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lunes, 7 de diciembre de 2009

Templos Mormones

La obra realizada en los templos mormones es sagrada, quizás es una de las cosas más significativas que difiere a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (La Iglesia Mormona o Los Mormones) del resto del mundo cristiano.

Actualmente la iglesia Mormona tiene 122 templos en operación en cuarenta países, con trece templos más que se han anunciado o están en construcción. De ésos en operación, más del 60% han sido dedicados en esta la última década. (Ver Listado Cronológico de los Templos. El crecimiento del número de templos coincide con el crecimiento tremendo de la Iglesia a través del mundo. El Presidente Gordon B. Hinckley, (que dedicó más de 80 templos) ha hecho bastante para instruir a los miembros sobre las bendiciones del templo. El presidente Monson dijo: "Hemos hecho todo lo que sabemos hacer para acercar los templos a nuestros miembros. Hay todavía muchos que tienen que viajar largas distancias. Espero que ellos continúen haciendo ese esfuerzo" (“Palabras de Cierre”, Liahona, Noviembre. 2004).

Santidad al Señor, la Casa del Señor

Según el líder mormón, cada templo sagrado representa nuestra membrecía en la iglesia, como una señal de nuestra fe en la vida después de la muerte, y un paso sagrado hacia la gloria eterna, para nosotros y para nuestras familias (Russell M. Agarre, la Preparación “Personal para Bendiciones” del Templo, Liahona, Mayo, 2001)
La Iglesia Mormona dedica todos sus edificios con el propósito de adorar a Dios. Los edificios y templos mormones también se apartan como lugares donde el Espíritu Santo puede residir, bendecir e inspirar a los que entran. Pero a diferencia de otros edificios, los templos se dedican para ser la casa del Señor: sagrada, especial, y apartada del resto del mundo. Como la Casa del Señor, el Señor establece las normas que las personas tienen que cumplir para poder entrar. Los que entran al templo deben hacerlo dignamente. Los miembros deben estar guardando los mandamientos y poseer lo que se conoce como una recomendación para el templo, una tarjeta firmada por el obispo y presidente de estaca, indicando que la persona es digna. El Señor invita a todos sus hijos e hijas a ser dignos de entrar al templo.
En templos mormones, los miembros fieles de la iglesia realizan Ordenanzas esenciales para la salvación y hacen convenios con el Señor. El templo es como una escuela donde hombres y mujeres aprenden acerca de cosas sagradas y eternas. El templo se puede considerar como una presentación del modelo de nuestra vida en la tierra, que a menudo se le conoce como El Plan de Salvación. En los templos mormones, se enseñan las verdades más puras y se hacen convenios solemnes no sólo por los miembros individuales en su propio beneficio, sino también a favor de los que han muerto.

Las ordenanzas del templo unen a las familias por la eternidad

Todas las Ordenanzas del templo se efectúan por medio del poder del Sacerdocio. Mediante ese poder, las ordenanzas efectuadas en la tierra se sellan, o se atan, en el cielo. El Salvador enseñó a Sus apóstoles: “…todo lo que ataren en la tierra será atado en los cielos” (Mateo 16:19; véase también D. y C. 132:7). Sólo en el templo podemos ser sellados con nuestra familia por la eternidad. El matrimonio en el templo une a un hombre y a una mujer eternamente si honran los convenios que han hecho. El bautismo y las demás ordenanzas nos preparan para este sagrado acontecimiento.
Cuando un hombre y una mujer contraen matrimonio en el templo, sus hijos también pasan a formar parte de esa familia eterna. Las parejas que se han casado por la ley pueden recibir esas bendiciones si se preparan y a sí mismos y a sus hijos para ir al templo y ser sellados los unos con los otros.

