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domingo, 21 de febrero de 2010

Noche de Hogar

El Programa de la “Noche de Hogar” se empezó en 1915, cuando el Presidente Mormón Joseph F. Smith instó a los miembros de la Iglesia a apartar una noche a la semana específicamente para la familia. Los Mormones regularmente realizan sus Noches de Hogar los lunes. Los miembros de la Iglesia Mormona utilizan estas Noches de Hogar para reforzar los lazos familiares. Los padres tienen la oportunidad de enseñar a sus hijos asuntos espirituales que les prepararán para la vida. Las Noches de Hogar se llevan a cabo una vez a la semana y son específicamente para que las familias puedan tener un tiempo especial para sentarse juntos y estudiar las escrituras, discursos acerca de lecciones importantes de vida, cultivar talentos, discutir asuntos que afecten la familia y planear actividades y metas.
Desde el principio de este mundo, Dios envió Profetas para enseñar la organización mas importante, siendo ésta, la familia. Los Mormones creen que Dios ha establecido la Iglesia en esta tierra con el propósito de ayudar y enseñar a las familias a ser eternamente felices. Es necesario e importante que a pesar de las prisas de la vida diaria, pueda haber un tiempo para que las familias compartan tiempos juntos, divirtiéndose y aprendiendo acerca de la vida y las enseñanzas de Jesucristo.

En estos tiempos, Satanás se esfuerza por crear la desdicha y su mejor arma es la desintegración familiar, obtenido por la infidelidad, el descontento o cualquier otro tipo de enfermedades espirituales. El poder más grande que Satanás tiene para arruinar el Plan de Dios está en el hogar. "Tristemente, es allí donde él encuentra su éxito más grande, primero destruyendo las relaciones de la familia y entonces destruyendo la unidad familiar" (Peterson).
La Doctrina Mormona enseña que para contrarrestar este ataque patente en la familia, los padres deben requerir más de sí mismos. Ellos deben proporcionar a sus hijos experiencias de amor y así producir una familia establecida. Esto se puede lograr si diariamente existen momentos y actividades que unan a la familia. Las experiencias sencillas y positivas con un niño pueden cambiar el humor de un hogar y fomentar momentos que unan la felicidad y la aceptación. El programa de la Noche de Hogar está diseñado para aumentar el aprendizaje positivo y fomentar experiencias familiares en una base semanal.
En una entrevista con el Globo de Boston, El Presidente Gordon B. Hinckley, Profeta actual de la Iglesia Mormona dijo:
“yo no vacilo en decir si cada familia en el mundo practica “la Noche de Hogar”, usted puede notarlo al ver una gran diferencia en la solidaridad de las familias del mundo”.

Isaías dijo, 'Y todos tus hijos serán instruidos por el Señor. Y gran será la paz de tus hijos’' (Isa. 54:13).
Aunque pueda ser difícil de encontrar tiempo para tales reuniones semanales de la familia, es posible. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Usted tiene que establecer en su vida algún sentido de priorizar las cosas, de dar énfasis a las cosas importantes y de colocar aparte las cosas poco importantes que no le llevarán a nada. Establezca un sentido de lo que es bueno y lo que no es bueno, lo que es importante y no es importante; y eso puede llegar a ser una bendición maravillosa en su vida. . . . No hay nada más importante que su familia. Usted sabe eso”.
La práctica de tener la Noche de Hogar, es verdaderamente un instrumento poderoso para mejorar la vida de familias e individuos. Este es un concepto muy importante para todos Los Mormones activos, sin importar la posición marital o familiar. Así, además de las familias o recién casados sin hijos, solos estudiantes o vecinos, todos pueden reunirse en grupos y llevar a cabo la Noche de Hogar para apoyarse mutuamente y aumentar sus convicciones espirituales. Vea también Noche de Hogar Familiar y La Familia: Una Proclamacion para el Mundo

La Mutual

La Mutual significa diferentes experiencias compartidas en las que debe existir el respeto mutuo y el apoyo entre unos y otros.
Las Mujeres y los Hombres Jóvenes deben llevar a cabo una reunión cualquier día de la semana, (exceptuando los días domingo y lunes), en la que se lleven a cabo actividades que fomenten la amistad y el apoyo entre los jovencitos, así como la unidad y el sentirse aceptados. Las mutuales también deben ayudarles a aumentar su testimonio de Jesucristo, y de igual manera, fomentar el servicio, desarrollar talentos y aptitudes así como habilidades físicas, también pueden aprender a tener espíritu deportivo y mejorar la salud y la aptitud física.
Las mutuales deben realizarse el mismo día de la semana y a la misma hora, puede ser compartida también reuniendo a los hombres y mujeres jóvenes. (Mutuales Combinadas).
En la mutual se comienza con ejercicios de apertura, los cuales deben incluir un himno, una oración, también discursos, números musicales y cualquier otra oportunidad para que los jóvenes compartan sus talentos y su testimonio.
Las líderes de la Organización de Hombres y Mujeres Jóvenes deben asegurarse que cada actividad que realicen con los jóvenes tenga un propósito para el progreso de cada uno de ellos.  Para esto deben planear cada mutual o cualquier otra actividad según las necesidades espirituales y temporales de los jóvenes, pedir la inspiración del Señor y evaluar la eficacia de la actividad al finalizarla.
La mutual puede ser un medio para fortalecer los lazos de amistad entre los jóvenes y sus líderes; así mismo puede ser un ancla para traer a los jóvenes menos activos o a los que no son miembros de la Iglesia.

