La presidencia y las autoridades de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias publicó, “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” que enseña sobre la importancia de la familia y su destino eterno. Unos de los principios que se enseñan en la Iglesia es que antes de venir a la tierra nosotros vivíamos con nuestro Padre celestial en la vida premortal, que también se conoce como, la pre-existencia, o la vida preterrenal. Ahí en nuestro hogar celestial progresamos y nos desarrollamos para prepararnos para venir a la tierra en el tiempo en que El Señor decidiera prudente. Aunque éramos felices con nuestra familia celestial, necesitábamos venir a la tierra para recibir un cuerpo físico, ser probados y progresar aún más.
Jesucristo y otros, bajo la dirección de nuestro Padre Celestial, crearon la tierra para ser nuestro hogar mortal. En este mundo físico nuestros primeros padres Adán y Eva recibieron el mandamiento de multiplicar, henchir la tierra, y crear las primeras familias. Dios sabiendo que este poder era sagrado dio el mandamiento a todos sus hijos de que guardaran sagrado el poder de la procreación. El mandamiento era que un hombre y una mujer se casaran legalmente para utilizar los poderes sagrados de la procreación en la manera que fuera aceptable ante el Señor. Al guardar este mandamiento, Dios también proveyó una manera de poder estar con nuestros familiares después de esta vida por medio del Matrimonio Celestial o el Matrimonio Eterno. Los Mormones enseñan que el Matrimonio Celestial es una manera de estar con nuestra familia por toda la eternidad. Este tipo de matrimonio se realiza solo en templos de la Iglesia. Según la doctrina del Mormonismo, sólo si se recibe un matrimonio en el templo recibimos el privilegio especial de vivir con Dios el Padre y Jesucristo en el nivel más alto de gloria en el Reino Celestial.
Cuándo un hombre y una mujer guardan los mandamientos, cumplen sus obligaciones, y siguen la inspiración de Dios como esposos y padres dignos, ellos encontrarán felicidad y el Señor los bendecirá. Los valores y estatutos que El Señor provee hacen que una familia sea feliz, exitosa, sana, y que progrese. Los Mormones consagran sus mejores esfuerzos para crear hogares donde sus hijos puedan crecer rectamente y se puedan desarrollar, preparándolos para los desafíos de la vida y aprendiendo a depender de las promesas del Señor dadas a todo hijo fiel.
La Iglesia ha creado grupos dentro de la misma que instan al progreso de la familia. Programas como la La Noche de Hogar, la Asociación de las Mujeres Jóvenes, La Organización de los Hombres Jóvenes, La Sociedad de Socorro, y La Orientacion Familiar, promueven valores para ayudar en la unión de la familia.
Esto significa que si vivimos justamente según los convenios hechos en el templo, nosotros podremos vivir con nuestras familias para siempre, aun después de esta vida. Por la bondad y misericordia de Dios, y la bendición de poder tener familias eternas, es fácil ver porque los Mormones hacen tanto énfasis en la familia. Cualquier persona puede alcanzar a tener una familia eterna, y tendrá el consuelo y la alegría de que volverá a ver a sus familiares en la vida venidera.
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