Templos Mormones y La Obra Vicaria

Cuando el Señor Jesucristo vivía en esta tierra, Él explicó claramente que sólo había un camino por el cual el hombre puede ser salvo. El dijo: "Soy el camino, la verdad, y la vida: nadie llega al Padre, sino por mí" (Juan 14:6).
Dos cosas importantes se implican si uno cree en la escritura previa. Primero, quiere decir que en Su nombre se encuentra la autoridad para salvar la humanidad, como se explica en esta escritura que se encuentra en La Biblia: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre dado bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Segundo, hay una ordenanza esencial, el bautismo, que es la puerta por la cual cada alma debe pasar para obtener la vida eterna, como se explica en la siguiente escritura: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere del agua o del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).
Como el bautismo es esencial, la autoridad para actuar en el nombre de Jesucristo ha sido restaurada en la tierra por el profeta José Smith, la Iglesia Mormona se ocupa anhelosamente de compartir el mensaje del evangelio de Jesucristo a cada nación, a cada tribu, en cada lengua, y a toda persona. Esta tarea de predicar vino como un mandamiento de Él: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se acepta la responsabilidad de predicar el evangelio a cada persona en la tierra. El propósito es llevar las bendiciones del evangelio y sus ordenanzas salvadoras al mundo entero. ¿Pero es esto posible? ¿Qué pasa con los millones de personas que han muerto sin el bautismo? ¿Son condenados a “quemarse en el infierno” o ser privados de las bendiciones más grandes de nuestro Dios?
Según la Biblia y la doctrina mormona, la humanidad sólo puede ser salva por medio de Jesucristo y por el bautismo, pero la mayor parte de las personas que vivieron en la tierra, jamás supieron acerca de estos dos requisitos. ¿Es posible que Dios no reconozca a los millones que no tuvieron la oportunidad de oír el Evangelio y ser bautizados por la autoridad apropiada?
La respuesta a esto fue revelada por Dios mismo. Por revelación, Dios instruyó al Profeta José Smith para construir templos donde ordenanzas tales como el bautismo se pudieran realizar no sólo para los que estaban vivos, sino también para los que ya habían fallecido. En el Nuevo Testamento leemos, "De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?" (1 corintios 15:29).
La realidad de la resurrección hace que el Bautismo por los Muertos no sea solo importante, sino fundamental para la salvación de los millones que han muerto sin el bautismo. Jesús, en el tiempo entre su muerte y la resurrección, visitó el mundo de los espíritus y predicó el evangelio (1 Pedro 4:6). El propósito por el cual el Salvador fue a predicar a los muertos en el mundo de los espíritus era para darles la oportunidad de escuchar y aceptar el evangelio, para que posteriormente se pudiera efectuar un bautismo a favor de ellos. "Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según su Dios." (1 Pedro 4:6.)
Para algunos, el efectuar ordenanzas por los muertos puede parecer una imposición, pero esa no es la intención que Dios tuvo cuanto presentó el plan ni cómo funciona. Cuando Jesucristo expió los pecados del mundo, Él hizo lo que las personas del mundo no podrían hacer por sí mismos. Cada miembro de la familia humana puede recibir el efectos y las bendiciones de la Expiación y la Resurrección de Cristo. La invitación de la salvación es para todos, pero las personas tienen albedrío, deben escoger por sí mismos si aceptarán o rechazarán la invitación de Cristo.
A causa de la Expiación y la Resurrección de Cristo, y por el poder y la autoridad del Sacerdocio, los mormones pueden hacer por los muertos, lo que los muertos no puede hacer por sí mismos. Este trabajo sólo se puede hacer en templos. Cuando se realizan ordenanzas por alguien que ha muerto, en ninguna manera le quita el albedrío a esa persona. Al contrario, si no se hace ninguna obra por una persona fallecida, la persona no tiene opción de su destino eterno. Una vez que la obra se haya hecho, ellos pueden utilizar su capacidad de escoger, aceptar, o rechazar las ordenanzas efectuadas. Los mormones creen que todos los que han vivido deberían tener la oportunidad de hacer esa elección. Por esta razón, la obra del templo y la historia familiar continuará ser una parte de integral de la Iglesia Mormona.

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