Organización de las Mujeres Jóvenes

El programa de Mujeres Jóvenes ayuda a las adolescentes a navegar por los peligros y luchas de la adolescencia y las mantiene fuertes en su fe y en sus valores.  El lema del programa de Mujeres Jóvenes es:
Somos hijas de un Padre Celestial que nos ama y nosotras lo amamos a Él.  Seremos “testigos de Dios en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar”, a medida que procuremos vivir de acuerdo con los valores de las Mujeres Jóvenes que son:
Fe
Naturaleza divina
Valor individual
Conocimiento
Elección y responsabilidad
Buenas obras e
Integridad.
Creemos que al aceptar y poner en práctica estos valores estaremos preparadas para fortalecer el hogar y la familia, hacer convenios sagrados y cumplirlos, recibir las ordenanzas del templo y gozar de las bendiciones de la exaltación.
El programa de Mujeres Jóvenes se divide en tres grupos por edad para centrarse mejor en las necesidades de las mujeres jóvenes en el mundo de hoy y para suplir las mismas.  Estos tres grupos se denominan:
  • Abejitas (de 12 a 13 años)
  • Damitas (de 14 a 15 años)
  • Laureles (de 16 a 17 años)
Cada grupo por edad tiene su propia presidencia llamada de entre las mismas jovencitas, además, se asignan mujeres adultas para asesorar al grupo.  A través del programa de Mujeres Jóvenes, estas jovencitas aprenden acerca de Dios, el servicio y su valor divino.  Uno de los mayores objetivos de una jovencita mormona es obtener su premio al Progreso Personal, que le exige realizar y mantener los compromisos, desarrollar proyectos de servicio y progresar espiritualmente a través de la oración, el servicio y el estudio de las Escrituras.
La Mujeres Jóvenes también hacen muchas actividades divertidas como grupo y se dan fortaleza mutuamente a través de la amistad.  Las actividades semanales se llaman mutuales y se llevan a cabo la misma noche cada semana. Estas actividades pueden ser proyectos de servicios, actividades culturales y educativas, o incluso simplemente divertirse con las demás en un ambiente sano.  En muchos lugares, las mujeres jóvenes también tienen campamentos anuales, por lo general llamados campamentos de mujeres o campamentos de mujeres jóvenes, donde pasan el verano juntas aprendiendo y divirtiéndose.

La Organización de los Hombres Jóvenes

En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (o la Iglesia Mormona), los varones reciben el Sacerdocio Aarónico a la edad de 12 años.  Conforme avanzan en edad y en cumplimiento, también van avanzando en responsabilidades y mayordomías hasta que cumplen los 18 años.  A la de 12 años, los jóvenes reciben el Sacerdocio en grado de Diáconos, a los 14, de Maestros y a los 16 de Presbíteros.
Paralelamente, a sus responsabilidades como poseedores del Sacerdocio, existe para este grupo de 12 a 17 años la organización auxiliar de los Hombres Jóvenes. 
Los jóvenes se organizan en Quórumes de acuerdo a sus edades:
  • Quórum de Diáconos: Jóvenes de 12 y 13 años
  • Quórum de Maestros: Jóvenes de 14 y 15 años
  • Quórum de Presbíteros: Jóvenes de 16 y 17 años
El Obispado del Barrio preside el Sacerdocio Aarónico en el Barrio (D. y C. 107:15) y el Obispo es el Presidente del Quórum de Presbíteros.  Los consejeros del Obispo le asisten supervisando a los grupos de Maestros y Diáconos.
A la vez, cada Quórum está liderado por un Presidente y dos consejeros y tienen el apoyo de un secretario.  En el caso del Quórum de Presbíteros, el presidente se llama Asistente del Obispo.  Cada presidencia de estos quórumes planifica las actividades que realizarán como grupo.
Debido a las muchas responsabilidades del Obispado, en cada Barrio se llama a una Presidencia de Hombres Jóvenes, compuesta por un Presidente y dos consejeros; asimismo, se llama a un secretario de la organización para llevar los registros que sean necesarios. 
La presidencia de los Hombres Jóvenes trabaja en coordinación con el Obispado para ayudar a los hombres jóvenes a crecer espiritualmente y en otros aspectos, mostrándoles amor y brindándoles servicio.  Ellos les animan a buscar el consejo de sus padres y apoyar las actividades familiares, es decir, son un apoyo a las familias, no un sustituto.  Igualmente, asesoran a los jóvenes en la planificación y desarrollo de sus actividades y les ayudan a cumplir el programa "Mi Deber a Dios”.
Algunas de las actividades de los Hombres Jóvenes se interrelacionan con las de las Mujeres Jóvenes y son coordinadas por ambas presidencias.  Una de estas actividades es la Mutual.  La Mutual puede incluir actividades combinadas con las Mujeres Jóvenes, actividades separadas de Hombres y Mujeres Jóvenes, o actividades por quórumes o una combinación de éstos.
Asimismo, en los lugares autorizados, se pueden incluir actividades de Escultismo.

