cristo y sus apóstoles hubo disputas entre los miembros de su Iglesia, y debido a la dureza de sus corazones, el Espíritu del Señor se apartó y hubo un período de tinieblas durante el cual el evangelio no estuvo sobre la tierra y una apostasía sobrevino a la gente.

Deseo dar mi testimonio de que el evangelio ha sido restaurado en estos postreros días, y se ha restablecido la Iglesia de Jesucristo con el sacerdocio sobre la tierra, con "la misma organización que existió en la Iglesia primitiva, esto es, apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc." (Sexto Artículo de Fe), y que tenemos el evangelio en su plenitud; que José Smith efectivamente vio a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo, y habló con ellos.

Amo la historia de José Smith. Imaginaos conmigo en el pensamiento a este joven de catorce años de edad, confuso por la agitación y contención en su época a causa de la varias religiones. Podemos imaginarlo estudiando seriamente las Escrituras para hallar la respuesta a su deseo de saber a cual Iglesia debía unirse, porque era un joven de carácter religioso.

Entonces fue guiado a este pasaje en ía Biblia: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra" (Santiago 1:5-6).

Sabía lo que debía hacer. Buscó un lugar apartado en una arboleda y pidió sabiduría, como se lo había indicado el pasaje. Sabemos lo que sucedió. Cuando se puso de rodillas para orar y empezó a invocar a Dios para saber a cuál Iglesia debía ingresar, lo venció una gran fuerza, y justamente cuando pensó que iba a ser destruido, vio una columna de luz mucho más brillante que el sol que lo bañaba, y en esa luz estaban dos Personajes, arriba de él en el aire, cuya gloria y fulgor no admiten descripción. Podemos imaginar sus sentimientos de joven al ver a estos dos seres celestiales. Al preguntar a cual iglesia debía unirse, uno de ellos respondió: "José, éste es mi Hijo Amado; escúchalo." Cuando salió del bosque sabía, como sabía que vivía, que Dios el Padre y Jesucristo eran seres personales, vivientes, y que estaban interesados en él y que habían escuchado y contestado su oración.

Recordemos cómo se burló de él la gente y lo vilipendió. Durante cuatro años permaneció a solas con sus convicciones, sin tener una iglesia a la cual podía asistir. Sin embargo, al fin de ese tiempo declaró que él había visto una visión; y "lo sabía y comprendía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo. . ." (José Smith, 2:25). ¿Creéis vosotros que estaba mintiendo?

Al fin de cuatro años, mientras imploraba al Señor, apareció .el ángel Moroni y después de. un tiempo le entregó las planchas que contenían una historia de los hechos de Dios con los antiguos habitantes en el continente americano. Para entonces tenía 22 años de edad, y sabemos que por el don y el poder de Dios y por revelación, pudo traducir de esas planchas la historia que ahora conocemos como el Libro de Mormón, el cual, junto con la Biblia, es otro testigo de la divinidad de Jesucristo, y contiene el evangelio en su plenitud.

Queremos que el mundo sepa que creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente, y también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios.

Damos este testimonio al mundo, y queremos que todos los miembros de la Iglesia conozcan y crean en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo, y que mediante la expiación de Cristo todo el género humano puede salvarse mediante su obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio.

Creemos y enseñamos e impulsamos a todos a que acepten los principios y ordenanzas del evangelio, que son: primero, fe en el Señor Jesucristo; segundo, arrepentimiento; tercero, bautismo por inmersión para la remisión de pecados; cuarto, imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo.

Todos los miembros de la Iglesia han aceptado y deben estar tratando de observar estos principios. Han recibido estas ordenanzas, de las cuales ha resultado que tienen el Espíritu Santo para guiarlos, en tanto que vivan rectamente.

Enseñamos e impulsamos a todos los miembros de la Iglesia a que sean honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y que procuren hacer bien a todos los hombres. "Si hay algo virtuoso, bello, o de buena reputación o digno de alabanza, a esto aspiramos" (Artículo de Fe, número 13).

Estas eran las creencias y ésta la fe de aquellos que aceptaron y creyeron en el evangelio cual lo enseñaron José Smith y aquellos que fueron llamados para ayudarle a restablecer la Iglesia de Jesucristo. Hace un mes. que en Salt Lake City y en muchas otras comunidades mormonas celebramos la llegada de nuestros pioneros al valle de Salt Lake en 1847. Se nos recordó los grandes sacrificios que hicieron al ser expulsados de Nauvoo, Illinois; las muchas persecuciones y penas que padecieron; los miles de sus amados que quedaron sepultados en las llanuras, y sin embargo, permanecieron fieles a la fe mientras viajaban al valle de Salt Lake, donde no encontraron más que un desierto solitario. Al llegar allí se pusieron a regar la tierra y hacerla productiva, y bajo la dirección y bendiciones de nuestro Padre Celestial lograron que ese gran desierto floreciera como la rosa.

Millones de personas llegan cada año para visitar ese sitio fructífero. Sepamos honrar a los pioneros y a aquellos que sacrificaron sus vidas a fin de que pudiéramos tener el evangelio.

Os honramos a vosotros aquí en este gran país de México, que sois pioneros en la edificación del reino de Dios en esta parte del mundo. Igual que los pioneros de ayer, tal vez se burlarán de vosotros y seréis perseguidos por el evangelio. Tengamos todos el valor y la determinación de permanecer fieles a la fe y vivir para merecer las bendiciones que hemos recibido. Digamos al mundo, como Josué dijo a su pueblo: ". . . escogeos a quien sirváis. . . pero yo y mi casa serviremos a Jehová" (Josué 24:15).

Deseamos impulsar a todos vosotros a que viváis de acuerdo con todo principio del evangelio. Conservaos moralmente limpios. Observad la Palabra de Sabiduría y refrenaos del uso del té, el café, licores y tabaco y drogas. El Señor, dio esta revelación a la Iglesia hace ya casi 140 años, y sin embargo, sólo recientemente ha descubierto la ciencia ios nocivos efectos de algunas de estas cosas.
Recordemos la promesa del Señor:

"Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en sus ombligos, y médula en sus huesos:

"Y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, aun tesoros escondidos;
"y correrán sin cansarse, y no desfallecerán al andar.

"Y yo, el Señor, les hago una promesa, que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará" (D y C 89:18-21).

Qué promesa tan más significativa, y cuánto más felices seremos a medida que guardemos los mandamientos del Señor y sigamos a los directores que El ha escogido y colocado aquí sobre la tierra. Si hacemos esto, jamás nos desviaremos.

Hay muchas personas actualmente en el mundo que niegan la existencia misma de Dios, y se les dificulta creer que El puede escuchar y contestar nuestras oraciones, o que todavía se comunica con su Profeta en estos días, como lo hizo en épocas anteriores, para revelar su parecer y voluntad a nosotros. Creemos en la revelación continua; que nuestro Padre Celestial está tan interesado hoy, como lo ha estado en cualquiera de sus hijos en cualquier período de tiempo. Sin embargo, estas mismas personas que opinan que Dios no puede comunicarse con el hombre, creen y saben que el simple hombre mortal, con su conocimiento limitado del universo, ha construido naves espaciales que han llevado al hombre hasta la luna, y que mientras viajaban de ida y vuelta a la luna, y mientras permanecieron sobre la luna, el hombre sobre la tierra pudo comunicarse con ellos, y ellos con su base principal. Los que dirigieron la construcción de la nave espacial conocían las leyes que habían de observarse, las leyes científicas que debían ser obedecidas para que los astronautas pudieran viajar a salvo hasta la luna, aterrizar allá y entonces volver a la tierra.

Los astronautas tuvieron fe de que al seguir las instrucciones y obedecer toda ley y principio relacionados con el viaje, tendrían éxito en su jornada y por obedecer al pie de la letra las leyes de la ciencia y las leyes de la naturaleza lograron el éxito en su viaje y aterrizaron sin novedad al volver a casa. Imaginemos los funestos resultados si alguno de ellos hubiese pasado por alto las reglas y las leyes de la ciencia y la naturaleza, y hubiese dicho: "Voy a hacer lo que me dé la gana, y es cosa que a nadie incumbe sino a mí." Tuvieron que obedecer las reglas y obedecer las instrucciones al pie de la letra y trabajar unidamente a fin de lograr el éxito.

Dios es el Creador de nuestra nave espacial, el mundo, por conducto de su Hijo Jesucristo, el cual nos ha dado las leyes, las reglas y reglamentos que debemos obedecer para ser felices mientras estamos aquí, y volver con éxito a la presencia de nuestro Padre Celestial. El ha dicho: "Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis" (D y C 82:10).