Mi Deber a Dios

"Mi Deber a Dios" es un programa de metas personales de los Hombres Jóvenes/Sacerdocio Aarónico.  Por medio de este programa los hombres jóvenes se establecen metas que les ayudan a honrar su Sacerdocio, allegarse a sus familias y a superares en áreas tales como: Desarrollo espiritual, desarrollo físico, desarrollo educativo y logro de una carrera, desarrollo cívico y social.

viernes, 18 de diciembre de 2009

El Diezmo

El diezmo es una ley divina que ha existido desde la antigüedad. El profeta Abraham del Antiguo Testamento, pagó diezmos de todo lo que poseía (Génesis 14:20). El diezmo significa dar al Señor la décima parte de todos nuestros ingresos.

En Malaquías 3:8-12 dice: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa: y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos".

El pago del diezmos para los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una ley que se practica hoy en día.

Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nos esforzamos por pagar un diezmo íntegro y lo vemos como una oportunidad para despojarnos del egoísmo y para contribuir al crecimiento de la Iglesia recibiendo al mismo tiempo las bendiciones que Dios nos promete.

James E. Faust dijo:

“Me siento agradecido por que el Señor consideró establecer nuevamente la ley del diezmo y las ofrendas entre Su pueblo. Cuando guardamos la ley del diezmo, las ventanas de los cielos se abren de par en par para nosotros, y recibimos grandes bendiciones cuando tenemos la fe para observar dicha ley”.

Los fondos del diezmo se utilizan para apoyar las actividades continuas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tales como la construcción y el mantenimiento de templos y centros de reuniones, llevar el Evangelio a todo el mundo, llevar a cabo la obra de los templos y de historia familiar y muchas otras actividades a escala mundial.

Entre las revelaciones recibidas por el primer Profeta de estos tiempos, José Smith, se encuentra registrada la siguiente en Doctrina y Convenios 64:23: "He aquí, el tiempo presente es llamado hoy hasta la venida del Hijo del Hombre; y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su venida".

El pagar un Diezmo requiere sacrificio, por lo que se necesita fe para ser obediente a esta ley. Al obedecerla se obtienen grandes bendiciones del Señor tanto espirituales como temporales. En Lucas 12:31 dice: “Buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Gordon B. Hinckley dijo en una oportunidad:

“Paguen sus diezmos para que sean dignos de las bendiciones del Señor. No les prometeré que se vayan a hacer ricos, pero les testifico que el Señor recompensa con generosidad, de una forma u otra, a los que guardan Sus mandamientos, y les aseguro que ningún asesor financiero al que acudan podrá prometerles lo que el Señor ha prometido: “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis” (D. y C. 82:10). El Señor honra Sus convenios.

Al dar la décima parte de nuestros ingresos no estamos siendo generosos con Dios, sólo estamos devolviéndole parte de lo que le pertenece y que es requerido de nosotros por ley.

La Palabra de Sabiduría

En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se enseñan principios que no existen en otras iglesias. Esto es debido a la revelación moderna que viene de los profetas y apóstoles. Desde la restauración en 1830, muchas revelaciones modernas se han escrito en el libro de Doctrina y Convenios. En este libro se lee una escritura que se aplica a todos los mandamientos del Señor.

“y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa." (DyC 130:21)

Esta escritura explica que es necesario obedecer primero el mandamiento para poder recibir la bendición que el Señor ha prometido. Así es igual con la Palabra de Sabiduría. Pero primero, ¿Qué es la Palabra de Sabiduría? Es abstenernos de cosas que dañen nuestro cuerpo. La Palabra de Sabiduría fue instituida por el Señor por medio de revelación. Se instituyó con el propósito de mantener nuestros cuerpos limpios de toda sustancia dañina. La Biblia dice:

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.”
(1 Corintios 3:16-17)

Siendo sagrado nuestro cuerpo, tenemos la responsabilidad de cuidarlo. La palabra de sabiduría prohíbe el uso del alcohol, el tabaco, el café, el té, y las drogas perjudiciales. La Palabra de Sabiduría nos insta a una dieta buena para mantener a nuestros cuerpos sanos. El Señor nos promete,

“Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos; y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos; y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar. Y yo, el Señor, les prometo que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará. Amén.”(DyC 89:18-21)

Al cumplir con la Palabra de Sabiduría no beneficiamos a nadie más que a nosotros mismos. El Señor desea que seamos libres de adicciones, que cuidemos nuestro cuerpo ya que somos hechos a Su semejanza, y que podamos mantener el Espíritu Santo con nosotros.