Es nuestro deber, nuestro deseo, como Iglesia, tratar de ayudar a toda persona a entender más claramente su relación con Dios y los principios del evangelio que les ocasionarán mayor gozo, éxito y felicidad en su jornada sobre la tierra. Ninguna enseñanza del evangelio nos restringe en forma alguna que sea meritoria. Todos debemos comprender que por aceptar y obedecer las enseñanzas del evangelio podemos ser una gran influencia para bien, y nos haremos merecedores de mayor consideración y respeto por parte de otros. Quisiera citar dos ejemplos:

El director de personal de una gran organización me estaba relatando el otro día acerca de cierta señorita que llegó para solicitar trabajo. Le dijo que no tenía ninguna vacante, pero le aconsejó que llenara una solicitud. Cuando notó que había indicado qué era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le dijo: "Espere un momento." Llevó su solicitud al presidente de la compañía, el cual le había dicho que él deseaba entrevistar personalmente a cualquier miembro de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, por motivo de su experiencia anterior con ellos en cuanto a sus altas normas personales, su honradez y su habilidad para trabajar. Conversó con ia joven y le dio trabajo inmediatamente.
Otro joven que conozco salió de Salt Lake City para Nueva York con objeto de aceptar un puesto en un bufete de abogados. El presidente de esta importante compañía había llamado a uno de nuestros miembros de la Iglesia en el este del país para pedirle que le recomendara a un buen miembro de la Iglesia para el puesto. Le dijo: "Conocemos sus normas y la manera de vida que llevan sus jóvenes. Queremos uno que no ande en juergas, que venga preparado para trabajar y de quien podamos depender."

Cómo deseo que todos pudiéramos comprender lo que significaría para nosotros si verdaderamente viviésemos de acuerdo con las enseñanzas del evangelio de Jesucristo. Si el mundo aceptara y cumpliera estas enseñanzas, no tendríamos robos, ni asesinatos, ni asaltos, ni alborotos. No habría guerra, y tendríamos paz y amor en todo el mundo. Si nos acordamos de santificar el día del Señor y honramos a nuestros padres y a nuestras madres, y nos conservamos limpios y puros, nuestro Padre Celestial derramará sus bendiciones sobre nosotros al grado de no poder contenerlas.

Entonces viviríamos en el bendito estado que nos pinta Nefi en el Libro de Mormón:
"Y ocurrió qué no había contenciones en el país, a causa del amor de Dios que moraba en el corazón del pueblo.

"Y no había envidias, ni contiendas, ni tumultos, ni fornicaciones, ni mentiras, ni asesinatos, ni lascivia de ninguna clase; y ciertamente no podía haber pueblo más dichoso entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios" (4 Nefi 1:75, 16).

Debemos vivir y trabajar juntos con amor y armonía, haciendo todo cuanto podamos para fortalecernos y apoyarnos unos a otros y a los que dirigen las organizaciones, los cuales a su vez fortalecerán a los que ellos dirigen. Tened presentes las palabras del rey Benjamín: ". .. cuando os halláis en el servicio de vuestros semejantes, sólo estáis en el servicio de vuestro Dios" (Mosíah 2:17). Y nuestro Maestro dijo: "Y el que quiera ser el primero de entre vosotros, será vuestro siervo" (Mateo 20:27).

Seamos honrados en nuestros tratos con nuestros semejantes, y particularmente honrados con el Señor en el servicio que le rindamos. No hace mucho que un secretario de barrio estaba tropezando con problemas económicos y empezó a tomar de las contribuciones que llegaban a la oficina del obispo, con intención de reponerlas. Su situación empeoró, tuvo que echar mano de más dinero, que en efecto era malversar fondos sagrados. Fue necesario relevarlo de su posición y finalmente dejó de ser miembro de la Iglesia. ¡Qué tragedia tan grande para él y su familia! ¡Cuan desilusionado debe sentirse el Señor, y el descrédito que viene sobre la Iglesia cuando no somos fieles a nuestro cometido! Nos sentimos tan agradecidos por la fiel mayoría que da a la Iglesia tan envidiable reputación de integridad y honradez.

Mientras me encontraba en el gobierno de la Provincia de Alberta en Canadá, se me invitó a que fuera a la ciudad de Dallas en Texas para hablar a un grupo de petroleros. En su presentación, el gobernador de Texas dijo que yo había sido obispo en la Iglesia Mormona, y entonces añadió: "En lo que a mí concierne, la persona que es digna de ser obispo en la Iglesia Mormona no necesita más introducción." Ese tributo no era precisamente para mí, sino para todos los obispos mormones conocidos por él que habían sido fieles a las enseñanzas de la Iglesia.

En esa ocasión pensé cuan importante es que todo miembro de la Iglesia viva de tal manera que sea digno de ese nombre y sea un crédito a la Iglesia; y que en ninguna manera fracasemos en nuestro gran deber y responsabilidad de ser honrados y fieles con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con nuestro Padre Celestial.

Debemos recordar quiénes somos; que somos hijos espirituales de Dios, miembros de su Iglesia y reino, y vivir en tal forma todos los días que otros, viendo nuestras buenas obras, glorificarán a nuestro Padre que está en los cielos. Únicamente por medio de las enseñanzas del evangelio podemos ser salvos en el reino de nuestro Padre; el hombre jamás ha podido darnos mejor opción o manera de vivir. Como lo expresó tan sabiamente Salomón:

"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
"Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5, 6).
Imaginemos nuestra desesperación si no tuviéramos una creencia en un Dios personal, o en su Hijo Jesucristo, o en la resurrección, sino sólo creyéramos que al terminar nuestra existencia no habría vida después de la muerte. ¡Contrastemos tal creencia con la belleza y esperanza que hay en el evangelio! ¡Cuánto mejor es aceptar y creer!

Vuelvo a repetir, demostremos nuestro amor hacia Dios manifestando nuestro amor hacia nuestros semejantes. Procuremos compartir nuestras bendiciones. Procuremos compartir nuestro evangelio con otros. Vivamos según nuestra religión y mostremos con nuestro ejemplo cómo el evangelio puede conducirnos a una manera mejor de vivir.
Se ha puesto en nuestras manos la antorcha; debemos llevarla en alto. Jamás debemos avergonzarnos del evangelio de Jesucristo, porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.

Busquemos primeramente eí reino de Dios y su justicia, con la confianza de que todas las bendiciones que sean para nuestro bien nos serán añadidas, y que al mismo tiempo estaremos labrando nuestra propia salvación y exaltación; humildemente lo ruego, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Evolucion y Origen de Adan.

Por Keith H. Meservy Profesor asociado de escrituras antiguas. Universidad Brighan Young.


A menudo se ha dicho que la iglesia no tiene doctrina concerniente a la evolución orgánica. Esto quiere decir que no tenemos revelación que explique que tales cosas como las formas de vida en los estratos de la tierra, los dinosaurios, los restos esqueléticos de seres parecidos a los hombres, la analogía de los antecedentes embriológicos, y esos aspectos del comportamiento humano y de otras formas similares de vida. Por otra parte, se debe decir que la iglesia si tiene una doctrina sobre el hombre y su origen que está basada en las escrituras según las interpretan los profetas vivientes. Al hacer su declaración formal en 1909 sobre la posición de la Iglesia referente al origen del hombre, la primera presidencia dijo algo que me gustaría usar como prefacio a mis observaciones. "Al presentar la siguiente declaración, no estamos conscientes de exponer nada esencialmente nuevo; ni tampoco es nuestro deseo el hacerlo. Lo que queremos presentar es la verdad, y la verdad -verdad eterna- es fundamentalmente antigua. Todo lo que trataremos aquí es enunciar la actitud original de la iglesia relativa a este asunto".

Es importante para nosotros ser precisos acerca de los orígenes, porque en los orígenes anticipamos resultados. Creo que las siguientes ideas representan claramente las enseñanzas de la iglesia sobre el hombre.

1.- Creemos que como el hombre ahora es, Dios fue una vez, y que el gran secreto acerca de Dios es que el es un hombre glorificado. Por lo tanto, la forma de un hombre existió mucho antes que hubiera un hombre para cultivar esta tierra.
2. - Creemos que el gran secreto acerca del hombre es que Dios es su padre, en cuya imagen él es creado; en consecuencia, como Dios es ahora, el hombre puede llegar a ser.
3.- Creemos que la inteligencia del hombre, la parte que lo identifica a él como un individuo, siempre ha existido no fue creada, ella, junto con Dios; no tuvo principio. En opinión de José Smith, pensar de otro modo rebaja al hombre.
4.- Creemos que por un proceso de procreación la inteligencia del hombre recibió un cuerpo espiritual de unos divinos padre y madre celestiales.
5.- Creemos que por un proceso de procreación su cuerpo espiritual recibió un cuerpo físico de un padre y madre terrenales.
6.- Creemos que este cuerpo físico será resucitado con la misma forma que tenía en esta vida no se perderá ni un cabello de la cabeza, perpetuando así en las eternidades la forma del cuerpo mortal.

Jehová - Cristo, asistido por "muchas de las nobles y grandes (Abraham 3:22)... de hecho creo la tierra y toda forma de plantas y vida animal sobre la faz de la misma. Pero cuando llego el momento de colocar al hombre sobre la tierra, hubo un cambio de creadores. Es decir, el Padre mismo participo personalmente.... en el espíritu y nuevamente en la carne, el hombre fue creado por el padre. No hubo delegación de autoridad en lo que concernía a la criatura suprema de la creación..... (Cuando dios propuso la creación del hombre, le dijo a su unigénito), "hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y fue hecho". (Moisés 2:26) pero cuando el plan se convierte en realidad y la propuesta un hecho consumado, entonces el registro personaliza el suceso y lo centra en el supremo director. “Y yo Dios, cree al hombre a mi propia imagen, a imagen de mi unigénito lo cree, varón y hembra los cree." (Moisés 2:27). Es decir, dios mismo, personalmente, creo al hombre, aunque continuo honrando al hijo por cuanto la criatura de su creación apareció a imagen tanto del padre como del hijo, como necesariamente tendría que ser el caso porque uno era a imagen del otro."

Por medio de las escrituras e intérpretes divinamente inspirados aprendemos, entonces, que Adán fue un hijo de Dios. Las escrituras también nos enseban que el hombre fue creado a la imagen física de su divino padre (el hebreo selem: imagen (quiere decir un duplicado exacto). El tener esta imagen es considerado por los humanos como una consecuencia de la filiación. Desde José Smith hasta los actuales profetas, se han enseñado estas ideas.

Benjamín F. Johnson, en una carta dirigida a George S. Gibbs, dijo que el profeta José Smith "nos enseño que Dios era la gran cabeza de la procreación humana, (y) "era real y verdaderamente el padre tanto de nuestro espíritu como de nuestro cuerpo".

Brigham Young, quien a menudo reconoció el papel de José Smith como su maestro, enfatizo esta gran verdad. "Cuando Moisés escribió y dijo que el hombre había sido cabalmente formado a imagen de Dios, el escribió la verdad. Nosotros somos hijos de nuestro padre - su progenie, de la misma familia."

Entonces dijo dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree..... Y creo dios al hombre a su imagen, a imagen de dios los creo. (Génesis 1:26 -27). Creo que la declaración hecha en estos dos pasajes de las escrituras es literalmente verdadera. Dios ha hecho a sus hijos a semejanza suya para que se paren erectos, y los ha investido con inteligencia, poder y dominio...» el creó al hombre, como nosotros creamos a nuestros hijos? porque no hay otro proceso de creación en el cielo, o en la tierra. . . o en todas las eternidades, es decir, que hubo o que jamás habrá.... existen leyes y reglamentos fijos por medio de los cuales se forman los elementos.... y este proceso de la creación es de eternidad en eternidad. “el (Adán) fue formado como vosotros y yo somos hechos, y ninguna persona fue jamás hecha sobre cualquier otro principio." “estos cuerpos fueron hechos por él, y por medio de, él y de él, tanto como lo fue el espíritu. Porque os diré, el comenzó y produjo espíritus; y entonces, cuando completo esa obra, el comenzó y produjo tabernáculos para esos espíritus para que moraran en ellos. Yo vine por medio de él, tanto en espíritu como en cuerpo. “El hombre es la progenie de dios... somos tanto hijos de este gran ser como somos hijos de nuestros progenitores terrenales. Somos carne de su carne, hueso de su hueso... ... como las semillas de los cereales, verduras y frutas producen su especie así es el hombre a imagen de dios." "El padre realmente engendro los espíritus, y fueron producidos y vivieron con él. Entonces comenzó la obra de crear tabernáculos terrenales, exactamente como el mismo había sido creado en esta carne, participando del sistema de materiales que había sido organizado y componían esta tierra, hasta que el sistema de él se había cargado del mismo, consecuentemente los tabernáculos de sus hijos fueron organizados del sistema de materialices de esta tierra. Muchos de los primeros hermanos enseñaron ideas relacionadas. Por ejemplo. Parle P. Prat creía que Adán era un hijo de dios que había venido de una colonia celestial como su amada esposa. "

"Cuando el paraíso se perdió por el pecado? cuando el hombre fue separado de la faz de su padre celestial,... cuando el velo oculto de nuestra vista al cielo? y, con pocas excepciones, no se considero al hombre digno de retener el conocimiento de su origen celestial? entonces, la obscuridad velo lo pasado... el hombre no se conoció a sí mismo, de donde vino, ni adónde iba....(moisés trato de conducir a su pueblo para que conocieran a dios cara a cara. Pero ellos no pudieron recibir sus leyes celestiales, o aguantar su presencia."

"¡El hombre modelado de tierra, como un ladrillo!"
¡La mujer, fabricada de una costilla!
Asi, los padres se resignarían a ocultar a la floreciente virilidad los misterios de la procreación, o las fuentes del rio de la vida perennemente fluyendo, relatándoles algún infantil cuento sobre la vida de acababan de nacer...... ¡Oh hombre! ¿Cuando cesaras de ser un niño en conocimiento?

"El hombre, como hemos dicho, es el hijo de dios”
La primera presidencia (Joseph F. Smith, Anthon H. Lund, Charles W. Penrose) citaron en forma aprobatoria la enseñanza de Brigham Young de que "Adán el padre es decir, nuestro padre terrenal - el progenitor de la raza humana.... no fue moldeado de la tierra como un adobe, sino "engendrado por su padre celestial". En la Biblia se llama a Adán "el hijo de dios”

(Lucas 3: 38) "Jesucristo fue el hijo unigénito que nació en la vida mortal. Adán era inmortal antes de la caída.

En el contexto de estas clases de ideas es muy significativo el testimonio del presidente Joseph F. Smith pronunciado en la conferencia de la estaca de Maricopa el 7 de diciembre de 1913: "Yo sé que dios es un ser con un cuerpo, partes y pasiones y que su hijo es semejante a el, y que el hombre es creado a imagen de Dios. El hijo, Jesucristo, creció y se desarrollo a la virilidad lo mismo que vosotros y yo, como en la misma manera lo hizo Dios, su padre, al crecer y desarrollarse en el ser supremo que es ahora. El hombre nació de la mujer. Cristo el Salvador, de mujer y Dios, el padre, nació de mujer. Adán, nuestro padre terrenal también nació de mujer a este mundo, lo mismo que Jesús y vosotros y yo.

En Church new del 19 de septiembre de 1936, bajo el titulo "El hombre, un hijo de Dios." apareció este comentario introductorio. "Que el hombre como descendiente de Adán, es, de manera muy literal, hijo de Dios esta enfáticamente explicado en el siguiente grupo de breves extractos de los registros de la iglesia."

La primera cita es el testimonio del presidente Joseph F. Smith mencionado en el párrafo anterior. Esta seguido por dos citas del presidente Brigham Young; luego viene la declaración de Lucas acerca de que la genealogía de Jesucristo se remonta a Adán, quien eres "el hijo de Dios". Luego viene una cita del élder Orson P. Whitneys: "La revelación no puede someterse a la tradición..." No vino a este mundo para ser mutilada. La verdad es la norma - la verdad como la revela el cielo y las opiniones y teorías de los hombres deben hacerse a un lado. Los accesorios del evangelio no pueden reemplazar al evangelio". La inferencia es clara a cual verdad revelada el editor siente que no puede someterse ni a la tradición ni a las opiniones y teorías de los hombres.