Los Grados de Gloria

Existen muchas teorías de lo que pasará después del Juicio Final, y la mayoría son exactamente eso, teorías. Dios siempre ha dado a conocer Sus misterios a Sus profetas y ellos se han encargado de predicar estas verdades a los hijos de Dios. Los misterios de Dios no se pueden revelar de ninguna otra forma, ni por adivinanza o por pura interpretación de las escrituras, es necesario que esa instrucción venga de los cielos. Dios llama a profetas para que ellos den Su mensaje al mundo. Y ellos han enseñado que después de nuestra resurrección seremos juzgados, y se nos asignará nuestra morada eterna. De acuerdo a nuestros hechos, conocimiento, y nuestro deseo sincero de hacer el bien.

Hay tres lugares donde podremos morar, el primero y más alto es el Reino Celestial, el segundo es el Reino Terrestre, el tercero y más bajo es el Reino Celestial. Hay otro lugar que no es un grado de gloria, y se llama "las tinieblas de afuera".

El Reino Celestial

El Reino Celestial es el grado más alto de gloria. Aquí morarán Dios el Padre, Su hijo Jesucristo y el Espíritu Santo con todos los que hayan sido obedientes a los mandamientos y ordenanzas de Dios. En este lugar las personas heredarán conocimiento, gozo, paz, y gloria por todas las eternidades. Los que sean dignos de merecer este reino tendrán que haber cumplido con ciertos requisitos. Tendrán que haber cumplido con los principios y mandamientos de Dios. Parte de esta obediencia es recibir las ordenanzas que Dios nos pide. Tales como el bautismo, recibir el don del Espíritu Santo, y también recibir las ordenanzas del templo. Hay muchas razones por las cuales habrá tanta felicidad en el Reino Celestial. Una de éstas es el privilegio de estar con nuestras familias, y con nuestros seres queridos. Para esto las personas tienen que haber sido selladas (o unidas) en un Templo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia Mormona o SUD) por medio de la ordenanza del Sellamiento y el Matrimonio Celestial.

El Reino Terrestre

El Reino Terrestre es el segundo grado más alto. Estas personas son las que escucharon el Evangelio sobre la tierra pero no lo aceptaron hasta llegar al Mundo de los Espíritus. Este reino también recibirá a las personas que aceptaron el Evangelio sobre la tierra pero no lo pudieron obedecer. Este reino será un reino de felicidad, pero no se compara con el Reino Celestial. Las personas que hereden este reino no podrán gozar de vivir con sus familias, y estarán separados de ellos por toda la eternidad. Tampoco podrán vivir en la presencia de Nuestro Padre Celestial. Jesucristo podrá visitar este reino, pero no lo habitará.

El Reino Telestial

Los que heredarán el Reino Telestial son los que no aceptaron el Evangelio de Jesucristo, ni en la tierra, ni en el Mundo de los Espíritus. También incluye las personas que obraron toda clase de mal sobre la faz de la tierra, como robar, matar, mentir, adulterar, y toda clase de inmundicia. Estos tendrán que pagar por sus propios pecados. Sufrirán la angustia que trae el pecado, angustia que Jesucristo trató de pagar por ellos si aceptaban Su sacrificio. Ellos se quedarán en la Cárcel Espiritual mientras los justos se levantarán en la primera resurrección y gozarán de la presencia de Jesucristo durante el milenio. Estos no resucitaran hasta el día del juicio. Este reino será visitado por el Espíritu Santo.

Lo más importante es recordar que lo que hagamos o dejemos de hacer en esta vida tiene consecuencias eternas. Sólo tenemos una oportunidad de hacer las cosas bien, sólo una vez venimos a la tierra, y debemos comprobar nuestra lealtad al Señor. Vale la pena cualquier esfuerzo que hagamos en esta tierra para vencer el mal y acercarnos a Dios. El Reino Celestial está al alcance de toda persona sobre la faz de la tierra.

“Porque no obstante que les extenderé mi brazo de día en día, me negarán. Sin embargo, si se arrepienten y vienen a mí, seré misericordioso con ellos, porque mi brazo está extendido todo el día, dice el Señor Dios de los Ejércitos.” (2Nefi28:32)