El élder Mark E. Petersen agrega su propia testimonio de que Lucas 3:38 enseña la verdad. El élder Joseph Fielding Smith cito las enseñanzas de Brigham Young sobre el mismo concepto. Con estas citas como ejemplo de cómo los líderes inspirados han interpretado lo que significa ser creado a imagen de dios, resulta evidente porque el élder Joseph F. Merrill pudo, en una conferencia general de la iglesia, decir como una cuestión de hecho que, "la iglesia enseba el hecho de que cada uno de nosotros es un hijo de dios tanto en el espíritu como en la carne. (Luego enfatizo las inferencias de este hecho). Como en el reino de la vida, lo semejante engendra a lo semejante, normalmente debemos poseer, aunque en ultramicroscópicas cantidades, los atributos de dios nuestro padre. Y una de las enseñanzas características de la iglesia es que "como dios es ahora el hombre puede llegar a ser." -Una afirmación en lenguaje poético de nuestra magnifica doctrina del proceso eterno. El hombre es realmente de hecho la culminación de la creación."

Entonces, los líderes de la iglesia al enseñar "el hecho de que cada una de nosotros es un hilo de Dios tanto en el espíritu como en la carne," han enfáticamente negado que el hombre haya venido de otra cosa que no es de Dios. Sus líderes han instituido una y otra vez que Adán fue " el primer hombre de todo los hombres " sobre la tierra (Moisés 1: 34); que él fue el principal padre de nuestra raza; que él fue el cabeza de la procreación humana, "nuestro gran progenitor "; y de que todos los hombres de la tierra descienden de él (Abraham 1:3; Moisés 3:7; 4:26; 6:45). Ellos han entatizaso la idea que lo semejante engendra a lo semejantes Adán era como su progenitor, hecho a su imagen, y todas las criaturas eran también a la imagen de sus progenitores. En este sistema conceptual la tierra estaba sembrada con forma de vida proveniente de un linaje paterno tomado de una creación más antigua.

Darwin publico su origen de las especies en 1853, así que no hubo ocasión para que José Smith comentara sobre las ideas de él. Sin embargo otras autoridades generales han hablado acerca de las diferencias de esta idea en la doctrina bíblica sobre el hombre. Conociendo por revelación lo que realmente saben acerca del origen del hombre, ellos han consecuentemente enseñado la verdadera idea sobre el origen del hombre como hijo de Dios, de modo que las teorías de los hombres no confunden a los miembros acerca de quiénes son y porque están aquí en la tierra. Tomad como representativas estas enseñanzas: aunque reconociendo que la geología era una ciencia verdadera, el presidente Brigham Young también dijo: "Enseñad al pueblo la fe del evangelio. Enseñadles lo que Dios es, y cuál es su obra, y que nunca hubo un tiempo como tantos de nuestros filósofos hablan, que van sin rumbo retrocediendo mas y mas, y arriban a esta teoría y a esa teoría y siguen retrocediendo, y retrocediendo hasta el tiempo en que todos éramos reptiles". Ciertamente no podríamos creer que provengamos de los reptiles y aun creer, como lo enseño el presidente Young, que Adán era un hijo de dios. El presidente George Q. Cannon también dijo que el presidente Young "inequívocamente declaro que el origen del hombre era totalmente de carácter celestial que no solo es su espíritu de descendencia celestial, sino también su organización corporal, que esta última no ha sido tomada de los animales inferiores, sino del cuerpo celestial original del gran padre de la humanidad. . . "observad este cuerpo" ¡El hombre la progenie del mono! "y este otro" el hombre, la imagen de Dios, su padre". El presidente Cannon lo mismo enseño "no tuvimos como antepasados a los monos, ni cualquier orden inferior de seres... descendemos de Dios. El hombre fue creado a su imagen. El es nuestro padre". El presidente John Taylor enfatizo como cada "especie" en los reinos animales y vegetales se reproducen por ciertas leyes.

"Estos principios no cambian, como los representan los evolucionistas de la escuela Darwiniana, pero los organismos primitivos de todos los seres vivientes existen en la misma forma como cuando recibieron su impresión del hacedor... y si tomamos al hombre, se dice que fue hecho a imagen de Dios, por la simple razón de que él es un hijo de Dios... A cuya semejanza, se nos dice, fue hecho. El no se origino de una caótica masa de materia, pero salió poseyendo, en estado embrionario, todas las facultades y poderes de Dios. Y cuando sea perfeccionado, y haya progresado a la madurez, el será semejante a su Padre unidos; siendo en verdad su progenie. Como el caballo, el buey, la oveja y toda criatura viviente, incluyendo al hombre, propaga su propia especie y perpetua su propia clase, así perpetua Dios la suya",.

El profeta José Smith también enfatizo la idea de que la especie debe reproducir especie "el señor ha decretado que todo árbol, planta y hierba que lleva semilla debe reproducir su propia especie, y no puede nacer de acuerdo con ningún otra ley o plan".

El élder George Albert Smith dijo, "estoy agradecido de que en medio de la confusión de los hijos de nuestro padre, se haya dado a los miembros de esta gran organización un conocimiento certero del origen del hombre… de que el hombre vino, no como algunos han creído, no como algunos prefieren creer, de algunos senderos inferiores de vida, sino que nuestro antepasado fueron esos seres que vivieron en las cortes del cielo. Nosotros vinimos no de algún bajo orden de vida sino de nuestros antepasado que es de dios nuestro padre celestial".

Si algún hombre aprecio la evidencia del registro geológico así como la importancia de las escrituras, ese fue el élder James E. Talmege, un geólogo entrenado doctor en filosofía, que mostró su aprecio por el valor de la geología en su famosa conferencia en el tabernáculo. Sin embargo, cuando entonces se refirió al hombre, el, así como lo hizo Brigham Young, se separo a sí mismo de las conclusiones de muchos en el campo de la geología negando en tantas palabras que el hombre había evolucionado. El dijo "Yo no considero a Adán como relacionado ciertamente no como descendiente de con el hombre de Neanderthal, el de Cro-magnon, el de Pekín o el de Piltdqwn... Adán vino como criatura divinamente creada y autorizada, y permanece como la cabeza patriarcal de su posteridad una posteridad, que, si es fiel a las leyes de dios, será heredera del sacerdocio y de la glorias de la vida eterna". El hecho de que el élder Talmage se negara a aceptar que Adán descendiera de o estuviera relacionado con los tipos evolucionistas normales reconocidos por los científicos en 1931, muestra claramente la explicación evolucionista del origen del hombre.

El élder B. H Roberts, que es reconocido por muchos como un erudito escritor en la iglesia, explícitamente expreso su escepticismo en la evolución. "Los argumentos de la evolución... son contrarios a toda experiencia hasta donde se extiende el conocimiento del hombre. La gran ley de la naturaleza es que toda planta, pez, bestia y hombre produce su especie". Si los científicos pueden demostrar que los primeros estratos de la tierra tienen formas más simples y los últimos las más complejas, "hasta que ella (la tierra) (fue) coronada con la presencia del hombre todo eso puede admitirse. Pero que este paso gradual de la vida animal y vegetal debe su existencia al proceso de evolución es negativo, ¿pero qué diremos de la evidencia del hombre prehistórico, o de las razas preadamíticas? Los científicos "han colgado los pesos más pesados de los más delgados hilos; y yo me inclino a la opinión de que Adán fue el progenitor de todas las razas de hombres cuyos restos hasta ahora han sido encontrados". El concluyo que Adán "fue dado a luz por las leyes naturales de la procreación... en algún mundo más antiguo" y era un "hijo de dios". el observo que otra objeción mas podría ser presentada contra la teoría de la evolución...; es contraria a las revelaciones de dios… las revelaciones que hablan de la expiación de Jesucristo... si la hipótesis de la evolución fuese cierta, si el hombre es solo un producto evolucionado de formas inferiores de vida, lo mejor aun produciendo lo mejor... entonces es evidente que no ha habido caída, como de la que hablan las revelaciones de dios; y si no hubo caída, no hubo ocasión para que un redentor hiciera expiación por el hombre...; entonces la misión de Jesucristo fue un mito, la invención de mentes ociosas. El concluyo que la religión cristiana puede ser armonizada con la evolución sobre el mismo principio que armonizan el león y el cordero, o se echan juntos el león se come al cordero.

Muchos de los hermanos se han explícitamente opuesto a una teoría que hace al hombre inferior a tener un origen divino. No he tratado de ser exhaustivo al citar a aquellos que se han expresado de esta manera. Muchos sermonéis dados por líderes pasados y presentes, muchos editoriales del Church News a través de los años, los escritos del élder John A Widtsqe, quizás los más obvios oponentes, el élder Joseph Fielding Smith y el élder Bruce R. Mcconkie bajo el título evolución muestran las reservas de los líderes de la iglesia sobre este asunto. En vista de que la iglesia enseña el hecho de cada uno es un hijo de Dios, tanto en el espíritu como en la carne, la siguiente respuesta del élder Marión G. Romney a una pregunta sobre las creencias de las autoridades generales de la iglesia aclara lo que prontamente puede inferirse. Un alumno pregunto, ¿están las autoridades generales en unánime acuerdo sobre el tema de la evolución? el élder Romney, yo supongo que no hay dos mentes cualquiera en el mundo que pueda entender exactamente de la misma manera cualquiera declaración sobre cualquier tema. Por supuesto, las autoridades generales de la Iglesia, como todos los otros hombres, son diferentes en su personalidad. Sin embargo, en lo fundamental están de acuerdo, y una de estas cosas fundamentales sobre la que están en acuerdo es que Adán es un hijo de Dios, que ni su espíritu ni su cuerpo son el producto de una biológica que tuvo lugar durante millones de años en la tierra.

Entonces, con respecto a Adán, como hijo de Dios, es evidente que a menos que Dios ayude al hombre a conocer la historia, no hay manera alguna de que cualquier mente humana pueda alguna vez descubrir este hecho del origen de la vida humana. La primera presidencia de la iglesia (1909), en su declaración oficial sobre el origen del hombre afirmo estos:

El hombre, buscando, no puede descubrir a Dios. Sin ayuda, nunca descubrirá la verdad acerca del comienzo de la vida humana. El Señor debe revelar a sí mismo, o permanecer sin revelarse; y lo mismo es verdad de los hechos que se relacionan con el origen de la raza de Adán solo Dios puede revelarlo. Sin embargo, algunos de estos hechos son ahora conocidos, y lo que se nos ha hecho conocer es nuestro deber recibir y retener.

"La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, basando su creencia sobre la revelación divina, antigua y moderna proclama que el hombre es por línea directa la progenie de Dios. Dios mismo es un hombre glorificado, perfeccionado, entronizado y supremo....
El hombre es el hijo de Dios, formado a la divina imagen (y por lo tanto es capaz) a través de las edades y dones de desarrollarse en un Dios.

Esta ultima declaración sugiere una razón porque este conocimiento es de mucho mas interés que el simplemente académico. Está en juego la visión que el hombre tiene de sí mismo, así como también el plan de salvación. Algunos pueden decir, " ¿que diferencia hace lo que se cree del origen del hombre, así se sabe que dios lo creo? Quizás Dios escogió usar el método de la evolución." Creo que élder Romney vio claramente la diferencia de esto cuando dijo, " la teoría de que el hombre es otra cosa que la progenie de Dios ha sido y, en tanto sea aceptada y obrada sobre ella, continuara siendo un factor principal en obstruir el crecimiento espiritual del hombre y en corromper su conducta. "

La crítica de una obra que hizo Thomas Prideaux en la revista Life del 11 de: octubre de 1963, muestra su conocimiento intuitivo de la verdad expresada por el élder Romney. Prideaux sintió que la obra en Broadway de Lutero por John Osborne era diferente de la obra que se acostumbraba en Broadway que, en los años 60, a menudo presentaba la hombre como un ser servil , perdido y carnal. El quedo muy impresionado de que en Broadway hubiera en ese tiempo tres hombres nobles y dignos, los cuales eran clérigos: Lutero, Thomas Becket y Thomas More. Todos estos hombres se habían jugado la vida por sus principios. “Y en Broadway el valor e integridad de ellos había sido exitoso y taqu1llero. "¿Entonces por qué?", se pregunta Prideaux, "en este mercado de vendedores, hay tan pocos héroes modernos en escena o en los libros, de americe o de cualquier otra parte? ¿Que ha pasado con la imagen del hombre? ¿Quien lo derribo, y que puede hacer para restaurarlo? ¿O realmente merece que se le restaure?

Entonces el se pregunta qué pasaría si de una de las principales firmas de relaciones publicas americanas se avocara al trabajo de "mejorar la imagen del hombre." Después de todo, dice él, "ellos han creado mejores imágenes de los automóviles y de los alimentos para el desayuno." Así que, en un "loco arranque de fantasía" sugiere lo que podría pasar en una conferencia donde el "gran jefe" ha reunido a una docena de sus ingeniosos jóvenes "hombres idea " para discutir este cometido. El gran jefe presenta el problema de mejorar la imagen que el hombre tiene de sí mismo. ¿Como vigorizamos su imagen? ¿Como le hacemos sentir que él puede ser de valor para algo? Ellos comenzaron analizando las debilidades del producto. Identificaron su poco atractiva vestimenta, su inseguridad, su falta de ataduras, su falta de disciplina, su muelle vida, sin desafíos, fronteras, metas o ideales. Finalizando esta discusión, el gran jefe les pidió que pensaran positivamente. "¿como podemos presentar una buena imagen de el?.

Los hombres idean:
"haced que se mueva más rápido,
Haced que este orgullosos de sus metas - la luna, el espacio exterior, comodidades para su familia, justicia social, renta vitalicia".

Entonces el gran jefe dijo, "es un buen modo de pensar. Pero lo que precisamos es una frase inicial, algo que envuelva la idea. Una verdadera constructora de la imagen".

Otro h. i: Bien, hay una que podemos considerar. Bien, de este...
g. i: ¡vamos, hable!
h.i : bien, el hombre fue creado a la imagen y semejanza de dios.
g.j: ¿está usted bromeando?
h. i: pero viene de la....
g.j : no me importa de dónde viene. Eso no va a ser creído.
Otro h.i : Estoy de acuerdo. Y además es de mal gusto.
g.j : (maldito) mal gusto. Muchachos, se levanta la sesión ahora y nos volveremos a reunir mañana a la misma hora. Y mientras tanto piensen una nueva frase. (Murmurando entre dientes) "a imagen y semejanza de dios." ¡Esto es blasfemo!
No es de extrañar que un hombre moderno exclame protestando si alguien con autoridad le dice la mismísima verdad de su propio ser, una verdad que el percibe intuitivamente - de que él es algo más de lo que dicen los eruditos y religiosos de la sociedad con ruidosa voz.

Por otra parte, cuantas veces los hombres inspirados nos han dicho que recordemos quienes somos, de manera que podamos conseguir la meta de la que somos capaces. Lo siguiente es sugestivo.

De que el hombre es un hijo de Dios es el más importante conocimiento disponible a los mortales. Tal conocimiento esta mas allá de la percepción mental de una mente sin inspiración.... "

El único medio por el cual se puede tener tal conocimiento es la revelación divina....

"Las aspiraciones, deseos y motivaciones del que acepta, cree, y por el poder del espíritu santo obtiene un testimonio de la verdad de que es un hijo o una hija engendrada por Dios, difiere de las aspiraciones del que cree diferente, como la viña que crece difiere de la rama cortada.

"sabiendo de que se es un hijo de dios, no se puede dudar si se debe " considerar a sí mismo un Dios o una bestia. El no es del ¡caos. ... pensamiento!, llevado por la pasión y todo confundido.

El no está fijo como una planta en un sitio especial, para extraer su nutrimento, propagarse y pudrirse. Piensa de sí mismo, como enseñan las escrituras, poseído de la habilidad innata, como lo están todos.... los otros descendientes que se reproducen, para adquirir en la madurez final el estado de sus padres.
Celestiales y tener "aumentada gloria sobre su cabeza para siempre jamás." (Abraham 3:6) esta es su meta. (Marion G. Romney)

Cuan a menudo han enfatizado esta gran idea los hermanos.
Las ideas moldean a las personas. Las verdaderas ideas moldean la verdad.
En los orígenes anticípanos resultados. Si vamos a creer que pódenos llegar a ser alguien, débenos creer que tenemos el potencial. Las escrituras y los hermanos nos enseñan que somos hijos de Dios, creadas a su imagen, y debido a esto, podremos llegar a ser cono él. No hay idea más poderosa en las escrituras.

Si se niega la idea, se niega también el obtener el potencial si se afirma la idea, eleva a los hombres degradado sobre el plano animal y los impulsa a decir ¿que es el hombre para que tenga de el memoria, y el hijo del hombre, para que los visites? Le has hecho poco que los ángeles (hebreos, dioses) y los coronaste de gloria y " honra." (Salmo 8:4-5).

Como maestro religioso es importante que enseñemos correctamente, aunque a veces no séamos capaces de enseñar tan claramente como quisiéramos.

Debemos de hacerlo por medio del espíritu y tal cual lo obtenemos de las escrituras.

lunes, 17 de mayo de 2010

Cumple tu deber: Eso es lo mejor


El sacerdocio no es tanto un don sino el mandato de servir, el privilegio de elevar y la oportunidad de bendecir la vida de los demás.
Presidente Thomas S. MonsonHermanos del sacerdocio congregados en este Centro de Conferencias y alrededor del mundo, me siento humilde por la responsabilidad de dirigirles unas palabras, y ruego que el Espíritu del Señor me acompañe al hacerlo.
Sé que nuestra audiencia abarca desde el diácono recién ordenado hasta el sumo sacerdote de más edad. Para cada uno, la restauración del Sacerdocio Aarónico a José Smith y a Oliver Cowdery de manos de Juan el Bautista, y del Sacerdocio de Melquisedec de manos de Pedro, Santiago y Juan son acontecimientos sagrados y preciados.
A ustedes, los diáconos, quiero decirles que recuerdo cuando a mí me ordenaron diácono. Nuestro obispado recalcó la responsabilidad sagrada que teníamos de repartir la Santa Cena. Se hizo hincapié en que debíamos vestir bien, tener un porte digno y ser limpios “por dentro y por fuera”. Cuando nos enseñaron el procedimiento para repartir la Santa Cena, nos dijeron que debíamos ayudar a Louis McDonald, un hermano de nuestro barrio que estaba paralizado, para que él pudiera tener la oportunidad de participar de los sagrados emblemas.
Recuerdo muy bien mi asignación de repartir la Santa Cena a la fila del hermano McDonald. Estaba temeroso e indeciso al acercarme a ese hermano tan maravilloso, pero luego vi su sonrisa y la entusiasta expresión de gratitud que indicaba su deseo de participar. Con la bandeja en la mano izquierda, tomé un pequeño trozo de pan y se lo puse en los labios, y después le serví el agua de la misma manera. Sentí que estaba en tierra santa, y así era. El privilegio de servirle la Santa Cena al hermano McDonald nos inspiró a ser mejores diáconos.
Hace apenas dos meses, el 31 de julio, estuve en el Fuerte A. P. Hill, en Virginia, donde asistí a una reunión sacramental durante el Congreso Nacional de los Scout. Estaba allí para hablarles a 5.000 jóvenes Santos de los Últimos Días y a sus líderes que habían pasado la semana anterior participando en las actividades del Congreso. Estaban sentados reverentemente en un anfiteatro tan impresionante como el coro de 400 voces del Sacerdocio Aarónico, que cantó:
Un niño mormón, un niño mormón,
yo soy un niño mormón.
La envidia de un rey puedo ser
porque soy un niño mormón1.
Oficiaron 65 presbíteros para bendecir la Santa Cena en muchas mesas sacramentales largas que se habían colocado entre la congregación. Aproximadamente 180 diáconos repartieron la Santa Cena. En el tiempo que habría tomado repartirla en un barrio grande, se sirvió a toda esa gran congregación. Qué panorama tan inspirador vi esa mañana cuando esos jóvenes del Sacerdocio Aarónico participaron en esa santa ordenanza.
Es importante que cada diácono sea guiado al reconocimiento espiritual de la naturaleza sagrada de su llamamiento. En un barrio se enseñó con eficacia esta lección en lo que atañe a la colecta de ofrendas de ayuno.
En el día de ayuno, los miembros del barrio recibían la visita de los diáconos y los maestros a fin de que cada familia pudiera hacer una aportación. Los diáconos estaban un tanto descontentos por tener que levantarse más temprano que de costumbre para cumplir esa asignación.
El obispado recibió la inspiración de llevar un autobús lleno de diáconos y maestros a la Manzana de Bienestar. Allí vieron a niños necesitados que recibían zapatos nuevos, así como otros artículos de ropa; vieron canastos vacíos que se llenaban con comestibles, y que no se hacían transacciones de dinero. Se expresó un breve comentario: “Jóvenes, esto es lo que proporciona el dinero que ustedes colectan durante el día de ayuno: alimentos, ropa y refugio para los necesitados”. Los jóvenes del Sacerdocio Aarónico sonrieron un poco más, efectuaron sus deberes con más diligencia y sirvieron con una mente más dispuesta en el cumplimiento de sus asignaciones.
Ahora, en lo referente a los maestros y los presbíteros, cada uno de ustedes debe ser compañero de orientación familiar de un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec. Qué gran oportunidad para prepararse para la misión. Qué gran privilegio el aprender la disciplina del deber. Un jovencito automáticamente dejará de pensar en sí mismo cuando se le asigne “velar” por los demás2.
El presidente David O. Mckay dijo: “La orientación familiar es una de nuestras oportunidades más urgentes y compensadoras para criar, inspirar, aconsejar y guiar a los hijos de nuestro Padre... Es un servicio divino, un llamamiento divino. Como maestros orientadores, es nuestro deber llevar el espíritu divino a cada hogar y corazón”.
La orientación familiar contesta muchas oraciones y nos permite ver milagros en acción.
Al pensar en la orientación familiar, me acuerdo de un hombre llamado Johann Denndorfer, de Debrecen, Hungría. Se había convertido a la Iglesia años atrás en Alemania, y en aquel entonces, después de la Segunda Guerra Mundial, prácticamente era un prisionero en su tierra natal. Cuánto añoraba tener contacto con la Iglesia. Entonces recibió la visita de sus maestros orientadores. El hermano Walter Krause y su compañero fueron desde el nordeste de Alemania hasta Hungría para cumplir con su asignación de orientación familiar. Antes de partir de sus hogares en Alemania, el hermano Krause le dijo a su compañero: “¿Le gustaría ir conmigo esta semana a hacer la orientación familiar?”.
“¿Cuándo salimos?”, le preguntó su compañero.
“Mañana”, le contestó el hermano Krause.
“¿Y cuándo regresaremos?”, le preguntó el compañero.
Sin titubear, el hermano Krause dijo: “En una semana”.
Y fueron a visitar al hermano Denndorfer y a otros. Al hermano Denndorfer no lo habían visitado sus maestros orientadores desde antes de la guerra, de modo que se emocionó al ver a los siervos del Señor. Al recibirlos, ni siquiera les estrechó la mano, sino que fue a su dormitorio y sacó de un lugar oculto los diezmos que había guardado durante años. Entregó los diezmos a los maestros orientadores y les dijo: “Ahora puedo estrecharles la mano”.
Y ahora una palabra para los presbíteros del Sacerdocio Aarónico. Ustedes, jovencitos, tienen la oportunidad de bendecir la Santa Cena, de llevar a cabo sus deberes de la orientación familiar y de participar en la sagrada ordenanza del bautismo.
Hace cincuenta y cinco años conocí a un muchacho, Robert Williams, que poseía el oficio de presbítero en el Sacerdocio Aarónico. Siendo yo su obispo, era también el presidente de su quórum. Cuando hablaba, Robert tartamudeaba y vacilaba; no tenía ningún control. Tenía complejo de inferioridad, era tímido, tenía miedo de sí mismo y de todos los demás, y le abrumaba sobremanera su impedimento. Raras veces aceptaba una asignación; nunca se atrevía a mirar a nadie a los ojos; siempre se lo veía cabizbajo. Mas un día, tras una serie de circunstancias poco comunes, aceptó la asignación de ejercer su responsabilidad de presbítero para bautizar a otra persona.
Me senté a un lado de Robert en el bautisterio del Tabernáculo de Salt Lake. Sabía que él necesitaba toda la ayuda posible; vestía ropa blanca y estaba listo para la ordenanza que estaba a punto de efectuar. Le pregunté cómo se sentía. Bajó la mirada y tartamudeó de manera incoherente que se sentía muy mal.
Los dos oramos fervientemente a fin de que pudiera llevar a cabo su asignación. El que oficiaba dijo: “Ahora Nancy Ann McArthur será bautizada por Robert Williams, presbítero”.
Robert se alejó de mi lado, se metió en la pila, tomó a la pequeña Nancy de la mano y la ayudó a entrar en el agua que limpia la vida del ser humano y proporciona un renacimiento espiritual. Pronunció las palabras: “Nancy Ann McArthur, habiendo sido comisionado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén”.
Y la bautizó. ¡No tartamudeó ni una sola vez!; ¡no titubeó!; se había manifestado un milagro moderno. Después Robert realizó la ordenanza bautismal para dos o tres niños más de la misma manera.
En los vestidores, me apresuré para felicitar a Robert. Esperé oírle hablar de la misma forma ininterrumpida, pero me equivoqué. Miró hacia abajo y balbuceó una respuesta de gratitud.
Testifico que, cuando Robert actuó en virtud de la autoridad del Sacerdocio Aarónico, habló con poder, con convicción y con la ayuda de Dios.
Hace apenas dos años tuve el privilegio de discursar en los servicios fúnebres de Robert Williams y de rendir homenaje a ese fiel poseedor del sacerdocio que toda la vida se esforzó por honrar su sacerdocio.
Algunos de ustedes, jóvenes, tal vez sean tímidos por naturaleza o consideren que no están a la altura de un llamamiento. Recuerden que esta obra no es de ustedes ni mía solamente. Podemos alzar la mirada y pedir la ayuda divina.
Al igual que algunos, yo sé lo que es sentir el desaliento y la humillación. Cuando era joven, jugaba béisbol en un equipo en la escuela primaria y secundaria. Escogían a dos capitanes de equipo y luego ellos elegían a los que querían que jugaran en sus equipos respectivos. Claro que primero escogían a los mejores, luego a los siguientes. El que lo eligieran a uno en cuarto o quinto lugar no estaba mal, pero que lo eligieran por ser el único que quedaba y lo pusieran en la posición del campo que menos afectara al equipo era realmente terrible. Yo sé, por haberlo sufrido en carne propia.
Cómo oraba para que la pelota jamás viniera hacia donde yo estaba, pues de seguro no la podría contener, el otro equipo anotaría carrera y mis compañeros se reirían de mí.
Como si hubiera sucedido ayer, recuerdo el momento preciso en el que todo cambió en mi vida. Todo comenzó como lo he descrito: fui el último en ser elegido. Caminé angustiado hasta el rincón más relegado del campo y casi ni intervine en todo el juego. En la última entrada mi equipo ganaba por una carrera, pero el adversario estaba bateando y tenía jugadores en las tres bases. Entonces dos bateadores quedaron fuera. De pronto el bateador del otro equipo le pegó fuerte a la pelota; le oí decir: “Será un home run”. Fue humillante, ya que la pelota venía en mi dirección. ¿Podría contenerla? Me apresuré para tomar posición en el lugar donde supuse que caería la pelota, elevé una plegaria silenciosa mientras corría y extendía los brazos y ahuecaba las manos. Me sorprendí a mí mismo, ya que ¡atrapé la pelota! Mi equipo ganó el juego.
Esta experiencia me hizo tener más confianza en mí mismo, fortaleció mi deseo de practicar e hizo que en lugar de ser el último al que eligieran fuera un gran contribuyente al equipo.
Todos podemos elevar nuestra confianza; podemos sentirnos orgullosos de nuestra actuación. Hay una fórmula de cinco palabras que nos puede ayudar: Nunca nos demos por vencidos.
En la película Shenandoah hay una frase que inspira: “Si no lo intentamos, no lo haremos; y si no lo hacemos, ¿para qué estamos aquí?”.
Los milagros se pueden encontrar en todas partes cuando se magnifican los llamamientos en el sacerdocio. Cuando la fe reemplaza la duda y el servicio desinteresado elimina el egoísmo, el poder de Dios hace que sus propósitos se hagan realidad. El sacerdocio no es tanto un don sino el mandato de servir, el privilegio de elevar y la oportunidad de bendecir la vida de los demás.
El llamado del deber puede venir silenciosamente a medida que los que poseemos el sacerdocio respondemos a las asignaciones que recibimos. El presidente George Albert Smith, líder modesto pero eficaz, declaró: “Vuestro deber es primeramente aprender lo que el Señor desea y después, por el poder y la fuerza del Santo Sacerdocio, magnificar vuestro llamamiento en la presencia de vuestros semejantes para que éstos estén dispuestos a seguirnos”.
¿Y cómo se magnifica un llamamiento? Sencillamente llevando a cabo el servicio que implica. Un élder magnifica el llamamiento de élder al aprender sus deberes y después llevarlos a cabo. Es igual con un diácono, maestro, presbítero, obispo y con todos los que poseen un oficio en el sacerdocio.
Hermanos, es al hacer y no sólo al soñar que se bendicen vidas, se guía a los demás y se salvan almas. Santiago agregó: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”.
Ruego que todos los que estén al alcance de mi voz hagamos un esfuerzo renovado por ser dignos de recibir la guía del Señor en nuestra vida. Hay muchos que ruegan y oran para recibir ayuda; están los desalentados, los que necesitan una mano de ayuda.
Hace muchos años, cuando yo servía como obispo, presidí un barrio numeroso de más de mil miembros, entre ellos 87 viudas. En una ocasión, uno de mis consejeros y yo visitamos a una viuda y a su hija adulta discapacitada. Al salir de su apartamento, una dama que vivía del otro lado del pasillo estaba parada frente a su puerta y nos detuvo. Habló con acento griego y me preguntó si yo era obispo; le contesté que sí. Me dijo que había notado que yo visitaba con frecuencia a otras personas, y luego agregó: “Nadie nos visita ni a mí ni a mi esposo que está postrado en cama. ¿Tiene tiempo para venir a visitarnos aunque no seamos miembros de su Iglesia?”.
Al entrar a su apartamento, notamos que ella y su esposo escuchaban el Coro del Tabernáculo en la radio. Conversamos con ellos un rato y le dimos una bendición al marido.
Después de esa visita inicial, los visitaba con la frecuencia que me era posible. Con el tiempo, el matrimonio recibió a los misioneros, y la esposa, Angela Anastor, se bautizó. Tiempo después, su esposo murió, y yo tuve el privilegio de dirigir los servicios fúnebres y de tomar la palabra. Posteriormente la hermana Anastor, con su conocimiento del idioma griego, tradujo al griego el conocido folleto “José Smith relata su propia historia”.
Hermanos, me encanta la máxima: “Cumple tu deber, eso es lo mejor. Lo demás, déjalo al Señor”.
Jóvenes, el servicio activo en el Sacerdocio Aarónico los preparará para recibir el Sacerdocio de Melquisedec, servir en misiones y casarse en el Santo Templo.
Siempre recordarán a los asesores y a sus compañeros de los quórumes del Sacerdocio Aarónico, y de esa manera conocerán la verdad: “Dios nos ha dado recuerdos a fin de que podamos tener rosas de junio en el diciembre de nuestra vida”.
Jóvenes del Sacerdocio Aarónico, su futuro les llama; prepárense para él. Que nuestro Padre Celestial siempre les guíe al hacerlo; que nos guíe a todos al esforzarnos por honrar el sacerdocio y por magnificar nuestros llamamientos, ruego humildemente en el nombre de Jesucristo. Amén.

domingo, 21 de febrero de 2010

Noche de Hogar

El Programa de la “Noche de Hogar” se empezó en 1915, cuando el Presidente Mormón Joseph F. Smith instó a los miembros de la Iglesia a apartar una noche a la semana específicamente para la familia. Los Mormones regularmente realizan sus Noches de Hogar los lunes. Los miembros de la Iglesia Mormona utilizan estas Noches de Hogar para reforzar los lazos familiares. Los padres tienen la oportunidad de enseñar a sus hijos asuntos espirituales que les prepararán para la vida. Las Noches de Hogar se llevan a cabo una vez a la semana y son específicamente para que las familias puedan tener un tiempo especial para sentarse juntos y estudiar las escrituras, discursos acerca de lecciones importantes de vida, cultivar talentos, discutir asuntos que afecten la familia y planear actividades y metas.
Desde el principio de este mundo, Dios envió Profetas para enseñar la organización mas importante, siendo ésta, la familia. Los Mormones creen que Dios ha establecido la Iglesia en esta tierra con el propósito de ayudar y enseñar a las familias a ser eternamente felices. Es necesario e importante que a pesar de las prisas de la vida diaria, pueda haber un tiempo para que las familias compartan tiempos juntos, divirtiéndose y aprendiendo acerca de la vida y las enseñanzas de Jesucristo.

En estos tiempos, Satanás se esfuerza por crear la desdicha y su mejor arma es la desintegración familiar, obtenido por la infidelidad, el descontento o cualquier otro tipo de enfermedades espirituales. El poder más grande que Satanás tiene para arruinar el Plan de Dios está en el hogar. "Tristemente, es allí donde él encuentra su éxito más grande, primero destruyendo las relaciones de la familia y entonces destruyendo la unidad familiar" (Peterson).
La Doctrina Mormona enseña que para contrarrestar este ataque patente en la familia, los padres deben requerir más de sí mismos. Ellos deben proporcionar a sus hijos experiencias de amor y así producir una familia establecida. Esto se puede lograr si diariamente existen momentos y actividades que unan a la familia. Las experiencias sencillas y positivas con un niño pueden cambiar el humor de un hogar y fomentar momentos que unan la felicidad y la aceptación. El programa de la Noche de Hogar está diseñado para aumentar el aprendizaje positivo y fomentar experiencias familiares en una base semanal.
En una entrevista con el Globo de Boston, El Presidente Gordon B. Hinckley, Profeta actual de la Iglesia Mormona dijo:
“yo no vacilo en decir si cada familia en el mundo practica “la Noche de Hogar”, usted puede notarlo al ver una gran diferencia en la solidaridad de las familias del mundo”.

Isaías dijo, 'Y todos tus hijos serán instruidos por el Señor. Y gran será la paz de tus hijos’' (Isa. 54:13).
Aunque pueda ser difícil de encontrar tiempo para tales reuniones semanales de la familia, es posible. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Usted tiene que establecer en su vida algún sentido de priorizar las cosas, de dar énfasis a las cosas importantes y de colocar aparte las cosas poco importantes que no le llevarán a nada. Establezca un sentido de lo que es bueno y lo que no es bueno, lo que es importante y no es importante; y eso puede llegar a ser una bendición maravillosa en su vida. . . . No hay nada más importante que su familia. Usted sabe eso”.
La práctica de tener la Noche de Hogar, es verdaderamente un instrumento poderoso para mejorar la vida de familias e individuos. Este es un concepto muy importante para todos Los Mormones activos, sin importar la posición marital o familiar. Así, además de las familias o recién casados sin hijos, solos estudiantes o vecinos, todos pueden reunirse en grupos y llevar a cabo la Noche de Hogar para apoyarse mutuamente y aumentar sus convicciones espirituales. Vea también Noche de Hogar Familiar y La Familia: Una Proclamacion para el Mundo

La Mutual

La Mutual significa diferentes experiencias compartidas en las que debe existir el respeto mutuo y el apoyo entre unos y otros.
Las Mujeres y los Hombres Jóvenes deben llevar a cabo una reunión cualquier día de la semana, (exceptuando los días domingo y lunes), en la que se lleven a cabo actividades que fomenten la amistad y el apoyo entre los jovencitos, así como la unidad y el sentirse aceptados. Las mutuales también deben ayudarles a aumentar su testimonio de Jesucristo, y de igual manera, fomentar el servicio, desarrollar talentos y aptitudes así como habilidades físicas, también pueden aprender a tener espíritu deportivo y mejorar la salud y la aptitud física.
Las mutuales deben realizarse el mismo día de la semana y a la misma hora, puede ser compartida también reuniendo a los hombres y mujeres jóvenes. (Mutuales Combinadas).
En la mutual se comienza con ejercicios de apertura, los cuales deben incluir un himno, una oración, también discursos, números musicales y cualquier otra oportunidad para que los jóvenes compartan sus talentos y su testimonio.
Las líderes de la Organización de Hombres y Mujeres Jóvenes deben asegurarse que cada actividad que realicen con los jóvenes tenga un propósito para el progreso de cada uno de ellos.  Para esto deben planear cada mutual o cualquier otra actividad según las necesidades espirituales y temporales de los jóvenes, pedir la inspiración del Señor y evaluar la eficacia de la actividad al finalizarla.
La mutual puede ser un medio para fortalecer los lazos de amistad entre los jóvenes y sus líderes; así mismo puede ser un ancla para traer a los jóvenes menos activos o a los que no son miembros de la Iglesia.

Organización de las Mujeres Jóvenes

El programa de Mujeres Jóvenes ayuda a las adolescentes a navegar por los peligros y luchas de la adolescencia y las mantiene fuertes en su fe y en sus valores.  El lema del programa de Mujeres Jóvenes es:
Somos hijas de un Padre Celestial que nos ama y nosotras lo amamos a Él.  Seremos “testigos de Dios en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar”, a medida que procuremos vivir de acuerdo con los valores de las Mujeres Jóvenes que son:
Fe
Naturaleza divina
Valor individual
Conocimiento
Elección y responsabilidad
Buenas obras e
Integridad.
Creemos que al aceptar y poner en práctica estos valores estaremos preparadas para fortalecer el hogar y la familia, hacer convenios sagrados y cumplirlos, recibir las ordenanzas del templo y gozar de las bendiciones de la exaltación.
El programa de Mujeres Jóvenes se divide en tres grupos por edad para centrarse mejor en las necesidades de las mujeres jóvenes en el mundo de hoy y para suplir las mismas.  Estos tres grupos se denominan:
  • Abejitas (de 12 a 13 años)
  • Damitas (de 14 a 15 años)
  • Laureles (de 16 a 17 años)
Cada grupo por edad tiene su propia presidencia llamada de entre las mismas jovencitas, además, se asignan mujeres adultas para asesorar al grupo.  A través del programa de Mujeres Jóvenes, estas jovencitas aprenden acerca de Dios, el servicio y su valor divino.  Uno de los mayores objetivos de una jovencita mormona es obtener su premio al Progreso Personal, que le exige realizar y mantener los compromisos, desarrollar proyectos de servicio y progresar espiritualmente a través de la oración, el servicio y el estudio de las Escrituras.
La Mujeres Jóvenes también hacen muchas actividades divertidas como grupo y se dan fortaleza mutuamente a través de la amistad.  Las actividades semanales se llaman mutuales y se llevan a cabo la misma noche cada semana. Estas actividades pueden ser proyectos de servicios, actividades culturales y educativas, o incluso simplemente divertirse con las demás en un ambiente sano.  En muchos lugares, las mujeres jóvenes también tienen campamentos anuales, por lo general llamados campamentos de mujeres o campamentos de mujeres jóvenes, donde pasan el verano juntas aprendiendo y divirtiéndose.

La Organización de los Hombres Jóvenes

En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (o la Iglesia Mormona), los varones reciben el Sacerdocio Aarónico a la edad de 12 años.  Conforme avanzan en edad y en cumplimiento, también van avanzando en responsabilidades y mayordomías hasta que cumplen los 18 años.  A la de 12 años, los jóvenes reciben el Sacerdocio en grado de Diáconos, a los 14, de Maestros y a los 16 de Presbíteros.
Paralelamente, a sus responsabilidades como poseedores del Sacerdocio, existe para este grupo de 12 a 17 años la organización auxiliar de los Hombres Jóvenes. 
Los jóvenes se organizan en Quórumes de acuerdo a sus edades:
  • Quórum de Diáconos: Jóvenes de 12 y 13 años
  • Quórum de Maestros: Jóvenes de 14 y 15 años
  • Quórum de Presbíteros: Jóvenes de 16 y 17 años
El Obispado del Barrio preside el Sacerdocio Aarónico en el Barrio (D. y C. 107:15) y el Obispo es el Presidente del Quórum de Presbíteros.  Los consejeros del Obispo le asisten supervisando a los grupos de Maestros y Diáconos.
A la vez, cada Quórum está liderado por un Presidente y dos consejeros y tienen el apoyo de un secretario.  En el caso del Quórum de Presbíteros, el presidente se llama Asistente del Obispo.  Cada presidencia de estos quórumes planifica las actividades que realizarán como grupo.
Debido a las muchas responsabilidades del Obispado, en cada Barrio se llama a una Presidencia de Hombres Jóvenes, compuesta por un Presidente y dos consejeros; asimismo, se llama a un secretario de la organización para llevar los registros que sean necesarios. 
La presidencia de los Hombres Jóvenes trabaja en coordinación con el Obispado para ayudar a los hombres jóvenes a crecer espiritualmente y en otros aspectos, mostrándoles amor y brindándoles servicio.  Ellos les animan a buscar el consejo de sus padres y apoyar las actividades familiares, es decir, son un apoyo a las familias, no un sustituto.  Igualmente, asesoran a los jóvenes en la planificación y desarrollo de sus actividades y les ayudan a cumplir el programa "Mi Deber a Dios”.
Algunas de las actividades de los Hombres Jóvenes se interrelacionan con las de las Mujeres Jóvenes y son coordinadas por ambas presidencias.  Una de estas actividades es la Mutual.  La Mutual puede incluir actividades combinadas con las Mujeres Jóvenes, actividades separadas de Hombres y Mujeres Jóvenes, o actividades por quórumes o una combinación de éstos.
Asimismo, en los lugares autorizados, se pueden incluir actividades de Escultismo.

Mi Deber a Dios

"Mi Deber a Dios" es un programa de metas personales de los Hombres Jóvenes/Sacerdocio Aarónico.  Por medio de este programa los hombres jóvenes se establecen metas que les ayudan a honrar su Sacerdocio, allegarse a sus familias y a superares en áreas tales como: Desarrollo espiritual, desarrollo físico, desarrollo educativo y logro de una carrera, desarrollo cívico y social.